Beatriz Artús, de enfermera a pastelera, un camino sin retorno

Be Gourmand es la marca de repostería francesa con la que quiere dar a conocer sus dulces bocados a los zaragozanos.

Preparando uno de los postres en La Era de los Nogales.
Preparando uno de los postres en La Era de los Nogales.
A. T.

Beatriz Artús es una joven zaragozana de 30 años a la que la pandemia, como a tantas otras personas, le cambió la vida. Ella estudió Enfermería y desde que terminó la carrera no ha dejado de trabajar, aunque no tiene plaza fija.

Los meses más duros de la crisis sanitaria los pasó en la UCI del Hospital Clínico y cuando llegaba a casa no salía de la cocina. “Estaba cinco o seis horas elaborando tartas y pasteles; casi era otro trabajo”, rememora.

Sin embargo, a diferencia de casi todo el mundo, ella no lo hacía para rellenar las horas de unos días en los que estuvimos mucho tiempo encerrados. Para Beatriz, la pastelería es una pasión que vive desde muy pequeña. “Pero fue durante la pandemia cuando en mi cabeza se produjo un clic y me planteé si eso era lo que quería hacer, hacia donde enfocar mi futuro profesional”.

Beatriz Artús con las tartas preparadas en Les Amis Wine Bar.
Beatriz Artús con las tartas preparadas en Les Amis Wine Bar.
Alejandro Toquero

Se tomó unos días para reflexionar y lo tuvo claro: colgó la bata de enfermera y se puso la de maestra pastelera. La decisión estaba tomada. “No quería quedarme con esa duda en la cabeza. Era un ahora o nunca”.

Han pasado tres años desde que se animó a dar ese cambio de rumbo a su vida y desde entonces no ha dejado de dar pasos hacia adelante. Lo primero que tenía claro es que esta idea la quería plasmar en algo diferente: pastelería francesa, “que es la base de todo lo demás”, de la que hay muy pocos ejemplos en Zaragoza.

Beatriz, durante su etapa en el hotel Canfranc Estación.
Beatriz, durante su etapa en el hotel Canfranc Estación.
A. T.

Así describe Beatriz sus características: “Es una pastelería que cuida al máximo el detalle de todas las medidas; es brillante y elegante, desde las cremas iniciales que son la base de todas las demás, a tartas de varias capas, pasteles, petit fours, amenities…”.

Este es el paraíso laminero que ella reivindica y para el que se ha estado formando estos últimos años. El paso más importante lo dio al hacer un curso completo en la Escuela de Pastelería Cordon Bleu de Madrid. “Fue muy intenso -recuerda-, era un continuo teoría y práctica”.

Luego llegó la etapa de formación y trabajo. Quería saber de primera mano cómo se trata la pastelería en la restauración, y ahí aparecieron dos establecimientos y cocineros de mucho nivel: Toño Rodríguez, de La Era de los Nogales, y Edu Salanova, del nuevo hotel Canfranc Estación del grupo Barceló. En este último ha ejercido de jefa de pastelería.

Tarta dacquoise con avellanas y crema praliné.
Tarta dacquoise con avellanas y crema praliné.
A. T.

“Ha sido un periodo de un año muy bonito, pero a mí lo que me encanta es producir en un obrador”. Así de claro lo tiene. Podía haber seguido, pero esa etapa la cerró este verano para centrarse en su proyecto personal, y en ello continúa.

La marca la tiene. Se llama Be Gourmand y de momento tan solo la está moviendo por redes sociales para mostrar su pastelería francesa en cursos, talleres, eventos, catering… El último lo ha celebrado esta semana en el bar de vinos de Zaragoza Les Amis Wine Bar.

En esta cita ha presentado tres creaciones: dos tartas -fraiser, de fresas, y dacquoise con avellanas y crema praliné- y choux chocolate con caramelo, “unos profiteroles rellenos que son una maravilla”, asegura con conocimiento de causa.

Tarta fraisier.
Tarta fraisier.
A. T.

De momento, ha tenido que prepararlos en una cocina ajena porque el obrador todavía está en proyecto. “Ya tengo el local pero hay que hacer obras; me queda decidir si voy a trabajar de cara al público y valorar definitivamente hacia dónde me enfoco”.

Lo que tiene claro Beatriz es que “no hay marcha atrás” y que apuesta por Zaragoza, su ciudad, para mostrar sus creaciones. “Me apetece mucho que los zaragozanos conozcan un tipo de pastelería que es un lujo, que aprendan a valorarla y que la puedan disfrutar en sus hogares”, concluye. Ella está muy ilusionada y convencida de que le va a ir bien, pero si no es así, ahí sigue colgada la bata de enfermera. 

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