Revellers attend the annual block party known as "Cordao de Prata Preta", during Carnival festivities in Rio de Janeiro, Brazil February 18, 2023. REUTERS/Pilar Olivares BRAZIL-CARNIVAL/STREET
Revellers attend the annual block party known as "Cordao de Prata Preta", during Carnival festivities in Rio de Janeiro, Brazil February 18, 2023. REUTERS/Pilar Olivares BRAZIL-CARNIVAL/STREET
PILAR OLIVARES

Música, alegría, color y militancia marcaron el comienzo del Carnaval de Río de Janeiro, con decenas de comparsas que inundaron las calles de la ciudad, después de que el Rey Momo declarara oficialmente abierta la fiesta en Brasil.

Aunque desde hace tres semanas los blocos (comparsas) vienen desfilando por distintos rincones de la "cidade maravilhosa", solo hasta hoy, cariocas y turistas, pueden entregarse de lleno a la rumba en el primero de cinco días ininterrumpidos de jolgorio. Este año la fiesta está particularmente prendida en Río por el regreso de las comparsas tras dos años de ausencia por la pandemia de la covid.

Estas agrupaciones, que se conforman por el amor que se tiene a la fiesta y donde el único objetivo es hacer bailar y cantar a los rumberos hasta que el cuerpo aguante, son consideradas el alma y vida del carnaval.

A diferencia de los majestuosos desfiles del sambódromo, donde las más destacadas "escolas" de samba presentan un espectáculo sin igual por el que el público tiene que pagar, los "blocos" son diversión gratuita y garantizada en cualquier parte de la ciudad.

Entre las comparsas que desfilaron por las calles de Río, el 'bloco' de Las Carmelitas se caracterizó por el tono político. Las muy conocidas y tradicionales "monjitas" dejaron el hábito en casa y vistieron cofias rojas con blanco, para entregarse a las tentaciones del baile en el pintoresco barrio de Santa Teresa, en el centro de la ciudad.

Fue un desfile dedicado al renacimiento y la reconstrucción tras cuatro años de "oscuridad y pandemia", como señalara su fundador Alvanisio Damasceno, al presentar la melodía días atrás.

Sin mencionar el nombre del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), derrotado en las urnas por el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, la samba entonada este año fue una oda a la diversidad, la felicidad y la esperanza. El rojo de la izquierda progresista fue el color dominante del desfile donde frases como "es tiempo de alegría", "la democracia está de pie", retumbaron sin cesar al ritmo de la batería.

La melodía también recordó los millonarios gastos del exmandatario con la tarjeta corporativa en una panadería, su pasión por la leche condensada y hasta la mermelada por la que Shakira descubrió la traición de Piqué. "Ah, pero todos los días el gastaba 9.000 reales (1.730 dólares) en la panadería. Era leche condensada o la mermelada de Shakira?"

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