Soraya Sáenz de Santamaría, en Zaragoza: "En política, si hay talento va bien; si no, vemos lo que vemos"

La exvicepresidenta del Gobierno advierte en un foro de ADEA que "tenemos que acostumbrarnos a gestionar la inestabilidad"

Soraya Sáenz de Santamaría, durante su intervención en el foro ADEA. A su lado, el presidente de esta organización de directivos, Fernando Rodrigo.
Soraya Sáenz de Santamaría, durante su intervención en el foro ADEA. A su lado, el presidente de esta organización de directivos, Fernando Rodrigo.
Francisco Jiménez

Soraya Sáenz de Santamaría, exvicepresidenta del Gobierno con Mariano Rajoy, ha participado este miércoles en Zaragoza en un foro organizado por la asociación de directivos ADEA para hablar de cómo el contexto internacional está afectando a las empresas. Y aunque no estaba en el guion hablar de política, ha dejado caer algunas 'perlas' en las que se descubre su visión sobre la situación actual. Tras reconocer la dureza del trabajo de quienes están en primera línea, "sin vida privada" y "no entre los trabajos mejor pagados" teniendo en cuenta su trascendencia y las horas que se invierten, ha asegurado que "en política, si hay talento va bien; si no, hoy vemos lo que vemos".

No ha mencionado la exdirigente del PP en ningún momento el nombre de Pedro Sánchez. Tampoco el de Alberto Núñez Feijóo. Pero sí ha hecho referencias al clima de enfrentamiento que domina el panorama político nacional en este momento, en el que no se puede hablar de consensos y en el que prima más el espectáculo mediático que la "aburrida" gestión del día a día. "Hay que dignificar la política entre todos, si no aquí van a quedar unos románticos y otros menos románticos, que son los que no queremos", ha señalado. 

En un momento dado, Sáenz de Santamaría ha reconocido haber disfrutado en los debates que mantuvo en pleno fragor de la batalla parlamentaria con Teresa Fernández de la Vega (que fue vicepresidenta con José Luis Rodríguez Zapatero), en los que había un respeto que no parece que exista hoy.

"En política", ha dicho, si haces las cosas bien, puedes tener un impacto extraordinario", ha asegurado, si bien en respuesta a la última pregunta que le planteó la audiencia ha afirmado con rotundidad que no piensa en un eventual regreso a la política con posibilidades de optar a la presidencia del Gobierno.

"No, yo no voy a volver. No digo que no me interese, fueron años estupendos, pero intenté ser presidenta siendo antes del partido y los militantes lo vieron pero los cargos, no", ha apuntado en referencia al proceso que aupó a Pablo Casado al liderazgo del Partido Popular en 2018.

La ponente ha reivindicado el papel de gestión que ejercen quienes están al frente de las instituciones. Preguntada sobre los retos de futuro que debemos plantearnos como sociedad en el campo de la innovación, ha citado la inteligencia artificial, la computación cuántica y la genética, señalando que quizás no hemos sabido aprovechar la llegada de fondos europeos para meternos más en estos ámbitos. 

"A mí me tocó gobernar sin dinero. En mi época, cuando salían nuevos partidos, se hablaba del fin del bipartidismo y se decía que había que hacer más política, pero hay que recordar que alguien tiene que coger los expedientes, tramitar temas como los fondos europeos", ha señalado. "Entonces se decía que eso era burocracia y nos tachaban de burócratas", se ha quejado antes de mostrarse convencida de que los rifirrafes políticos aburren a los jóvenes y de que "la gestión aburrida es importante".

Y ha añadido: "Ojalá hubiese más políticos aburridos que trabajen en prioridades como la inteligencia artificial y que hablen con las empresas porque la colaboración público-privada es fundamental". 

Acto seguido ha recordado el momento en el que se reprochó al Gobierno de Mariano Rajoy que subieran los impuestos después de haber prometido que no lo harían. "Sí, los subimos, ya me lo digo yo, y ni tan mal". 

En ese momento ha reclamado un mayor consenso en la clase política para llevar adelante "proyectos de país" como los que atañen a la transición energética o el impulso de la tecnología. "¿Y eso cómo se consigue?", se ha preguntado. "Con consenso, pero eso no está de moda", se ha respondido ella misma.

En el foro de ADEA, Soraya Sáenz de Santamaría ha cumplido con la máxima de centrar su discurso en cómo la realidad geopolítica afecta a las empresas, y en ese sentido ha destacado cómo ha cambiado todo desde que a finales de los años 80 y principios de los 90 creíamos que íbamos a un mundo más abierto y libre. Había caído el muro de Berlín, rememoraba, y las expectativas eran muy halagüeñas. Pero el escenario actual, ha incidido, es otra cosa, la tecnología ha cambiado nuestra forma de vivir, de informarnos y de producir. Va todo mucho más rápido y "tenemos que gestionar la inestabilidad", ha recalcado.

El mundo sigue teniendo un líder estable y otro emergente, ha dicho en referencia a Estados Unidos y China. Junto a ellos, ha indicado, está una Europa "cada vez más desdibujada" y con el riesgo de convertirse en un parque temáticos, "todo ello aderezado con una Rusia que piensa como un imperio y actúa como un servicio secreto".

A todo esto, la hoy profesional de Cuatrecasas reconoce que la pandemia ha hecho que los Estados sean más proteccionistas porque se quieren asegurar que cuentan con los suministros necesarios. Por ello importa más, ha afirmado, la seguridad energética, la sanitaria, la de los proveedores. El año pasado, el primer proveedor de Estados Unidos fue México y no China, ha reseñado. Esto demuestra que queremos todo más cerca y asegurado.

En este contexto, Europa "es una potencia reguladora", ha considerado Sáenz de Santamaría, que ha reconocido que ese mantra regulatorio puede hacernos perder competitividad. "La regulación también cotiza en Bolsa", ha dicho. "Y hay que protegernos, sí, pero para conseguirlo hay que ser cuidadosos con la regulación", ha precisado.

La exvicepresidenta del Gobierno ha alertado, asimismo, del auge en el mundo de los extremismos políticos y de los populismos. "Todo eso deteriora la confianza de la población por las instituciones y eso es peligrosísimo", ha señalado, para a continuación llamar la atención de la presencia en esos entornos de actores que no desempeñan su labor en regímenes democráticos. "Somos más fuertes, damos más bienestar y las democracias son inestables, nos están diciendo", ha apuntado en referencia a personajes como Vladimir Putin, que seguirá presidiendo Rusia después de la pantomima electoral de su país el fin de semana pasado.

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