Pagan casi 11.000 euros por la carta que un uruguayo envió desde el Titanic tres días antes de morir en el naufragio

"Todo es nuevo y rico", explicaba sobre el barco Ramón Artagaveytia Gómez a su hermano en la misiva.

La carta contiene dos folios con una mancha de humedad
La carta contiene dos folios con una mancha de humedad
Efe

Una carta escrita a bordo del RMS Titanic por un pasajero uruguayo y enviada desde Irlanda a su hermano el 11 de abril de 1912 fue subastada en Montevideo por 12.000 dólares (unos 10.992 euros).

La pieza forma parte de un remate de unos 800 lotes de platería criolla, militaria y documentos históricos que están siendo subastados de manera presencial y en línea por la empresa Zorrilla.

Escrita en papel con membrete y marca de agua de la compañía White Star Line, la misiva contiene dos folios con una mancha de humedad y una nota posteriormente escrita por su receptor que dice: "Última carta que escribió mi querido hermano Ramón. A los 3 días de esta, naufragó el Titanic, pereciendo ahogado".

Dicha pieza, según explicó días atrás Sebastián Zorrilla a la Agencia EFE, se encontraba hasta ahora en manos de la familia y pasó por tres generaciones.

"Hay alguien siempre en las familias que decide congelar la historia en un remate y hacer que esta pieza que la atesoran durante un tiempo y que nosotros atesoramos momentáneamente vaya a parar a manos de un coleccionista o de un museo", explicó.

La carta, que tenía un precio base de 12.000 dólares, fue escrita por el uruguayo Ramón Artagaveytia Gómez y en esta él le contó a su hermano que deseaba llegar a Norteamérica y que estaba "seducido" por el tamaño del "vapor de 45.000 toneladas" que hacía su primer viaje.

"Al acercarnos ayer en el vapor estaba fresco como el Río de la Plata, y al mirar para arriba me hacía el efecto de estar al pie de una casa de cinco pisos. Al entrar había como 50 mozos. Uno me toma las valijas, y por el ascensor (hay 3) subimos a mi piso en la cubierta B. El comedor está en la D y más abajo hay otros", reza la misiva.

También relata que iban hacia Queenstown (Irlanda) a tomar correspondencia, que deseaba ver Norteamérica y cuenta varios detalles del barco entre los que destaca que algunos salones eran de madera esculpida, que la comida era "muy buena" y que tenía una estufa eléctrica en su dormitorio.

"Los corredores están pintados de blanco y algunos salones, como este, son de madera esculpida, creo que de roble, con sofás y sillas de raso aterciopelado verde. Todo es nuevo y rico", subraya.

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