El exilio cubano prepara su primera protesta dividido entre la "traición" y la "esperanza"

Un gran número de organizaciones han reaccionado con palabras muy duras contra Obama.

El exilio cubano en Miami se prepara para celebrar este viernes, sábado, su primera manifestación de protesta contra el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, anunciado esta semana por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.


La concentración se llevará a cabo en el Parque de José Martí, a pocas manzanas de la Calle Ocho de la Pequeña Habana, donde el exilio ha recibido el deshielo entre Washington y La Habana dividido entre un sentimiento de "traición" por el anuncio de Obama, y la "esperanza" de generaciones más jóvenes que ven este cambio como algo "positivo" y necesario.


El histórico acercamiento entre EE. UU. y Cuba anunciado el pasado miércoles por Obama ha pulsado el resorte emocional del exilio, principalmente en Miami, donde un gran número de organizaciones han reaccionado con palabras muy duras contra el presidente estadounidense.


"Traición", "decepción", "dolor", "insulto", "infamia" son algunas de las expresiones que definen el sentimiento de rabia de destacados grupos del exilio, como la Asamblea de la Resistencia Cubana, integrada por medio centenar de organizaciones, en la misma línea que lo han hecho el Directorio Democrático, Plantados, Madres y Mujeres Antirepresión (MAR) y otros.


Todos ellos, más otros grupos de clara inclinación radical y ruidosa, como Vigilia Mambisa o la Brigada 2506, están dispuestos a movilizar a la comunidad en contra de un acuerdo "absurdo" resultado de una "concesión" a un régimen que "sigue manteniendo la opresión sobre el pueblo cubano", dijo el líder del Directorio Democrático, Orlando Gutiérrez. 


Es, además, "lo peor que puede hacer Estados Unidos en cuestión de seguridad nacional", apostilló Gutiérrez, quien insistió en que el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con La Habana supone una suerte de premio a un régimen que "asesinó hace dos años a los disidentes Owaldo Payá y Laura Pollán".


La postura de Gutiérrez es compartida por otro grupo con peso tanto en la isla como en Miami, el Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), fundado por el fallecido Oswaldo Payá, que fue uno de los líderes más importantes de la disidencia interna cubana y muy incómodo para el régimen castrista.


"Rechazamos que una democracia como la norteamericana pueda tener relaciones normales con un régimen totalitario y tiránico de más de medio siglo (en referencia al cubano)", apuntó Antonio Díaz Sánchez, miembro coordinador del MCL.


Si bien Díaz expresó su respeto por la soberanía del Gobierno estadounidense a la hora de establecer relaciones con otras naciones, aclaró que la "normalización" de las relaciones con La Habana "toca muy de cerca a los cubanos", dado que ese acuerdo es "para promover la libertad", y, por lo tanto, los "cubanos tenemos el derecho de participar en ese proceso".


Pero grupos de línea más flexible en este asunto, como el Comité Cubano Pro Derechos Humanos (CCPDH), cree que "no se puede negar la realidad de que el caso cubano ha estado estancado por décadas y este cambio de la política de EEUU se tiene que ver como algo positivo y necesario".


Se trata de un "nuevo impulso de solidaridad con el pueblo cubano, es una sacudida y un reto para todos los cubanos demócratas", afirmó Óscar Peña, director del CCPDH. Además, ahondó, la reanudación de las relaciones diplomáticas y de otros intercambios implica un "desafío para las autoridades de Cuba".


El discurso defendido por Peña coincide con el examen de expertos que han elogiado el acuerdo entre EE. UU. y Cuba para retomar sus relaciones, una nueva etapa que debería, consideran, poner fin al relato del enemigo exterior al que tanto a recurrido el régimen cubano.


De hecho, Estados Unidos "ha dado un paso importante" y "ahora le toca a Cuba hacer los cambios que los líderes de la región se han comprometido a realizar: defensa de la democracia y de los derechos humanos", resaltó a Frank Mora, director del Instituto de Latinoamérica y el Caribe de la Universidad Internacional de Florida (FIU).


A juicio del también exsubsecretario adjunto de Defensa para América Latina con la Administración Obama, "no se trata de una concesión", sino de una "medida unilateral" tomada por el Gobierno de EE. UU. para "crear espacios necesarios para propiciar el cambio" deseado en la isla y facilitar su transición democrática.


Este acercamiento, que tanto ha encendido los ánimos de buena parte del exilio, le quita a La Habana "la excusa" de que las penurias que sufren los cubanos son achacables a las tensas relaciones con Estados Unidos, dijo a, por su parte, Eduardo Gamarra director del departamento de Estudios de América Latina de la FIU.