Los jóvenes huyen de los partidos, los sindicatos y de cualquier asociacionismo

Los españoles pronostican que las organizaciones más influyentes al final de esta década, sin contar las políticas, serán los grupos ecologistas.

Protesta de los sindicatos por el precio de la energía, la semana pasada en Zaragoza.
Protesta de los sindicatos en una imagen de archivo
G. Mestre

El asociacionismo civil en España es un entramado social bastante débil, pero que se asoma a un futuro todavía peor. Si entre la población general la pertenencia a organizaciones de todo tipo, a partidos o a sindicatos es más bien escasa, un declive asociativo que se repite y es tendencia en casi todos los países, el desinterés de los jóvenes españoles es ya mayúsculo.

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado un estudio monográfico que desvela que solo uno de cada cinco españoles pertenece con más o menos grado de compromiso a alguna asociación u organización civil en la actualidad y que el 60% de la población nunca en su vida se integró en alguna de estas plataformas. Una participación social muy escasa, que aún es cinco puntos menor si solo se mira a las mujeres.

Pero si el grado de afiliación política y social de los españoles es mínimo, el de los jóvenes se puede considerar marginal, ya que es casi la mitad del que aún hoy mantienen sus padres y abuelos. Los más jóvenes son de hecho los grupos de edad menos asociacionistas con mucha diferencia. Los españoles de 18 a 34 años integrados en algún tipo de movimiento social o político en la actualidad rondan el 13% y el 80% de la franja más joven, los de 18 a 24 años, nunca han pertenecido a organización alguna.

Dentro de la escasez, las organizaciones con más miembros son las culturales, con un 9,6% de los asociados, los partidos políticos, con el 9%, y los sindicatos, con un 6,5%. Pero no solo es baja la afiliación sino también el grado de compromiso y actividad de quienes participan. Más de mitad de los asociados no le ha dedicado prácticamente ni un minuto a su organización en los últimos tres meses y solo el 17% de ellos, los más comprometidos, le han aportado más de 20 horas de trabajo.

La religión, de capa caída

La razón que un tercio de los ciudadanos da para justificar su baja participación social y política es que nadie les propuso nunca entrar en una organización, otro tercio alega no disponer de tiempo y algo más del 17% confiesa que el motivo es no le interesa.

Los españoles opinan que las asociaciones con mayor capacidad de influencia en las decisiones políticas son los partidos -así lo cree el 70%-, pero seguidos muy de cerca por las organizaciones patronales (64%), con los sindicatos y los grupos feministas bastante más lejos (49% y 45%, respectivamente). Las estructuras relevantes con menos peso político y social, según el 37% de la población española, son las asociaciones religiosas, que, además, según el mismo sondeo, serán las plataformas que más influencia perderán en los próximos años.

El trabajo del CIS indica que si excluye de la ecuación a los partidos, las organizaciones que los ciudadanos consideran que van tener un mayor peso social y político en el próximo lustro son las ecologistas, la cabeza de lanza para concienciar a países e instituciones sobre la necesidad de actuar ya para frenar el cambio climático. Así lo defiende un 51%, que, no obstante, defiende que, en cuanto a grado de influencia a medio plazo, no le andarán muy lejos las patronales (48%) y los grupos feministas (45%).

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