Calvo o la mujer como casa

El artista presenta 'Damas', con Miguel Ángel Yusta, en el Pablo Gargallo.

Un rosto.
Un rosto.
Alberto Calvo

Tengo tendencia al superrealismo y mi fuente de inspiración es… No sé. En realidad, creo que me surge la inspiración en cualquier momento y de cualquier cosa. Siempre huyo del naturalismo. No desprecio, sin embargo, el arte decorativo. Lo incluyo en mi faceta industrial", dice Alberto Calvo, ‘Supermaño’. Esta tarde, a las 19.30, en el salón de actos del Museo Gargallo, presenta su libro ‘Damas’, compuesto por sus dibujos y por poemas de Miguel Ángel Yusta, que no podrá acudir al acto. Sí estarán Paco Rallo, pintor y diseñador, y Luis Sanz, editor de La fragua del trovador.

Este trabajo es, en el fondo, la cristalización de un proyecto que Alberto Calvo (Zaragoza, 1965), colaborador de HERALDO, inició en las redes sociales a principios del siglo XXI, centrado en diversas imágenes y rostros de matiz picassiano y vanguardista. Explica el artista: "En mi obra expreso la belleza, la que se ve y la que se oculta. Tardo mucho en concebir la obra; sin embargo, en pocas horas la concluyo. Para mí, es narrativa. ‘C’est un mystère’", dice, y agrega un matiz que le acompaña desde hace años y desde que hacía guiones de cómic: "A mí me preocupa mucho la composición, que las obras estén equilibradas. Me preocupa el esqueleto de los dibujos. Ahí están la escritura, el esquema".

Admirador de Klee y Kandinski, de Matisse y Picasso, de Dalí y Goya, ante todo, ha expuesto en varias salas y espacios, y poco a poco fue desarrollando la idea de recoger sus dibujos en un volumen. Afirma: "Mis ‘Damas’ son mis cómplices, saben mucho de mí. Si pudieran hablar..."

Semilla de creación

Y hablan. "Ellas también forman parte de mi aprendizaje. Para mí las damas son como edificios, balcones, azoteas. Sé que parece raro, pero es así. No es algo analítico, o tal vez sí. No sé construir de otra manera. Hay ‘Damas’, o mujeres, que tienen hasta tres ojos; para mí, son también edificios de tres pisos. Insisto: las ‘Damas’ son casas, están ocupadas o desocupadas. Han evolucionado durante una década. Para mí estas ‘Damas’ son como la semilla de creación".

Mira por un instante hacia atrás, como si quisiera reconstruir su vida en el arte. "Desde pequeño he tenido vocación por el dibujo. Nunca entendí el fútbol. Por la afición de mi padre a la pintura, en casa teníamos una extensa bibliografía de historia del arte. Siempre tuve curiosidad y pasaba horas delante de esos libros. Me gustaba pintar, pintar cualquier cosa y comencé pintando monigotes. Me gustaba crear collage… Siempre con mucho humor. No concibo la obra artística sin ese sentido. En Zaragoza, pequeñito todavía, visitaba museos y lo que me marcó fueron los grabados de Goya. Los materiales que utilizaba eran de una extrema sencillez, cartulinas, acuarelas, ceras y plumillas. A la falta de medios hubo que sumar la falta de espacio, por lo que opté por la pintura acrílica;más limpia y de secado rápido", insiste.

Cuando sus obras empezaron a cuajar, apareció Miguel Ángel Yusta, poeta, experto en ópera y cantos de jota y asiduo colaborador de HERALDO. El autor de ‘Ayer fue sombra’ aporta textos muy distintos: versos largos y cortos, haikus o coplas, poemas de amor y seducción, divertimento e ironía. Dice, por ejemplo: "Flor o mujer / del mar de mis deseos / has de beber". O, como si intuyese la naturaleza del artefacto que es ‘Damas’, escribe: "Es un curioso ajedrez / este dibujo trufado / de misterio y de mujer".

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