El restaurante Campo del Toro echa el cierre tras 30 años

Era lugar de parada obligada para los aficionados a los toros, que tomaban aperitivo, comida o cena.

Esta foto del comedor del restaurante Campo del Toro ya es historia
El restaurante Campo del Toro echa el cierre tras 30 años
Agencia Almozara

La crisis, como es bien sabido, se ha cebado especialmente con algunos sectores relacionados con la hostelería. La lista de establecimientos con solera que han tenido que bajar definitivamente la persiana en todo el país –y Aragón no es una excepción– es cada vez más larga.


El último en echar el cierre para siempre es el asador Campo del Toro, seguramente el establecimiento con mejor ambiente taurino de la capital, no solo por su denominación y por estar ubicado junto al coso de La Misericordia, sino porque su interior al completo era un templo en el que se veneraba todo lo que tenía que ver con el mundo del toro. Así lo había querido uno de los socios fundadores, Jacinto Ramos, cuando se abrió el amplio restaurante hace ahora precisamente 30 años, en los locales que anteriormente ocupaba Gráficas Laudo. Ramos había sido novillero en sus tiempos jóvenes, como lo atestiguaban algunos de los carteles anunciando festejos taurinos que colgaban de las paredes del restaurante.


Durante todos estos años, el Campo del Toro era lugar de parada obligada para los aficionados a los toros, que acudían allí a tomar el aperitivo, a comer o a cenar cuando había lidia en el albero de la plaza, especialmente para las fiestas del Pilar. En la semana grande de la capital aragonesa era muy difícil encontrar mesa libre si no se reservaba con antelación suficiente.


Eran buenos tiempos para los espectáculos taurinos, que estaban en pleno auge, y para la restauración, que vivía momentos de notable expansión. Sin embargo, la fatalidad se cruzó en el camino de Jacinto Ramos, que falleció en 2006, a los 60 años, víctima de enfermedad. Entonces se hizo cargo del negocio su hija Cristina y su yerno, el cocinero Daniel Cascán, quien ya comandaba los fogones de la casa desde hacía varios años, dando muestras de una gran pericia y conocimiento en el tratamiento de las especialidades gastronómicas relacionadas con el toro, como el conocido rabo guisado que se ofrecía en este mesón asador. Hace unos días han cerrado el local pero siguen vinculados al mundo de la hostelería con varios establecimientos en los que forman parte de la propiedad, como el pujante restaurante El Ciclón –en la plaza del Pilar–, el Molino de San Lázaro –junto al Ebro– y en la sucursal de este último en Puerto Venecia.

Subasta de libros, cuadros, carteles y otros objetos a beneficio de la Fundación Arte y Gastronomía

La sede de la Fundación Arte y Gastronomía, en la calle de Don Jaime I, 9, será sede de una subasta de cuadros, carteles, libros, capotes y otras obras de arte y objetos de colección procedentes del inventario que se ha realizado con la decoración del restaurante Campo del Toro. Así pues, la familia propietaria del establecimiento ha decidido donar este legado a la Fundación Arte y Gastronomía para que recaude fondos para poder continuar con sus proyectos relacionados con el fomento de las artes y la gastronomía, siempre sin ánimo de lucro, según matizan fuentes de la Fundación. El acto se celebrará el próximo 27 de noviembre, a partir de las 19.00. El establecimiento hostelero era casi un museo, ya que, junto a muebles y fotografías antiguas, exhibía tesoros artísticos de cierto calado, como pinturas de temática taurina de Joaquím Falcó, de Ramón Calsina y de José Morellón, cuadros de Ruizanglada y los bocetos que Víctor Mira realizó para ejecutar el cartel de la feria de 2001, titulado ‘Tauromaquia’. Otros objetos curiosos son varios capotes de toreros famosos, como Paco Camino, o el vestido que llevaba Penélope Cruz cuando entregó el Óscar a Pedro Almodóvar en Hollywood en 1999.


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