Patricia Bolaños: "Al final nos definimos por todo lo frívolo que hacemos"

Patricia Bolaños (Madrid, 1985) estudió Arquitectura, pero pronto se dedicó a la ilustración, con la que ha publicado varios libros.

Patricia Bolaños, en el paseo de la Independencia de Zaragoza.
Patricia Bolaños, en el paseo de la Independencia de Zaragoza.
Toni Galán

Patricia Bolaños es arquitecta de formación e ilustradora de profesión. Nació en Madrid y vive en Nueva York, pero en su corazón hay hueco para Aragón, en especial para Caspe. De allí es su marido, a quien conoció gracias a Expo Zaragoza 2008. De hecho, dice que para ella Fluvi es como un "cupido".

Hace unas semanas estuvo en la capital aragonesa para presentar 'Cartas desde Massachusetts' (Tintablanca) junto a la zaragozana Laura Riñón.

¿A Patricia le gusta mandar cartas y postales?Me encanta, de hecho, siempre que viajo envío a mi familia y amigos. Y también recibirlas, porque las pongo en la nevera.

¿Y a quién le gustaría sentarse a escribir una nueva?
Mmm... Al director de cine John Waters y a Nora Ephron, aunque ya no esté. Soy muy grupis, así que solo les mostraría mis respetos.

Disculpe el atrevimiento, ¿qué es lo que no puede faltar en su bolso?Libretas para poder dibujar de repente algo que veo y apuntar una idea que se ocurra. No soy nada de notas del móvil, me parece poco atractiva tenerlas en una pantalla.

¿Qué dicen de usted esas libretas que atesora?Creo que son un reflejo de mí. En una entrevista me dijeron que mi Instagram estaba lleno de bragas y de granos... y me he dado cuenta de que es así. Me gusta reivindicar lo superficial para hablar de cosas más profundas. Siempre pensamos que lo frívolo está vacío de contenido, pero no es así, al final nos definimos por todo lo frívolo que hacemos.

¿Qué ha sido lo último frívolo que ha hecho?
¡Uy! ¿Comerme unos torreznos esta mañana puede ser (ríe)? O, por ejemplo, comprarme unos zapatos que no necesito.

¿Cómo es un día en Nueva York con el cuaderno en la mano?
Si es un día que no necesito inspiración, me quedo en casa. Pero si estoy atascada, cojo las cosas y me voy a la biblioteca o directamente me lo tomo libre y paseo, porque me encanta observar a la gente. El 80% de las historias que cuento se generan en el metro.

¿Algún episodio que le haya ocurrido en el metro?
¿Que se pueda contar?

¡Sí, por Dios!
Una vez un amigo me encargó un dibujo de una fotografía para regalársela a un amigo suyo. A las dos horas de enviárselo, me encontré con este chico en el metro y le saludé sin conocerlo de antes. Siempre dicen que no te encuentras a nadie en Nueva York porque es enorme... ¡Mentira! Hay vida de pueblo.

Ayuso dijo que no te podías encontrar a un exnovio en Madrid...
(Ríe) Y yo me los encuentro siempre...

Así que Nueva York también es un pañuelo.
Sí, y me encanta porque da una cotidianidad que desglamuriza Manhattan.

¿Qué dibujaría en Aragón?
Aunque esté infravalorado, el recinto de la Expo. Estudié arquitectura y, por ejemplo, el puente de Zaha Hadid. Además, conocí a mi marido por la Expo.

¡No me diga!
Él vivía en Barcelona y se vino a trabajar a la Expo y me alquiló su apartamento esos meses. De intercambiar llamadas, surgió el amor y dejó su trabajo en la exposición. En mi nevera tengo un imán de Fluvi porque es como mi cupido. En Zaragoza me lo paso muy bien, por ejemplo, en un cabaret del Tubo...

¿En El Plata?
¡El Plata! Me encantó.

¿Creo que conoce bien Caspe?
Es el pueblo de mi marido. Cuando voy, todo el mundo me trata como una caspolina más. Mi suegro me lleva al campo en tractor y me encanta. De hecho, el año pasado, cuando saqué mi otro libro, me montó un club de lectura en el bar y fue la presentación que más ilusión me hizo.

¿Por qué dejó la arquitectura para dedicarse a la ilustración?
En 2003 la arquitectura era diferente a la de ahora. La crisis estalló a mitad de mi carrera, lo que fue muy desmotivador en todos los niveles. Los profesores nos decían que no tuviéramos prisa en acabar porque no íbamos trabajar. Al terminar, empecé invitaciones de boda gracias al efecto boca a boca. Cuando me mudé a Nueva York comencé a ilustrar edificios y la vida y entré en el mundo editorial.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión