Confederación Hidragráfica del Ebro

Dolores Pascual: "Ahora mismo no hay ningún trasvase sobre la mesa"

La presidenta de la CHE hace balance del periodo de sequía y responde a las pretensiones catalanas de construir unatubería para llevar agua del Ebro a Barcelona.

La presidenta de la CHE, Dolores Pascual, esta semana en la sede del organismo de cuenca.
La presidenta de la CHE, Dolores Pascual, esta semana en la sede del organismo de cuenca.
Oliver Duch

2023 será recordado por una extrema sequía. ¿Ha sido la peor que ha vivido la CHE?

Yo diría que ha sido la situación más peculiar desde hace muchísimas décadas, no porque haya sido más intensa, sino porque ha sido mucho más amplia desde el punto de vista territorial. La cuenca del Ebro ha sufrido muchísimas sequías a lo largo de los últimos 100 años, pero esta ha tenido en algunos momentos el 85% del territorio de la cuenca en sequía prolongada y el 50% en emergencia, lo que ha supuesto muchísima tensión respecto del modelo que tenemos y ha requerido una gestión integral. Hemos visto cosas que no se habían visto en la Confederación, como las bajísimas cotas de Mequinenza, con los suministros y servidumbres que tiene este embalse y del Ebro, que abastece todo el Eje.

¿Qué momento fue el más difícil?

El mes de mayo, sin duda, porque en marzo y abril, cuando esperábamos que lloviera y cuando tradicionalmente las precipitaciones son más abundantes, sobre todo en el Pirineo, no cayó absolutamente nada y había territorios en la margen izquierda, muchos de ellos en Aragón, que estaban en una campaña ya ridícula. El Eje del Ebro también preocupaba muchísimo. Creo que ese fue el momento más crítico, porque teníamos por delante todo el verano, que podía ser muy caluroso, con altas demandas hídricas de los cultivos, con muchísima presión también sobre los abastecimientos, con muy pocas reservas en los embalses y con unos caudales en los ríos muy disminuidos.

Los agricultores catalanes les acusaron de improvisación. ¿Se puede anticipar una sequía así?

Se pueden prever situaciones en un momento determinado, pues a partir de marzo todos los agricultores hacen sus previsiones en función de las reservas de embalse, pero la verdad es que se venía de un año muy seco con lo cual el regadío había agotado todas las reversas. Los agricultores están acostumbrados también a estas situaciones y, sin perjuicio de que haya cosas que mejorar, en general el modelo que tenemos, y los tres pilares en los que se asienta como son la planificación, la participación y el principio de unidad de cuenca, ha funcionado bien.

Cataluña pidió mayor participación en la CHE. ¿Eso es una posibilidad?

Hemos hablado con ellos muchas veces y les hemos trasladado que la Confederación no entiende la gestión del agua sin la participación de las Comunidades autónomas. Las decisiones que se han tomado en los órganos colegiados, sea la comisión permanente de sequía, las comisiones de desembalse o las juntas de explotación ya cuentan con representación de las autonomías y, por supuesto, con representación de Cataluña.

Esta sequía ha resucitado los fantasmas del trasvase del Ebro. Ahora cuatros colegios profesionales de ingenieros y economistas de Cataluña piden conectar la red de agua de Barcelona a la del Ebro. ¿Qué les responde?

Ahora mismo no hay ningún trasvase encima de la mesa y en cualquier caso se trata de una cuestión de política hidráulica nacional. El objetivo de la Confederación es garantizar las demandas dentro de la cuenca y, en cualquier caso, eso tendrá que ser una cuestión valorada desde el punto de vista del momento y de la situación por parte del Ministerio. Creo también que la Generalitat tiene un plan para mejorar la garantía de abastecimiento a Barcelona y, por tanto, su prioridad es seguir con sistemas de desalación, de reutilización, de gestión conjunta de acuíferos de agua subterránea, de agua superficial... Creo que hacen una gestión muy solvente para garantizar el abastecimiento de sus ciudadanos.

¿Qué lecciones ha sacado la Confederación de esta sequía?

La primera y positiva es que el modelo funciona y nos hemos dado cuenta de que el plan especial de sequía ha sido una herramienta muy útil y una referencia muy importante. Ha habido, además, un alto compromiso ambiental. Nos hemos estrenado con el plan hidrológico de la demarcación con los caudales ecológicos y el cumplimiento ha sido muy satisfactorio. Y nos hemos dado cuenta de que la comunicación es muy importante, por eso hemos querido ser lo más transparentes posible para trasladar a la sociedad la situación en la que estábamos y realizar así una labor de concienciación. Se ha comprobado, además, que la modernización de los regadíos es esencial porque permite muchísima más flexibilidad en la demanda y, por tanto, los regadíos aragoneses de la margen izquierda como tienen un índice de modernización muy elevado han soportado muchísimo mejor la escasez que los regadíos tradicionales. Y se ha visto que en algunas zonas regables se tienen que mejorar los protocolos internos, como se tiene que hacer también en los abastecimientos.

