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"Una de las virtudes de Ringo Starr en los Beatles fue estarse callado"

Editado por la prestigiosa editorial Milenio, los zaragozanos Ricardo Gil y Javier Tarazona acaban de publicar el libro ‘Ringo Starr. El señor de los anillos’.

Javier Tarazona posa con el libro.
Javier Tarazona posa con el libro.
Heraldo.es

Ellos, y solo ellos, los zaragozanos Ricardo Gil y Javier Tarazona, podían escribir una biografía en español sobre el batería de los Beatles. Sus trabajos previos avalan no solo sus capacidades sino su autoridad indiscutible en el terreno beatleniano. Dada la meticulosidad de ambos para el trabajo y la investigación, una biografía documentadísima y elaborada con esmero amanuense.

Ringo, simpático, sonriente y bonachón. Es la imagen que se tiene, pero detrás había un Ringo malhumorado, geñudo…

Es cierto, Ringo tiene la imagen de simpático, pero lo cierto es que no es así, por lo menos en su relación con quienes no son sus amigos. Tuvimos un fugaz encuentro con él en 1999 y no nos trató demasiado bien. Fue su esposa, Barbara, quien le instó a que nos tratase mejor y, aunque con cara de pocos amigos, se detuvo unos instantes con nosotros para hacernos unas fotos y firmar unos autógrafos.

Dan cuenta de las diferentes versiones de por qué entró en los Beatles: celos de Paul con Pete Best por su guapura, imposición de EMI, Best era torpe…, ¿cuál fue verdaderamente la real?

Ringo entró en los Beatles porque era mucho mejor batería que Pete Best, por lo menos esa es la razón de más peso. Es cierto que Pete Best no estaba muy integrado emocionalmente con los otros miembros del grupo y que con Ringo ya se llevaban bien desde los tiempos de Hamburgo, pero creemos que lo que primó fue el aspecto musical.

Sin embargo, no pareció acoplarse. ¿Cómo encajó el papel de secundario con que le trataron los otros tres Beatles, viendo cómo le rechazaban canciones o cómo incluso le pusieron un batería de estudio, Andy White, para grabar el primer single?

No se acopló del todo porque los otros tres llevaban ya mucho tiempo compartiendo la vida y costó la integración, pero luego fue uno más del grupo y pasaron a compartir la vida los cuatro juntos. Hay que tener en cuenta que los Beatles no es que llevasen una vida parecida, es que vivían la misma vida. Lo hacían todo juntos. Y lo de Andy White fue cosa del productor George Martin, que no se fiaba del todo de la capacidad de Ringo como batería.

También se sintió desplazado y enfadado cuando lo sustituyeron por otro batería, por culpa de una faringitis...

Cuando se puso enfermo, y tuvo que ser ingresado en el hospital, la ‘beatlemanía’ estaba a tope, y la maquinaria, según el criterio del mánager Brian Epstein, no podía parar. Había que seguir adelante como fuera, por eso se optó por contratar a otro batería para unos cuantos conciertos. Es normal que Ringo se sintiese dolido: «¿Pero es que no se pueden suspender unos pocos conciertos hasta que me recupere?». Nadie pensaba que el fenómeno Beatles iba a durar tanto y había que exprimirlo día a día.

Geoff Emerick, ingeniero de sonido, dijo que Ringo era ‘callado como un ratón’...

Cierto. Lennon y McCartney tenían personalidades muy fuertes y también tenían muy claras las cosas en el aspecto musical. Una de las virtudes de Ringo, y muy importante por cierto, fue saber estarse callado, no interferir demasiado con sugerencias no meditadas. Pero también dijo Emerick que, precisamente porque no opinaba demasiado, cuando lo hacía lo tenían muy en cuenta.

Lo que tuvo fue una gran capacidad para reunir en sus discos grandes figuras, desde Clapton a los otros tres Beatles. ¿Cómo explican esta ‘promiscuidad’ en vez de formar un grupo propio?

Es muy difícil formar un grupo estable con un batería como líder. Y Ringo ni componía ni era un cantante dotado. Mejor ir de solista y buscar a buenos músicos que además fuesen colegas.

Con la ayuda de la amistad y con su buena agenda telefónica...

Totalmente cierto. Ya lo dice muy acertadamente Carlos Segarra en su canción: «Todo el mundo quiere a Ringo».

Sin embargo, a partir de los 80 se le dejó de considerar discográficamente. Que no sonaran sus discos en la radio le enfadaba mucho…

La culpa principal fue de las discográficas. ¿Por qué no lo apoyaron más? No lo sabemos, quizás no querían invertir dinero en algo en lo que realmente no creían. Quizás solo fichaban a Ringo porque había sido un Beatle, es posible.

