Un nuevo Goya para el Salón Dorado

La Fundación Ibercaja consigue en depósito para el museo del pintor el retrato que éste le hizo a Miguel de Múzquiz y Goyeneche

El cuadro puede contemplarse ya en el Salón Dorado del Museo Goya Fundación Ibercaja.
El cuadro puede contemplarse ya en el Salón Dorado del Museo Goya Fundación Ibercaja.
José Miguel Marco

Se llamaba Miguel de Múzquiz y Goyeneche, fue el primer conde de Gausa y fue ministro de Hacienda con Carlos III e impulsor del Banco de San Carlos, antecedente del Banco de España. En 1783, en la cumbre de su carrera en la Corte madrileña, posó para Francisco de Goya. Ese retrato, que ha estado en colecciones privadas desde hace décadas, luce desde este miércoles en el Museo Goya. La Fundación Ibercaja, que trabaja activamente desde hace años en la incoporación a su museo de nuevas obras del pintor de Fuendetodos, en préstamo o depósito, ha conseguido la cesión de la pieza sin plazo preestablecido. El Salón Dorado, la estancia más destacada del museo, donde se presentan al público las pinturas del artista aragonés, está ahora que no cabe ni un cuadro más, cosa que preocupa solo lo justo en la fundación. "Tenemos ya 25 pinturas y todas las series completas de grabados de Goya, y siempre hemos trabajado para acercar este patrimonio artístico a toda la sociedad, poniendo en valor así la vocación del Museo Goya", se felicitaba este miércoles el director general de la Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo Escrig.

Desde la entidad se trabaja en incorporar aún más obras de Goya a sus fondos, ("muy interesantes", ha asegurado Rodrigo) y se tiene en el horizonte la necesaria ampliación del museo, que aumentará su superficie, funcionalidad y atractivo. Pero eso llegará. 

De momento, la principal novedad del Museo Goya es que se han recuperado los números de visitantes anteriores a la pandemia, con 85.000 en lo que va de año; que las exposiciones temporales siguen teniendo 'gancho' entre los zaragozanos (25.000 visitantes a la actual muestra de Botero, inaugurada el 6 de octubre); y que Goya sigue siendo un activo de primer nivel de un centro que este miércoles cumplía 43 años de su inauguración.

El óleo que se incorpora ahora a los fondos del museo mide 117 por 85 centímetros y está en cierta medida emparentado con otro retrato realizado por Goya al mismo personaje, y que forma parte actualmente de la colección del Banco de España; y otro más en la técnica del grabado. 

Según ha destacado el historiador del arte Domingo Buesa en la presentación del lienzo, la pintura se enmarca en un momento histórico "en el que la burguesía vasco-navarra se erige como gran impulsora de la economía del país. Esa burguesía buscó retratarse como símbolo de poder y de inmortalidad, y Goya trabajó mucho para esta nueva sociedad". Para Buesa, el retrato de Miguel Múzquiz fue el primero (1783) que realizó para esa nueva burguesía emergente. "Múzquiz fue un hombre cordial, de gran memoria, gran lector. El monarca le concedió su más alta distinción, la Orden de Carlos III y Goya, que en ese momento ya estaba consolidado como retratista, lo fue a representar con la condecoración y como un hombre de Corte, con el sombrero, símbolo de prestigio social, bajo el brazo". 

El cuadro tiene la curiosidad de que Goya incluyo las letras de su apellido en uno de los botones de la casaca del retratado. "Es una obra indudable del pintor de Fuendetodos -ha subrayado Buesa-, reconocida de su mano ya por el conde de la Viñaza en 1867, pero también en todos los autores que han venido después, como Camón Aznar, Gassier, Wilson, Morales y Marín, Torralba o Glenndining".

Es, concluyó el historiador del arte, "un día para alegrarnos. Este centro se confirma aún más como el gran museo de Goya después del Prado".

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