Los taiwaneses tratan de rescatar a casi 700 personas atrapadas tras el terremoto

La mayoría se encuentra en el parque nacional Taroko, cuyos accesos por carretera continúan cerrados debido a la caída de enormes rocas

Los equipos de emergencia intentan encontrar cuerpos en Taiwán
Los equipos de emergencia intentan encontrar cuerpos en Taiwán
DANIEL CENG

Taiwán trata de recuperar la normalidad tras el terremoto de 7,2 grados que el miércoles se cobró la vida de una decena de personas en la isla. Pero volver a la rutina no será fácil, ni sobre todo rápido, con casi 700 ciudadanos aún atrapados en diferentes puntos del país, que hacía un cuarto de siglo que no se enfrentaba a un seísmo tan potente. La mayoría se encuentra en el área recreativa de Tianxiang, muy frecuentada por su ubicación dentro del parque nacional Taroko, cuyos accesos por carretera están cerrados debido a la presencia de rocas sobre el asfalto. Las mismas piedras de enorme tamaño que causaron varios de los fallecidos al aplastar sus automóviles en pleno viaje. Este jueves, calcularon las autoridades, todavía se registraba un desprendimiento cada diez minutos. Y el fuerte viento y las lluvias no ayudaban a las operaciones de rescate en esta zona montañosa.

Los daños por el terremoto, que se produjo un par de minutos antes de las ocho de la mañana, con miles de personas de camino al trabajo y a los centros educativos, se extienden por toda la isla, donde los heridos pasan del millar. Lo peor está en el condado de Hualien, el epicentro del seísmo, en la costa este, con casi un centenar de edificios afectados -varios ya han sido demolidos- y 10.000 hogares sin agua más de 24 horas después de la sacudida.

"Me da mucho miedo estar sola. Me tomé tres somníferos, pero seguía sin poder dormir" , reconocía Wang Qiu Xia Zhen, una vecina de 81 años, al medio TaiwanPlus tras pasar la primera noche en un punto de acogida. En la región lograron ayer sacar con vida a 70 trabajadores de las canteras de Heping y Zhonghe, que vieron caer piedras " como balas" sobre ellos. " No sabíamos hacia dónde correr", relataron los mineros, que perdieron a un compañero por el impacto de una roca.

La cifra de fallecidos apenas se ha movido desde el recuento inicial aunque las autoridades temen que el balance empeore en las próximas horas ya que hay 38 personas que se encuentran en paradero desconocido y nadie ha conseguido contactar con ellas desde el seísmo. El hallazgo de heridos no cesó en las últimas horas. En la autopista de Taichung, por ejemplo, los servicios de emergencia encontraron a un hombre que había quedado inconsciente dentro de su camión tras el derrumbe. Hong Changyi era otro de los supervivientes, aunque el terremoto hizo añicos su licorería, ubicada en uno de los edificios que se vino abajo en Hualien. " Mi mente quedó en blanco al ver que el trabajo de toda mi vida se ha desvanecido" , lamentaba.

Donaciones

El Gobierno de Taipei ha destinado 300 millones de dólares taiwaneses (unos 8,6 millones de euros al cambio) a las tareas de rescate y de reconstrucción, aunque el seísmo ha desatado también una ola de solidaridad entre particulares -son varios los políticos locales que han anunciado la donación de parte de su sueldo- y empresas, desde bancos a compañías tecnológicas. La experiencia tras el terremoto de 7,6 grados que la isla sufrió en 1999, con más de 2.400 muertos y 50.000 edificios afectados, ha hecho que la catástrofe en esta ocasión sea menor. Desde entonces se ha instalado una red de sensores sísmicos, las construcciones se someten a revisiones periódicas y se organizan simulacros con frecuencia.

El propio alcalde de Hualien, Hsu Chen-Wei, reconocía que a los niños de esta ciudad de 300.000 habitantes se les enseña que viven en " un lugar con terremotos frecuentes" . El seísmo del miércoles, el tercero que pasa de los siete grados en lo que va de siglo en Taiwán, ha dejado por ahora más de 400 réplicas en toda la isla.

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