El descorche del mejor tinto joven del mundo, que es aragonés
CDA Corona de Aragón obtuvo el Premio Luis Hidalgo, un vino con variedad de oportunidades en el maridaje.
Hijo de Júpiter y Semelé, Baco es el dios del vino y de la fiesta. También da nombre al concurso de vinos jóvenes más antiguo de España. En la última edición, CDA Corona de Aragón Garnacha 2022 se alzó como el mejor, distinguido con el Premio Luis Hidalgo. Un vino elaborado por Grandes Vinos, de la denominación de origen Cariñena. El galardón se informó hace unas semanas y tras todos los brindis de celebración -el último el pasado jueves en el Hotel Princesa Plaza de Madrid-, se ‘descorchan’ sus secretos.
"En el caso de las garnachas, este es un perfil donde buscamos la máxima expresión de la variedad, su fruta y su frescura, que sea un vino muy fácil de beber, pero en el sentido más positivo de la frase, que se disfrute e invite a repetir -explica Pilar Larumbe, del departamento técnico de la bodega-. Las garnachas y las cariñenas son las dos variedades autóctonas de nuestra zona y son las que más nos diferencian de otras zonas elaboradoras". En el caso de Grandes Vinos, la gran diversidad de viñedos, entre los 350 y 800 metros, antigüedad y variedad es una "gran fortaleza", valora Larumbe.
Las cepas proceden de suelos muy pedregosos, lo que refleja "la máxima expresión de la frescura y la pureza y la fruta" de la variedad. Es "muy agradable de beber", señalan desde la bodega. Cuando se sirve, la copa se viste de un rojo rubí que combina con un ribete violáceo. Frescos, florales y afrutados, así son sus aromas, con notas de frambuesa y fresa, donde tampoco faltan los toques especiados de anís e hinojo. Es "fácil" porque su cuerpo es ligero y alto su concentración de fruta.
En Grandes Vinos lo proponen para maridar carnes blancas a la brasa o longaniza, aunque también puede ser idóneo para brindar con pastas o una quiche en el plato.
A pesar de ser un vino de premio, el mejor tinto joven, el precio es asequible para muchos bolsillos: 5,50 euros. CDA compitió en una cata a ciegas ante más de 400 vinos, en un panel de profesionales íntegramente compuesto por miembros de la Unión Española de Catadores. Se trata de una de las marcas históricas y bandera de Grandes Vinos, que solo se pueden encontrar en el canal hostelería y en tiendas especializadas.
Larumbe, en nombre de la bodega, confiesa que los viticultores han recibido el premio con "mucha alegría". "Nosotros vemos día a día el esfuerzo, la dedicación y el cariño que muestran a sus viñas, siempre mirando de reojo al cielo y estos reconocimientos nos gusta dedicárselos a ellos", reconoce Pilar Larumbe. Este no es el primer reconocimiento que recibe el vino, sino que en la última década han recogido más de una decena de distinciones tanto nacionales como internacionales.
