Menús inspiradores y cocina que no cierra

Los tres menús que ofrece este restaurante en Zaragoza son una muestra de inquietud y voluntad de trabajar con  productos de calidad y diferentes cada día.

Los camareros Ricardo Jefferson y Alejandro Martínez, en el restaurante La Buganvilla.
Los camareros Ricardo Jefferson y Alejandro Martínez, en el restaurante La Buganvilla.
HERALDO

Cualquier proyecto hostelero con volumen de trabajo puede tener una buena rotación de productos y plantear una variada propuesta culinaria con un aire diferente cada día. Este es un objetivo al que aspiran casi todos los negocios, pero dar con la tecla no es fácil. No siempre una estupenda ubicación garantiza el éxito, pero ayuda, lo mismo que unas buenas instalaciones, una adecuada relación calidad/precio y un servicio profesional.

La suma de estos factores otorga muchas papeletas para transformar un proyecto hostelero en un negocio de éxito y eso, en buena medida, es lo que ha conseguido el restaurante La Buganvilla en el año y medio que lleva abierto en la plaza de Ariño de Zaragoza.

Sus armas son una carta inspiradora y tres menús que se alimentan en buena parte de ella para ofrecer una propuesta amplia, con aire tradicional aunque con pequeñas licencias hacia un recetario más moderno. Y una virtud de la que no muchos pueden presumir: la cocina no cierra. Se puede comer a cualquier hora del día.

Sobre estas bases ha asentado La Buganvilla su manera de trabajar y, especialmente, alrededor de un menú del día (13,50 euros) muy elaborado y sorprendente en algunos aspectos. Por ejemplo, en la amplitud. A las cuatro alternativas de primeros platos hay que sumar ocho recetas de carne y cuatro de pescado que cambian todos los días.

De carne y pescado

Llama la atención la presencia de elaboraciones como lechazo asado en su costra a la segoviana –una buena ración, no para mostrarlo en el plato– y de pescados como lomo de mero. Otras propuestas que se pueden encontrar son solomillo ibérico macerado en soja de Perrins a los ajos, o ‘carpaccio’ de solomillo de ternera con parmesano. Ningún plato lleva suplemento.

Otra agradable sorpresa llega a la hora de rematar la comida. No hay postres específicos para este menú. Directamente, se eligen de la carta. La mayoría son de elaboración propia, lo que da juego para incluirlos en raciones generosas.

El menú de fin de semana (19,90 euros) tiene un punto más de elaboración. Además, durante toda la semana, a mediodía y por la noche, se puede degustar el menú La Buganvilla (mínimo 4 personas) con varios entrantes para compartir (uno menos que el número de comensales) y el segundo a elegir.

Es como una carta a precio cerrado con más de 20 referencias entre los entrantes (cazón de Cádiz en adobo casero, ravioli de changurro y rape, terrina de foie con manzana y queso, pulpo a la brasa con culis dulce...) y 15 recetas para el plato principal, entre las que aparecen lechazo y cochinillo asados, o un curioso lagarto ibérico a la brasa, además de pescados como carrilleras de bacalao en salsa verde o tataki de atún y guacamole casero.

Alrededor de estas propuestas no resulta extraña la buena acogida que está teniendo este restaurante, entre cuya clientela no faltan los pequeños grupos de turistas.

La Buganvilla

Dirección: plaza de Ariño, 1. Zaragoza. Teléfono: 976 922 881. Horario: de 8.00 a 2.00. Descanso: domingos, cerrado. - Ver otros restaurantes recomendados

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