En busca de las mejores chips

Un panel de catadores aragoneses ha valorado ocho muestras de patatas de bolsa y ha dictaminado que la marca San Nicasio es la mejor, seguida por Lay's Artesanas y por la marca aragonesa Doruel.

Los catadores, en pleno trabajo de valoración de las muestras de patatas fritas.
En busca de las mejores chips

La patata frita de bolsa, o patata 'chip', es uno de los aperitivos y tentempiés más populares. Hay consumidores que son auténticos devoradores de bolsas y bolsas de este producto. En Aragón hemos encontrado al menos cuatro marcas autóctonas y las hemos puesto a 'reñir' en una cata ciega entre ellas mismas y con otras cuatro marcas nacionales de fama y prestigio para contrastar su atractivo en base al criterio de seis catadores: dos cocineros, dos sumilleres, una responsable de tienda y el crítico gastronómico que firma este reportaje.


La experiencia ha resultado de lo más interesante, ya que pocas veces nos paramos a valorar la calidad y características de este producto alimenticio. Normalmente, al ser un acompañamiento sabroso y crujiente que se riega con cerveza, refrescos o incluso vino, no nos detenemos a apreciar en detalle aspectos como la apariencia, el color, el aroma o el posgusto. Lo que más nos marca a la hora de comerlas en casa, en el bar o en la terraza es si tienen una textura más o menos crujiente o si son más o menos saladas.


La cata comparativa ha tenido lugar esta semana en el espacio gastronómico de la tienda de productos selectos Buen Gusto, en la plaza de Ariño, 1, de Zaragoza. Janire Porroche, propietaria de la tienda junto a David Flores, estaba en el panel de cata y destacó la dificultad de detectar las marcas de las patatas que iban probando los catadores. Y es que, como en el caso de las catas concurso de vinos, cuando las muestras llegan a la mesa desprovistas de etiquetas y marcas poderosas, se enfrentan al criterio de los expertos con el único bagaje de su calidad y capacidad de dar placer gastronómico.


La mesa de cata estaba compuesta también por los cocineros Miguel Ángel Revuelto, chef del restaurante zaragozano Gayarre, y Pepe Toledo, jefe de cocina y propietario de la Taberna María Morena, quienes eran los que más estaban al tanto de las variedades de patatas utilizadas y del buen estado del aceite utilizado. Hay que decir que las ocho marcas emplean aceite de oliva, aunque solo una, San Nicasio, utiliza aceite de oliva virgen extra. Y ese es un detalle que cuenta bastante, pues la fritura marca tanto el resultado final como la calidad de la materia prima.


En representación de la sumillería, dos narices de excepción: Guillermo Cruz, del restaurante Mugaritz (dos estrellas Michelin) y tercer clasificado en el último campeonato de España, e Ismael Ardid, campeón de su especialidad en el último Concurso Nacional de Hostelería.


Las mejores

Entre todos, valoramos una a una las ocho muestras que salieron a la mesa sin ninguna pista sobre su marca, teniendo en cuenta su presencia visual, su aroma, su sabor, su textura al tacto y al paladar, y su posgusto. Además, se otorgó una puntuación global.


Y al final, la vencedora fue la marca San Nicasio, que utiliza patatas de buena calidad y que se fríen en aceite de oliva virgen extra. Y eso se nota, sin duda, nada más llevarlas a la nariz, en la que se aprecian los matices del buen zumo de oliva con el que han sido cocinadas. Al cogerlas, la textura no es demasiado aceitosa y en la boca son crujientes y después forman una masa muy agradable, con un claro equilibrio entre los sabores de la patata, del aceite y de la sal (utilizan sal rosa del Himalaya, según la lista de ingredientes que describe el envase). Alguna pega en la valoración global sería la de que se queda un poco corta de sabor en el posgusto. Esta patata obtuvo 146 puntos, de 180 posibles, dejando en buen lugar una marca que presume de ser una de las mejores de España y que aparece en casi todas las listas de mejores patatas ‘chips’ que se elaboran en nuestro país.


En segunda posición quedó otra patata de ámbito nacional, Lay's Artesanas, que obtuvo 139 puntos. Uno de los aspectos más valorados fue su posgusto, mucho más persistente que el de otras competidoras. Por contra, en la fase olfativa no era tan potente ni agradable que la campeona. La textura en boca sí satisfizo a los catadores, aunque alguno llamó la atención sobre que tal vez es un poco aceitosa.


Y en la tercera posición, con 105 puntos, ya aparece una patata aragonesa, en concreto Doruel, cuya planta de elaboración se encuentra en la localidad turolense de Villarquemado. Es una patata con una llamativa presencia visual, con un aroma limpio y textura agradable, aunque en el conjunto de sensaciones que aporta al paladar predomina ligeramente la presencia de la sal sobre los sabores de la patata y del aceite. Es una patata que recomiendan calentarla en el microondas antes de consumirla.


La clasificada en cuarto lugar también es aragonesa, Tío Primi, de Primitivo Gil. Es una patata muy equilibrada en todas las fases de la cata aunque se quedó algo corta de sabor con respecto a las ganadoras.


El resto de patatas aragonesas que se valoraron –Gallo Rojo y Ecológicas del Pirineo– quedaron por detrás, lo mismo que las marcas Bonilla, que se elabora en Galicia, y Añavieja, que viene de Soria.


Volver al suplemento de gastronomía.