El Naydenov cumple una semana bajo el mar, sin poder frenar aún el vertido de fuel

El Gobierno dice que la principal concentración del vertido está a 176 km de la isla de Gran Canaria.

El pesquero Oleg Naydenov cumple esta noche su primera semana hundido bajo el Atlántico, desde donde continúa vertiendo un reguero de fuel y otros combustibles que el viento sigue impulsando lejos de las costas de Canarias, pero en unas condiciones que hacen imposible su recogida.


El buque ruso, arrastrero de 120 metros de eslora, se fue a pique en la medianoche del pasado 14 de abril unas 15 millas (27 kilómetros) al sur de Gran Canaria sin ningún tripulante a bordo, cuatro días después de haber sido remolcado fuera del puerto de Las Palmas con un fuego en su interior que resultó incontrolable.


El Oleg Naydenov había cargado 1.409 toneladas de fuel pesado para salir a faenar, lo que tenía previsto hacer el mismo día en el que se incendió su sala de máquinas. Se desconoce qué cantidad de fuel quedaba en sus tanques tras el incendio ni cuál es el volumen de combustible derramado, aunque algunas de las primeras estimaciones oficiales lo cifran en hasta 1.000 metros cúbicos.


En los siete días transcurridos desde entonces, han soplado permanentemente en la zona del naufragio vientos alisios (del noreste) de 25 nudos (46 km/h) que alejan el vertido de Canarias hacia el océano, en dirección suroeste, pero con olas de dos a dos metros y medio que impiden a los buques movilizados por Salvamento Marítimo desplegar sus sistemas de recogida de hidrocarburos.


Los ministerios de Fomento y Medio Ambiente han indicado que la concentración principal del vertido se encuentra ya a 176 kilómetros de Gran Canaria, tras haberse desplazado 46 kilómetros en las últimas 24 horas. Sin embargo, también han precisado que el barco sigue perdiendo combustible, por lo están a la espera de poder inspeccionarlo para determinar en qué estado se encuentra.


Con ese propósito ha llegado hoy a la zona un barco de la empresa noruega Otech, que a lo largo del día ha tratado de determinar dónde se encuentra exactamente el Oleg Naydenov y cuáles son las condiciones que lo rodean, para enviar hacia él un robot submarino que tome imágenes del buque, a unos 2.400 metros de profundidad.


Las fuentes de Fomento consultadas por Efe esta tarde no han podido precisar si el robot submarino ha empezado a dirigirse hacia el barco o si, por el contrario, se sigue preparando la operación.


Mientras tanto, sobre la zona afectada por el derrame se encuentran los barcos de Salvamento Miguel de Cervantes, Luz de Mar, Salvamar Talía y Punta Salinas, que siguen dispersando mecánicamente las manchas más ligeras.


El Ministerio de Medio Ambiente ha puesto en marcha en colaboración con la Guardia Civil del Mar y de las asociaciones ecologistas un plan para atender a la fauna afectada por el vertido.


Por ahora, solo se tienen noticias de tres animales que han sufrido las consecuencias del derrame: dos tortugas bobas a las que se ha devuelto al mar tras su recuperación, y una pardela a la que hoy se estaba limpiando de fuel el plumaje. El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo de Gran Canaria, designado para coordinar la atención a los animales afectados, no tiene conocimiento por el momento de ningún otro caso.


A la espera de conocer en qué estado se encuentra el pesquero, uno de los miembros que participó en el equipo de expertos constituido por las petroleras españolas tras la catástrofe del Prestige, el ingeniero Jorge Asiain Sastre, ha señalado a Efe que la mejor opción, si el fuel se sigue escapando del buque paulatinamente, puede ser sellar el casco.


Para este ingeniero, el "peor" escenario es una salida lenta del combustible, porque "se va a prolongar mucho en el tiempo", mientras que si se produjera una rotura grande de los tanques, habría un vertido mayor, pero más fácil de retirar de forma controlada.


Por su parte, un satélite español, el Deimos-2, ha logrado tomar imágenes del vertido desde el espacio, que confirman que la mancha de hidrocarburos está a 92 kilómetros de la localidad turística de Maspalomas y continúa alejándose en dirección suroeste.