En el bar Heroísmo el ambiente vintage no es algo forzado ni conseguido con modernas técnicas de interiorismo. Las cristaleras, la madera y las baldosas desgastadas y una barra con solera de las que quedan pocas reciben al cliente como queriéndole recordar que entra en un local con una historia casi centenaria, al que las sucesivas reformas no han restado ni un ápice de encanto. 

Solo por disfrutar de estos argumentos ya merece la pena la visita que, además, se puede concretar en tres o cuatro ambientes diferentes, lo que da una idea de que es un local amplio de verdad. Más allá del menú diario, casero (8,95 euros), y del más elaborado de los domingos (12,95 euros), donde el apartado gastronómico resulta verdaderamente interesante es a la hora de elegir en la carta de picoteo y hamburguesas. 

Hay clasicismo en muchas elaboraciones porque hoy, el que no prepare un buen surtido de huevos rotos, casi está abocado al fracaso.

Tampoco faltan tablas de curados y quesos o unas cuantas tostadas, tradicionales, pero al mismo tiempo cargadas de osadía como la de champiñones, pasas, queso, curry y brie, o la de longaniza con gorgozola y cacahuetes con miel.

La carta también anuncia curiosas propuestas que buscan llamar la atención. Los michis, por ejemplo, son la versión aragonesa de una receta de origen rumano en forma de croqueta, pero elaborada con carne picada (de cerdo y de ternasco). Se prepara a la plancha y se presenta con una salsa de ali oli con mostaza. 

Las tiras de pollo crujientes en dos salsas y las tiras de berenjenas crujientes con miel son algo así como la avanzadilla de unas raciones que en breve irán sustituyendo a otras más tradicionales. En cualquier caso, buena parte del interés de este bar reside en su generosa carta de hamburguesas. Se nota que son de elaboración artesanal, de buen tamaño (alrededor de 180 gramos) y las hay para todos los gustos. Entre las más singulares, la somontano (foie, cebolla a la plancha y reducción de vino de la D.O.P); la campera, de pollo de corral; la soriana, a la que se pone el pimentón y se macera como si fuera un picadillo tradicional, o la vegetariana, de soja y verduras. 

A la repostería le tienen cogido muy bien el punto, especialmente a las tartas: de arándanos, la más veterana, y la americana de zanahoria y la de pera y chocolate, las más novedosas. Y afortunadamente, el tapeo también va regresando a este bar y a la calle del mismo nombre, gracias a la iniciativa ‘juepincho’ que los jueves anima a tapear por 2 euros (tapa y bebida). Lo dicho, todo un clásico que se reinventa en un entorno que está recobrando de nuevo el pulso. 

Heroísmo

Calle Heroísmo, 22. Zaragoza.

Teléfono: 976 391 000

Horario: 06.30 a cierre. Sábados y domingos: de 11.00 a cierre.

Abierto todos los días.

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