gastronomía

Unbocau, la alternativa aragonesa para comer bien en el trabajo

Florín Popa y Carlos Moliné han puesto en marcha este proyecto (www.unbocau.com) ofreciendo 16 platos para toda la semana.

Florin Popa y Carlos Moliné, en los alrededores de Anzánigo, donde elaboran las recetas.
Florin Popa y Carlos Moliné, en los alrededores de Anzánigo, donde elaboran las recetas.
SOFIA ROYO

Unbocau es el nombre del proyecto que Florín Popa y Carlos Moliné han puesto en marcha esta semana. Su idea es ofrecer una propuesta de comida de calidad para las personas que no tienen tiempo de cocinar “y de esta forma evitar la socorrida comida rápida y alimentarse de forma sana todos los días”.

Así resume Florín el principal objetivo que persigue Unbocau. Él es programador informático, aunque durante mucho tiempo trabajó de camarero y de vez en cuando sigue haciendo algún extra. “Ahora, por necesidad, me toca comer de túper en la oficina y prepararme el menú los fines de semana, pero en alguna ocasión no he tenido tiempo y me surgía la duda de qué hacer para estar bien alimentado”.

Esta fue la chispa que ha derivado finalmente en este proyecto vinculado a la restauración en el que Carlos Moliné se encarga de preparar los platos que se pueden pedir desde este viernes en www.unbocau.com. Carlos trabaja en el restaurante Red Wagon de Anzánigo (Huesca). En verano abre todos los días, pero ahora solo los fines de semana, aunque hay que reservar con tiempo porque se llena rápido.

Algunas recetas y los envases donde llegan a los clientes.
Algunas recetas y los envases donde llegan a los clientes.
SOFIA ROYO

Este cocinero tiene una sólida formación en Diverxo, El Celler de Can Roca o Atrio, y buena parte de lo aprendido en estos restaurantes lo intenta aplicar en su cocina, aunque la base es el recetario tradicional.

Para el pistoletazo de salida, Carlos ha diseñado 16 platos, entre entrantes, principales y postres. En general, son raciones contundentes. Por ejemplo, de la crema de calabaza al estilo thai pone 400 gramos. Y algo parecido puede decirse de los platos principales. Ahora mismo se pueden elegir recetas como solomillo de cerdo duroc con salsa de pimienta rosa, bacalao con salsa de piquillo y verduras en tempura, lasaña de verduras, carrilleras de cerdo en salsa de vino de garnacha o trasero de pollo asado al estilo Milwaukee.

Los entrantes tienen un precio medio de alrededor de 4 euros y los principales, de 8,90. “Con uno de ellos prácticamente se puede resolver un almuerzo a mediodía, teniendo en cuenta que en la oficina se suele comer más ligero porque habitualmente hay que seguir trabajando, o se puede compartir un entrante y un principal entre dos personas”, explica Florín.

Algunas recetas y los envases donde llegan a los clientes.
Algunas recetas y los envases donde llegan a los clientes.
SOFIA ROYO

La logística de la elaboración y el reparto la tienen bien resuelta. “Utilizamos la técnica de cocinado a altas temperatura para enfriar rápido el plato y que no pierda propiedades”, prosigue. Luego se termosella, se mantiene en el frigorífico a cuatro grados y así, en un transporte frío, llega al cliente. Para regenerarlo, tan solo hay que calentar el plato en el microondas.

De momento, estos dos emprendedores solo han previsto un día de reparto a principio de semana para que de esta forma la clientela adquiera el menú de todos los días. “Se pueden elegir platos diferentes cada vez que se haga un pedido o suscribirse a una propuesta concreta que se repita siempre, aunque con la opción de hacer cambios”, aseguran.

El pedido mínimo es de 25 euros y, de momento, en la página web se ofrecen 16 recetas. Los postres, igual que el resto, también son caseros. “Pensamos que esta idea puede tener buena acogida porque la gente cada vez se preocupa más de comer sano y, en muchas ocasiones, si tienes que hacerlo en el trabajo, no es tan fácil”, concluye Carlos.

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