La ruptura de los Beatles le produjo un efecto demoledor de desánimo. Sin embargo, se levantó, emprendió carrera discográfica en solitario y llegó a modelar uno de los mejores inventos de la historia del rock contemporáneo: sus All Starr.

Cuando Paul anunció oficialmente la separación de los Beatles, a Ringo le descolocó; al margen de los asuntos legales, las cosas no estaban tan mal en el aspecto artístico y creemos que no esperaba la ruptura en el momento en que se produjo, después de haber estado trabajando tan armoniosamente en la sesiones del álbum ‘Abbey Road’. Además estaba la cuestión de «¿Cómo me voy a ganar ahora la vida si no cobro nada de derechos de autor? ¿Qué voy a hacer?». Le costó décadas formar su primera All Starr Band, una propuesta de un promotor que contaba con un buen apoyo económico de Pepsi. Fue una idea genial que ha mantenido hasta hoy.

Uno de los aspectos menos conocidos fue su adicción al alcohol y las drogas, hasta el punto que arrastró a su esposa, Barbara Bach, al abismo, manteniendo con ella duras peleas físicas...

Hay una diferencia entre estar de francachela con los amigos, bebiendo y colcándose en los clubes de Los Ángeles, como hacía Ringo, que estar en casa con su mujer sentados frente a la tele con una botella de whiski al lado. Al final fueron dependencias que lo llevaron a no estar a gusto consigo mismo, a sentir que no estaba haciendo nada productivo. Eso le produjo la insatisfacción y la frustración que le llevó a las peleas con Barbara.

Aun siendo el menos dotado físicamente, fue un mujeriego: ponerle los cuernos a su amigo Harrison y este a su vez a él con su esposa es de vodevil… Casi resulta extraño que aún siga con Barbara Bach.

Mujeriegos y promiscuos eran casi todos los músicos de los sesenta, pero sí, resulta muy curioso ese entramado de relaciones, primero entre la mujer de George Harrison, Pattie, con Eric Clapton, y que luego George tuviese relaciones con Maureen, la primera mujer de Ringo. Respecto a su duradera relación con Barbara, después de los duros tiempos previos a su desintoxicación que vivieron juntos, Ringo ha encontrado una vida tranquila junto a ella.

La etapa ‘destroyer’ en Los Ángeles junto a Nilsson, Lennon y otras figuras, etapa que figura en los anales de los excesos del rock, ¿pudo ser la causa del Ringo que desde años lleva predicando «paz y amor», de un nuevo Ringo?

No creemos que tenga nada que ver. Más bien sería como una secuela del ‘Verano del Amor’, el espíritu del jipismo y la meditación que practica y de la que es apóstol desde hace muchos años.

El cine y la televisión fueron otra faceta de Ringo. ¿Cómo le fue en este campo?

Lo cierto es que solo tuvo un papel de protagonista en solitario, fue en ‘Cavernícola’, una película muy entretenida en la que no dice una sola palabra en idioma conocido. Pero ahí fue donde conoció a Barbara Bach y donde comenzó su declive personal.

Otras facetas desconocidas: filantrópico, editor, publicista… ¿Una forma de evadirse del peso de los Beatles, de rellenar su tiempo o trasero inquieto?

Evadirse del peso de los Beatles, no; creemos que nunca fueron una pesada carga para él, que siempre lo ha llevado bien. Ringo, después de desengancharse de las drogas, comenzó una intensa vida con sus All Starr Bands, grabando discos, haciendo publicidad, obras benéficas… Pero siempre sin estresarse demasiado, dedicando mucho tiempo a viajar y a disfrutar de la vida sin grandes complicaciones, haciendo lo que le apetece sin presiones.

¿Cuál fue la mayor contribución de Ringo a los Beatles?

Ringo hizo muy buen papel como batería de pop-rock, tenía un estilo muy personal y hacía unos rellenos fantásticos. Y no porque lo digamos nosotros, sino que ha sido reconocido por muy buenos baterías a lo largo del tiempo como Stewart Copeland o Jim Keltner. No era un figura con las baquetas, pero tampoco hace falta para tocar pop, es más importante el ‘feeling’ que la técnica, y Ringo era muy intuitivo y tenía mucho ‘feeling’. Además hay que resaltar su papel amalgamante en el grupo y casi hasta catalizador en algunos momentos.

Después de tan elaborado trabajo, ¿cuál es la imagen que les ha quedado? ¿Qué aportan de nuevo sobre Ringo?

Al tener que reescuchar con espíritu crítico toda su obra la verdad es que hemos descubierto cosas muy interesantes, pero dejemos que sea el lector quien las descubra. Ringo tiene muchísima obra y merece la pena dedicarle tiempo. Son discos muy bien hechos porque siempre se ha rodeado de los mejores músicos y productores para hacerlos.

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