gastronomía

El restaurante Wenceslao y su reino de arroces

Este restaurante del entorno del parque Grande de Zaragoza juega con cuidados menús.

Ricardo Wenceslao Gómez, en Wenceslao.
Ricardo Wenceslao Gómez, en Wenceslao.
Montañés

Con nombre de rey y unos coquetos salones, Wenceslao es un lugar de referencia para muchos paladares zaragozanos. Su historia comenzó con unos garbanzos sobre la mesa, ahora una de las estrellas de la carta de este restaurante. Los comensales de entonces eran Ricardo Gómez Torrecilla y Eva María Silva Peñuela, que el 17 de diciembre de 2007 –una fecha que bien recuerdan– levantaron la persiana de este establecimiento del entorno del parque Grande José Antonio Labordeta, en la capital aragonesa.

Ricardo había trabajado en las cocinas del Hotel Boston y, tras unos años retirado, regresó a la hostelería. Wenceslao se llama su padre, lo lleva como segundo nombre y se lo ha trasmitido a la siguiente generación. Así que el espíritu familiar se respira hasta en el nombre del restaurante.

"Si se quiere comer aquí, hace falta reservar", avisa Gómez. Entre semana se puede degustar un menú del día (23,50 euros), mientras que los sábados y domingos es de degustación (32,50). Incluso, en parte potenciado por la pandemia, también se hacen para llevar. En cualquier caso, se apuesta por los productos de temporada.

Los ya mencionados garbanzos se demandan hasta en las ocasiones más especiales. "También me los piden en las comuniones", dice entre risas este zaragozano. Los arroces son otro emblema de Wenceslao. "El negro es una apuesta segura, pero también tenemos el cremoso con bacalao y carabinero, el de verduras, otro de bogavante o el de sepia y carabinero", enumera Ricardo; precisamente, este último es uno de los que más fama guarda entre sus comensales. Pese a la amplia gama da sabores, el chef señala que tienen mucho en común: «El género es de calidad».

Otro de los platos que más brillan es la fideuá con pato confitados y boletus, rematado con queso curado manchego rallado a mano. En el capítulo de las carnes los protagonistas son el secreto ibérico, el confit de pato, el entrecot, el solomillo y el chuletón. "Llaman bastante la atención las madejas de lechal, los boquerones fritos y muy buscados son los chipirones con pimientos asados", explica Ricardo Wenceslao. También tiene mención para las ensaladas y los postres caseros.

En la copa se brinda con vinos de todas las denominaciones aragonesas, pero también del resto de España. Preparan cambios en la carta de bebidas y hacen hueco para referencias internacionales y cócteles, unos aperitivos con los que comenzar la comida.

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