Las lluvias han dado un respiro y los embalses se encuentran en la media de los últimos cinco años. ¿Lo peor ha pasado?

Desde luego la situación no se parece a la de mayo y en Aragón las lluvias han supuesto una mejora considerable. Ahora nos empieza a preocupar un poco la margen derecha, que durante este proceso de sequía ha estado aprovechando sus reservas de embalse y de sus acuíferos bien cargados desde los últimos temporales, como Gloria, pero ahora mismo necesita también aportaciones. Está en su situación de normalidad, pero estamos vigilando, porque si no lloviera, puede tener problemas.

Se ha pasado en unos meses de cupos y restricciones a desembalses. ¿No hay medidas para evitar esta paradoja?

Bueno, es que el clima es caos, ¿no? Lo que tenemos que hacer es estar preparados para los fenómenos extremos y lo que está claro es que lo único cierto en el cambio climático es la incertidumbre. Pero por parte de los usuarios se está avanzando, y especialmente en los regadíos, a pasos agigantados. La capacidad de adaptación que están intentando hacer, sobre todo a la sequía, es muy relevante, no solo a través de la modernización, sino con aplicación tecnológica, con la mejora de los sistemas de riego, con la adaptación de los cultivos a estrés hídrico, etc. Es verdad que, cuando con los embalses llenos, la posibilidad de que el río tenga crecidas naturales es algo a lo que nos va a obligar la normativa, porque supone un beneficio ambiental inestimable.

Hay quien defiende que los embalses son la mejor arma frente a la sequía y quien cree que si cada vez llueve menos, poco habrá que guardar por lo que no hacen falta más. ¿En qué argumento se sitúa la CHE?

Es evidente que los embalses son una herramienta esencial para la gestión de la sequía, pero no se puede confundir la herramienta con el objetivo. Nuestro objetivo global es alcanzar un equilibrio, un Ebro sostenible, o sea, tener actividades económicas en la cuenca que mejoran la vida de las personas, pero también un medio ambiente adecuado. Los embalses son una herramienta para conseguir objetivos, pero hacer un embalse es una cosa muy seria y hay que estudiar caso por caso.

¿Se puede recuperar Biscarrués como prometió el Gobierno de Aragón?

En este ciclo de planificación no se prevé la regulación del Gállego, ni Biscarrués. La cuenca del Gallego-Cinca y Riegos del Alto Aragón tiene todavía unas cuestiones muy relevantes que solucionar, conjuntamente con la Confederación, como la finalización del embalse de Almudévar y la integración de ese embalse aporta muchísima seguridad hídrica a las hectáreas de regadío que están previstas en el plan. El sistema de Riegos del Alto Aragón ya es un sistema muy compacto que tiene que aprender a gestionar todas las herramientas con las que cuenta, no solo las de regulación, sino también mejorar sus infraestructuras de transporte y mejorar, todavía más, su sistema de regadío.

¿Se sabe ya el origen del foco del Queiles que provocó el brote de gastroenteritis?

Ni los análisis que hizo Sanidad ni desde luego los nuestros han sido concluyentes. Parecía en principio que podía tener origen animal y ahora parece que tiene origen humano, pero no hay nada concluyente. Sí que es cierto que cada vez más la presión que hay sobre los ríos genera este tipo de problemas que, insisto, son puntuales, excepcionales. Efectivamente este tipo de cuestiones están surgiendo, sobre todo en periodo estival, por lo que hay que tener más de precaución y empezar a hacer más controles, también en las zonas de captación.

Porque, ¿cómo es la salud de ríos de la cuenca? ¿Están sanos?

El Ebro está muchísimo mejor ahora que hace décadas, en las que había vertidos más directos. El primer problema ambiental es la contaminación difusa por nitratos, pero como es difusa es muchísimo más difícil de actuar sobre ella. Se están incorporando medidas para el control de retornos por parte del regadío y estamos trabajando con los grandes sistemas para saber dónde hay mayor aporte de nitratos y hacer así estrategias conjuntas para mejorar prácticas agrarias y de los sistemas de cultivo y las explotaciones ganaderas.

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