El Festival Manhattan de Murillo de Gállego estrena la sala de teatro El Gato Negro
El nuevo espacio escénico, que antes fue una posada, ha sido impulsado por el actor y director teatral zaragozano Alberto Castrillo-Ferrer.
Para la localidad zaragozana de Murillo de Gállego, con menos de 200 habitantes, contar con una nuevo espacio cultural dedicado a las artes escénicas es toda una alegría. Además, el municipio acoge estos días la tercera edición del Festival Manhattan, una propuesta que selecciona diversos espectáculos de teatro, danza, música y cine con un denominador común: la calidad. A ello se suma un enclave excepcional, con los Mallos de Riglos como telón de fondo. Este año, la cita suma otro escenario, la sala El Gato Negro, que lleva el mismo nombre que la compañía del actor y director teatral aragonés Alberto Castrillo-Ferrer (Zaragoza, 1972), impulsor de esta iniciativa y codirector del festival junto a Víctor López.
Sobre su vínculo familiar con el nuevo espacio recientemente presentado, Castrillo-Ferrer explica que «el origen de mi apellido se pierde en este pueblo. De aquí proceden mis padres, mis abuelos, mis bisabuelos... Detrás de la casa de mi familia existían unos anejos agrícolas, un huerto y una zona para animales que había desde los años 30. El lugar que ahora ocupa esta nueva sala era una antigua posada, un ventorrillo que llamaban, porque esta era una zona de paso que permitía ir de Zaragoza a Jaca o a Panticosa en carro».
En la zona hubo muchas posadas como esta y una de ellas fue adquirida en su día por el bisabuelo del actor y director zaragozano. «Me sentía deudor de este legado, había una parte de la casa que estaba menos usada, se estaba derrumbando y tenía que arreglarla. Viendo el espacio que había ahí y arrastrado por la influencia de Els Joglars –Castrillo-Ferrer es uno de los actores de esta compañía–, que tienen La Cúpula, un lugar de creación en donde nacen espectáculos muy especiales, y por residencias artísticas que conozco en Francia, me lié la manta a la cabeza y decidí crear este equipamiento para ensayos, cursos, representaciones, exposiciones...».
Una nueva etapa
Este escenario cuenta con una gran cristalera que se abre, y frente a ella se ha instalado una grada desde la que el público puede disfrutar de las distintas actividades que tengan lugar en él. Su rehabilitación ha sido realizada por el arquitecto Ignacio Pascual y el constructor Roberto Miró, que han llevado a cabo una intervención «con mucho mimo y mucho cariño. También ha sido posible gracias al Proyecto Leader gestionado por la Asociación de Desarrollo Rural de la Hoya de Huesca (Adesho) –destaca Castrillo-Ferrer–. Ahora, lo que tenemos que hacer es vivirlo».
La sala El Gato Negro fue presentada en sociedad en el arranque del Festival Manhattan, el pasado fin de semana, y su nueva etapa comenzará como residencia para la compañía El Gato Negro, aunque también acogerá a otros grupos, así como cursos y otras actividades.
«La inauguración oficial será en febrero. Haremos una bonita fiesta, habrá sorpresas y contaremos con rostros conocidos de la profesión», avanza el actor.
Cita consolidada
El Festival Manhattan de Murillo de Gállego encara su tercer año con muy buenas sensaciones. «Cada vez tiene más reconocimiento y creo que estamos manteniendo el nivel programando algo diferente, especial, pero también popular. Empezamos con mascarillas, el año que comenzó la pandemia; seguimos con ellas y con algunas restricciones menos en 2021, y hoy por fin podemos disfrutarlo plenamente», apunta Castrillo-Ferrer.
El objetivo de los organizadores de este encuentro cultural es ayudar a poner la zona en el mapa desde otros ámbitos y que el Festival Manhattan suene a nivel nacional. «Murillo de Gállego ya es muy conocido por su turismo de naturaleza y de aventura, y ojalá también la gente se vaya acercando por un pequeño festival de cosas muy especiales que se hacen aquí. Además, es compatible con cualquiera de las actividades que se ofrecen: desde un paseo a conocer la gastronomía o el patrimonio del entorno», añade.
Escenario natural
Sin duda, también tiene a favor un majestuoso escenario natural, con los Mallos de Riglos como protagonista. «Hasta a nosotros nos hace volver a mirarlo con otros ojos –confiesa–. Estamos tan acostumbrados a ver esta escenografía tan impresionante que cuando vienen los demás dicen: “¡Pero bueno, qué tenéis aquí!”. Es un verdadero masaje para los sentidos».
Respecto a la temática que Castrillo-Ferrer concibe para este festival, entre sus referencias se encuentran pequeñas citas similares que existen en Francia, dedicadas al jazz o el cine mudo. «Es cierto que el nuestro no se ha especializado en algo concreto, sino en calidad y en mezclas extrañas. El año pasado, por ejemplo, tuvimos la proyección de ‘El milagro de P. Tinto’ con la música de Fetén Fetén, o danza contemporáneo mezclada con narración oral. Nos hemos dado cuenta de que que por muy alejadas que parezcan esas propuestas de lo que gusta al gran público, si tienen calidad la respuesta es alucinante», subraya.
Próximos espectáculos
Las siguientes citas del Festival Manhattan serán los fines de semana del 22, 23 y 24 de julio, y el 12 y 13 de agosto, con una programación en la que figura el saxofonista alemán Andreas Prittwitz; el espectáculo ‘Tres días en el valle’, con Marisol Aznar, Luis Rabanaque y Javier Ortiz, y la música en directo de David Angulo, y las actuaciones de Javier Aquilué y el dúo musical formado por la zaragozana Marta Domingo y el pianista cubano Humberto Ríos. También se proyectará el filme ‘Días de Radio’ y se podrá disfrutar de ‘Esta noche va a nevar’, un recital de poesía y música con Alberto Castrillo-Ferrer, Blanca Carvajal y el grupo de música vocal Tetraphilla Ensemble.
