agricultura

La sequía se ensaña con el secano del valle del Ebro y pone en peligro el cereal recién sembrado

En la comarca de Belchite, donde solo han caído 10 litros en dos meses, la sementera se ha realizado totalmente en seco. Los agricultores auguran que si no llueve en los próximos días comenzará a perderse semilla y, con ello, producción.

La sequía es evidente en un campo recién sembrado de cereal en Belchite.
La sequía es evidente en un campo recién sembrado de cereal en Belchite.
J. M.

Las borrascas que barrieron la provincia de Huesca el pasado octubre, los embalses recuperando los niveles de la media de los últimos cinco años y la nieve llegando a las estaciones de esquí de los Pirineos podrían dar la sensación de que la sequía se ha disipado en la Comunidad. No es, sin embargo, la realidad que viven los agricultores que están terminando estos días la siembra del cereal de invierno. Si en la provincia de Huesca, e incluso en el sur de Teruel, las lluvias han sido una bendición no solo para que se recuperaran las reservas hídricas sino para que la tierra tuviera la humedad adecuada para recibir el grano, en los secanos más áridos del valle del Ebro apenas ha caído una gota y los agricultores, que intentaron retrasar la siembra del cereal todo lo posible a la espera de precipitaciones, han tenido que realizar la sementara en medio de las polvaredas que levantan las sembradoras a su paso por una tierra totalmente seca.

"Desde septiembre apenas han caído diez litros y hemos tenido que echar el semilla sin nada de tempero en la tierra, con el convencimiento y, ójala me equivoque, de que estamos gastando dinero para no conseguir cosecha". Lo dice Jesús Martínez, agricultor de Belchite y presidente de la cooperativa de este municipio, pero lo sienten todos los agricultores de esta árida comarca, que ya fue fuertemente golpeada por la extrema sequía el pasado año.

Martínez reconoce que ahora vendría bien que llegaran las ansiadas lluvias para que la semilla enraizara. "Tendría que llover antes de Navidad", insiste el agricultor, aunque reconoce que las previsiones meteorológicas para los próximos días no recogen precisamente esta circunstancia.

Lo que no les preocupa, de momento, son las temperaturas. "El grano está igual que lo echamos, como la tierra está tan seca, no tira, por lo que igual da que haga frío que calor", añade.

Martínez insiste en que "cunde la preocupación y la incertidumbre" entre los agricultores de la zona, que han realizado la siembra "con total desánimo y sin alegría". De hecho, asegura que algunos productores que tenían previsto realizar inversiones en maquinaria van a desistir porque "todo apunta a que un año más la cosecha será un desastre".

No es solo el cereal de invierno el que preocupa a Martínez y la cooperativa de Belchite. En esta zona productora de aceite de reconocida calidad está también en plena campaña la recolección de la oliva. Las perspectivas de cosecha mejoran con mucho lo obtenido el pasado año, cuando apenas llegaron a las almazaras el 10% de una cosecha normal, es decir, 400.000 kilos. Este año se espera recoger 6 millones de kilos, pero la ausencia total de lluvias está poniendo en peligro las expectativas, ya que, explica este agricultor, dado que no hay humedad en el suelo, el árbol la coge del fruto y la oliva se está arrugando y, por lo tanto, su rendimiento será muy bajo. Aunque algunos de estos cultivos cuentan con riego a goteo, las dotaciones de las que disponen son "claramente insuficientes", matiza.

Y todo esto, advierte, en una comarca marcada por la despoblación en las que los agricultores van a tener muchas dificultades si encadenan otra campaña sin apenas producción. "Estamos muy desilusionados, si esto se prolonga otros tres años aquí no va a quedar nadie, aunque los que estamos seamos unos fanáticos de la agricultura", advierte.

Lo que se vive en Belchite se repite a lo largo del valle del Ebro, donde se sitúan comarcas agrarias tan relevantes en la producción de cereal de invierno como las de Zaragoza, Ejea de los Caballeros, Bajo Gallego, Borja, Cinco Villas, Monegros Zaragoza, Huerva-Zaragoza, Ribera Alta del Ebro, Ribera Baja del Ebro y Tarazona, y que aglutinan en torno al 25% de las más 780.000 hectáreas que Aragón dedica a este cultivo. "Si tarda en llover, se perderá semilla y, con ella, producción", señala José Antonio Miguel, secretario provincial de UAGA en Zaragoza, que asegura que la situación es complicada y en algunas zonas "incluso irreversible".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión