Racista, machista y siempre polémico Berlusconi: "Yo soy el Jesucristo de la política"

El magnate comenzó su carrera vendiendo electrodomésticos para pagarse la carrera de Derecho y, desde que puso en marcha sus primeros proyectos a nivel empresarial, ha sido una figura controvertida en el país.

FILE PHOTO: Italy's former Prime Minister Silvio Berlusconi plays with a dog during the television talk show "Porta a Porta" (Door to Door) in Rome, Italy June 21, 2017. REUTERS/Remo Casilli/File Photo
Silvio Berlusconi juega con un perro durante un programa de televisión en Roma, en junio de 2021.
Remo Casilli

Si algo no le faltaba a Silvio Berlusconi, fallecido este lunes a los 86 años, era amor propio, autoestima y un polémico sentido del humor que no dudaba en ejercer en sus actos públicos. Carismático, deslenguado, insolente, indomable, a ratos gamberro y siempre enamorado de las mujeres (de todas), el todopoderoso expresidente de Italia colmó las portadas de los periódicos con sus numerosos escándalos, ya enmarcados bajo el término 'bunga bunga' y que incluyen fiestas y bacanales. 

En este sentido, Berlusconi fue absuelto de los cargos de corrupción en torno al llamado caso 'Ruby', un escándalo desatado a raíz de una serie de fiestas privadas en las que supuestamente se ofrecían relaciones sexuales con prostitutas menores de edad. "Aunque soy travieso, 33 muchachas me parecen demasiadas", llegó a decir sobre este caso, del que quedó exonerado junto a otros 28 acusados por perjurio. 

El magnate comenzó su carrera vendiendo electrodomésticos para pagarse la carrera de Derecho y, desde que puso en marcha sus primeros proyectos a nivel empresarial, ha sido una figura controvertida en el país. Tras el éxito cosechado en sus primeros pasos en el mundo de los negocios, Berlusconi decidió dar el salto a la política, una carrera que le permitió entrar en el Palacio de Chigi en 1994, 2001 y 2008 en lo que ha sido considerado por muchos como una anomalía democrática y un símbolo de la nueva política italiana.

"Yo soy el Jesucristo de la política. Soy una víctima paciente, me sacrifico por todos. Solo Napoleón hizo más de lo que he hecho". Con estas palabras se dirigió Berlusconi en 2006 a la prensa, unas polémicas declaraciones que se sumaban a la ya larga lista de comentarios controvertidos desde su llegada al poder. ¿Ejemplos? Aquí van unos cuantos:

En abril de 2006, Italia estaba de elecciones y Silvio Berlusconi llamó "gilipollas" a los que votan a otros partidos: "Tengo mucha estima por la inteligencia de los italianos para pensar que haya por ahí tanto gilipollas que pueda votar en contra de sus intereses". En sus mítines de aquella época hablaba de valores familiares: "Voy a intentar cumplir con vuestras expectativas y prometo desde ahora dos meses y medio de absoluta abstinencia sexual hasta el 9 de abril (día de las elecciones)".

En enero de este mismo año llamó a un programa de televisión, de la única televisión italiana que no controlaba, para insultar a los que estaban en el estudio: "Es una retransmisión lamentable y su conducción es despreciable, torpe y repugnante".

Periodistas y jueces en su punto de mira

Los periodistas siempre fueron una de sus dianas preferidas ("Pobre Italia, con un sistema informativo como este"), al igual que los jueces, aunque a veces su subconsciente le jugaba malas pasadas: "Soy el mayor perseguido por la Justicia de todas las épocas, por fortuna tengo un buen patrimonio y ello me ha permitido pagar 200 millones de euros a asesores y jueces".

De sus gracias no se libraron sus rivales políticos, ni tampoco los de otros países, como José Luis Rodríguez Zapatero, que tuvo que escuchar en abril de 2008 aquello de que tenía "un Gobierno rosa" por el número de mujeres que había en el Ejecutivo: "Pienso que el presidente del Gobierno de España se la ha buscado, tendrá ciertas dificultades para dirigirlas", opinó.

Tampoco se libró el expresidente de Estados Unidos Barack Obama: "Os traigo saludos, saludos de un señor que se llama... que se llama... espera, era uno moreno... Barack Obama".

Si la lista de aquellos de los que se ha reído o a quienes ha insultado es muy larga, también hay nombres que se le han confrontado, como el director de cine y actor Roberto Benigni, que le dedicó una canción que comienza así: "Soy el jefe, el césar, el líder mundial, el líder del partido del amor...". Pero Berlusconi todo lo zanjaba diciendo que él era "un hombre bromista", que amaba "la vida y a las mujeres".

De hecho, se consideraba "el mejor líder político en Europa y en el mundo": "No hay nadie a nivel mundial que pueda competir conmigo", "Por amor a Italia, sentía que debía salvarla de la izquierda", "Soy el hombre adecuado en el trabajo adecuado" o "No necesito ir a la oficina por el poder. Tengo casas alrededor de todo el mundo, barcos estupendos, bonitos aviones, una mujer hermosa, una bella familia... estoy haciendo un sacrificio", son algunas de las frases que más definen su egocéntrica personalidad.

Pero Silvio Berlusconi no era solo un controvertido animal político. También destacó en su faceta empresarial, como propietario y presidente del equipo de fútbol AC Milan desde 1986 hasta 2017, y desde 2018 hasta su fallecimiento, dueño y señor del Società Sportiva Monza 1912.

El ex primer ministro italiano ha fallecido en un hospital de Milán

Y sí, dejó su impronta en un escenario en el que se sentía tan cómodo como en cualquier otro, dirigiendo los designios de los clubes, comprando y vendiendo futbolistas, y haciendo siempre su santa voluntad a golpe de talonario. Como presidente del AC Milan, estas son algunas de sus frases más recordadas:

Perlas futbolísticas

"Se habla del Milan de Sacchi, de Zaccheroni y de Ancelotti, pero nunca del Milan de Berlusconi. Sin embargo, soy yo quien desde hace 18 años hago las alineaciones, dicto las reglas y compro a los jugadores".

"Estoy preocupado por las lesiones de Ronaldo. Tal vez deberíamos llevarle a Lourdes".

"¿La marcha de Shvchenko? Era algo que nadie quería. Tuvo que someterse a los deseos de su esposa, y ya sabemos que las esposas a menudo son como capos a los que no podemos decir que no".

"¿El AC Milan? Lo llevo en el corazón. Es caro, pero las mujeres guapas también cuestan mucho".

"Ancelotti ya está bastante gordito. Ha comido bastantes panettones. En cualquier caso, todavía puede comerlos este año".

"¿Balotelli? Si pones una manzana podrida en el vestuario, puede llegar a afectar a los demás (antes de ficharlo)".

"Espero haber creado un equipo capaz de mostrar espectáculo, ya que tenemos cierta responsabilidad con nuestros fanes. Somos la cosa más famosa de Italia después de la mafia y la pizza".

"¡Hablemos de fútbol y de mujeres! Gerhard, ¿por qué no empiezas tú?" (con el excanciller de Alemania Gerhard Schroeder, casado en cuatro ocasiones, en una cumbre de la Unión Europea).

Tras desvincularse del AC Milan compró el Monza, un equipo que milita en la Serie C italiana, y en una de las ocasiones en las que fue a verlo jugar en directo, en diciembre de 2019 contra el Olbia Calcio 1905, el partido no pudo acabar mejor para sus intereses (ganaron por tres goles a cero). Un exultante Berlusconi se acercó a la grada de los aficionados que se habían desplazado para animar el equipo y les aseguró, entre vítores: "Al Milan actual lo ganamos", para después dejarles perplejos: "Perdonadme, pero tengo que irme de putas". Berlusconi en estado puro.

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