La Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha protagonizado este jueves la segunda jornada de protestas universitarias, con una huelga seguida de forma desigual y que ha registrado diversos incidentes en el campus de Bellaterra, mientras dirigentes como el presidente catalán, Artur Mas, hacían llamadas a la calma.

El día después de los graves altercados en el centro de Barcelona tras la gran manifestación en contra de los recortes, hechos que han ocupado la portada del The New York Times, ha proseguido también la ocupación del rectorado de la Universidad de Barcelona, un asunto que los Mossos d'Esquadra quieren solucionar de forma pacífica.

En Cáceres, el presidente extremeño, José Antonio Monago, ha salido escoltado a mediodía por la Policía Nacional de la Facultad de Derecho ante la protesta de unos 200 estudiantes de la Universidad de Extremadura que habían cortado las salidas.

Después de que el miércoles miles de estudiantes protagonizasen en Barcelona la mayor manifestación de universitarios de España, el campus de la Autónoma de Barcelona, en Bellaterra, ha amanecido con accesos cortados y una huelga muy seguida en seis facultades.

Unos 80 estudiantes, muchos de los cuales habían dormido en las facultades, cortaron hacia las 8.10 la autopista AP-7 y la B-30 durante diez minutos a la altura del campus de Bellatera.

Por la tarde, estudiantes de la Autónoma han protagonizado un pasacalles por los diferentes edificios del campus que ha acabado con destrozos en entidades bancarias y en el patrimonio del centro. El equipo de gobierno de la UAB denunciará a los responsables.

En paralelo, once de los doce detenidos ayer por los altercados en el centro de Barcelona quedaban en libertad, con una citación para acudir ante el juez. El que aún está detenido pasará mañana a disposición judicial. Ningunos de ellos tiene antecedentes.

El Sindicato de Estudiantes (SE) ha acusado a las autoridades catalanas de aprovechar el comportamiento de elementos "ajenos" al movimiento estudiantil como excusa para que la policía acabara con la movilización estudiantil de ayer con cargas "salvajes".

En declaraciones a Efe, el secretario general del SE, Tohil Delgado, ha anunciado asambleas en los institutos de toda España para debatir y aprobar resoluciones contra la intervención policial y de apoyo a los heridos y detenidos.

Por otro lado, el director de los Mossos d'Esquadra, Manel Prat, ha anunciado que la policía catalana intentará negociar con los estudiantes encerrados en el rectorado de la UB antes de proceder al desalojo, con el fin de evitar conflictos mayores.

En cuanto al desarrollo de las clases en los campus catalanes, la Universidad Pompeu Fabra y la Politécnica han recuperado la normalidad, al igual que la UB, a excepción de su edificio histórico de plaza Universitat, en donde está noche el grupo de estudiantes que han ocupado el rectorado decidirá si sigue con la protesta.

En la UAB, el epicentro hoy de las protestas, la huelga ha tenido un seguimiento desigual y no se ha habido actividad académica en las facultades de Economía, Comunicación, Derecho, Ciencias Políticas y Sociología, Ciencias de la Educación y Filosofía y Letras.

En este contexto, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha advertido que la violencia registrada en las protestas estudiantiles es "detestable, como toda violencia", pero que el problema está en que haya gente que quiera identificar ésta con el PSOE.

Rubalcaba se ha pronunciado en estos términos a raíz de las declaraciones efectuadas por algunos líderes del PP y por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, así como por "los pies de foto" de algunos medios de comunicación que ha calificado de "exceso comunicativo" por asociar al PSOE con los actos vandálicos.

Tras la celebración del Consejo Territorial del PSOE, Rubalcaba ha recordado que todo empezó a raíz de que el ministro de Educación, José Ignacio Wert "perdiese la cartera en dos minutos y medio en un pleno memorable en el que "llamó delincuentes a los estudiantes y a los socialistas por apoyar a los estudiantes".

El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha considerado que las imágenes de los incidentes en Barcelona suponen una contribución "muy negativa" al progreso del país y probablemente "habrán costado muchos puestos de trabajo".

El presidente catalán, Artur Mas, ha hecho asimismo un llamamiento a la calma y la "serenidad" y ha pedido a los que se manifiestan contra los recortes universitarios que no traspasen los límites de lo que sería una "protesta civilizada".

Las protestas estudiantiles han merecido también la opinión de la Iglesia. El secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, ha asegurado que el derecho de manifestación "no incluye la violencia, el desorden público y la confrontación por medio ilegítimos".