Adiós a 25 años de amor y pasión por los Beatles

El Sergeant Beatles Fan Club de Zaragoza, que llegó a contar con más de 1.900 socios por todo el mundo, pone punto final a su actividad

Ricardo Gil, Juan Agüeras y Javier Tarazona, responsables del club de fans.
Ricardo Gil, Juan Agüeras y Javier Tarazona, responsables del club de fans.
Guillermo Mestre

Las despedidas suelen llevar aparejadas la tristeza, el dolor y la nostalgia. Un sentimiento que se atenúa cuando detrás se deja un legado tan rico como el del Sergeant Beatles Fan Club (SBFC), el club de fans del cuarteto de Liverpool que se constituyó en Zaragoza en 1992 y que acaba de anunciar el fin de su actividad. Por el camino quedan casi 2.000 socios -muchos de los cuales se convirtieron en amigos- repartidos por todo el planeta, 68 revistas confeccionadas con la máxima profesionalidad, libros, discos y conciertos... Una ingente labor que ya reposa en las estanterías y, sobre todo, en el corazón de cientos de seguidores de John, Paul, Ringo y George.

«Hemos decidido decir adiós a este proyecto que con tanta ilusión hemos mantenido. Los motivos son varios. Por un lado, el cansancio acumulado y la necesidad de dedicar el tiempo a otros asuntos de la vida. En segundo lugar, el factor económico», razona Javier Tarazona, uno de los responsables.

Los orígenes del club deben buscarse en el barrio de Las Fuentes. «Corría 1992 y los sábados por la mañana Enrique Barcelona y Pedro Abío organizaban en la Casa de la Juventud unas reuniones para intercambiar discos y material de los Bealtes. Poco después nos conocieron a Juan Agüeras y a mí y nos propusieron formar el Club de Fans», rememora Tarazona. Posteriormente se incorporarían Ricardo Gil y Alfonso Spatolisano.

El primer acto social fue la fiesta de presentación en marzo de 1993 del número inaugural de ‘The Beatles’ Garden’, la publicación oficial, en el pub Interferencias. «Tocaron Mauricio Aznar, y Josu Fernández (guitarrista de Loquillo). El local se llenó hasta la bandera y nos animó a seguir adelante con fuerza», prosigue con el relato. A ese ejemplar le han seguido otros 67 más, el último editado el pasado octubre. Un producto delicioso que fue diseñado por Pilar Júlvez.

Un arranque fulgurante

Los inicios, gobernados por una desbocada ilusión, protagonizaron un despegue fulgurante. «Nos dedicaron un artículo en ‘El País’ y poco después fuimos a un concierto de Paul McCartney en el Palau Sant Jordi de Barcelona y repartimos ‘flyers’ en la entrada. El resultado fue que en cuatro meses superamos los 1.000 socios, los cuales pagaban de cuota 1.500 pesetas al año. A cambio recibían un carné, cuatro revistas, postales en Navidad y en los cumpleaños, invitaciones a audiciones...», rescata.

La influencia del club se propagó por todo el planeta, especialmente en Latinoamérica, con abonados en México, Uruguay, Argentina, Chile, Brasil, Cuba, Nicaragua; pero también en Japón, Nueva Zelanda, Estados Unidos e Inglaterra. La creación de este grupo de amigos de Zaragoza se había tornado en un referente para la legión de ‘beatlemaníacos’.

Un prestigio ganado a pulso por su rigor y ambición. En el álbum de recuerdos tornasolados sobresale la entrevista que realizaron in situ a George Martin, el productor de los Beatles (es considerado el quinto Beatle). «Fuimos a Londres expresamente, a los Air Studios, situados en una antigua iglesia. Fue muy emocionante compartir un tiempo con el responsable del sonido de nuestra banda favorita. Recuerdo que cuando nos íbamos, estaban grabando la banda sonora de ‘Gladiator’», recuerda Tarazona.

El día siguiente se citaron con Brian Gibson, ingeniero de sonido desde el ‘Álbum blanco’, que les hizo de guía de excepción por las entrañas de los estudios Abbey Road. «Hasta nos dejó tocar las consolas originales», confiesa.

Pero su lista de encuentros con personalidades ‘beatlianas’ no concluye aquí. Les siguieron Richard Lester (director de las películas de los Beatles), Robert Freeman (autor de las portadas), Rod Davis (miembro de los Quarrymen, formación predecesora), Pete Best (primer batería), Tony Sheridan (a quien los Beatles consideraban un ‘maestro’) o Derek Taylor (alto ejecutivo en el sello Apple). «Nuestra única espinita es no haber hablado nunca con uno de los Beatles, aunque Paul McCartney nos grabó y nos hizo llegar un mensaje dedicado para el club», asevera Tarazona.

Una fecunda producción

La impronta del Sergeant Beatles Fan Club se plasmó también en la edición de audaces discos de tributo en los que contaron con la inestimable colaboración de Pedro Vizcaíno. Como los dos volúmenes de ‘Harrisongs’, en los que grupos nacionales e internacionales versionaban las canciones que George Harrison compuso para los Beatles.

Un capítulo aparte merece lo acaecido con ‘Campo de fresas’, otro álbum de versiones en el que figuraban, entre otros, El Niño Gusano, La Buena Vida, Los Brujos o Los Imposibles. «Al poco de anunciar el disco recibimos una carta de EMI Publishing que nos obligaba a retirarlo de la venta porque había dos canciones traducidas al castellano. Tuvimos que hacer otra edición con una nueva portada. Nos llevamos un buen susto», revela.

La contribución literaria es también notable. ‘El verano del amor’, ‘Junto a los Beatles’, ‘Los Beatles, Made in Spain’, ‘Los autógrafos de los Beatles’, ‘George Harrison, de Beatle a jardinero’ o ‘Discografía española de los Beatles’ llevan la firma de estos zaragozanos.

«Ha sido una etapa muy bonita, con penas y alegrías. Lo más gratificante es ver a los socios que empezaron en los 90 y que terminaron sus carreras, tuvieron hijos y algunos, incluso, nietos. Nos han escrito explicándonos lo importante que era para ellos recibir en el buzón el sobre del club. Con eso nos quedamos», remacha Tarazona.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión