El Plan Juncker, una iniciativa de la Comisión para estimular la inversión en Europa fue puesto en marcha hace ya un año. ¿Todavía necesita promoción?

Sí, hay que seguir explicándolo a los empresarios a los que también hay que escuchar porque a veces tienen dudas pero también ideas que pueden ayudar. El plan lleva ya un año en marcha, pero estamos empezando y por eso hay que seguir animando a la gente para que presente sus proyectos, sus ideas creativas y sus buenas iniciativas.

¿Cómo está funcionando?

Estamos muy contentos con lo que hemos alcanzado hasta el momento. Hemos movilizado más de 100.000 millones de euros en financiación total privada en proyectos de toda Europa.

Muchos europarlamentarios han sido muy críticos con el primer año del plan porque aseguran que no ha creado el empleo previsto, que solo ha favorecido a las grandes corporaciones y que ha profundizado en las desiguldadades regionales. ¿Qué contesta a eso la Comisión?

Nosotros estamos satisfechos, hemos trabajado mucho. Tenemos una cartera muy diversifcada de proyectos y no solo de grandes corporaciones. Hay que recordar que el 25% de la financiación total está destinada a las pymes que tienen a su disposición plataformas para poder presentar sus proyectos. Es cierto que hay países que han presentado más proyectos que otros y han movilizado más inversión, por eso estamos trabajando en comunicar e informar para animar a los empresarios a utilizar este plan. Un punto muy importante a tener en cuenta es que no trabajamos con cuotas regionales, ni tampoco con cuotas nacionales. Claro, todo el mundo se obsesiona un poco por eso, pero lo que queremos es que lo único que cuente sea el proyecto y si hay mejores ideas en un país hay más proyectos en ese país, eso está claro. Pero creo que España lo está haciendo bastante bien, se han firmado ya ocho proyectos importantes y hay pymes que están comenzando a acudir al plan.

Pero España no es precisamente uno de los países que más activamente ha acudido a este plan. ¿No hay ánimo inversor?

No es eso. Hay mucha liquidez en los mercados y por todas partes, pero esa liquidez no está llegando a la economía real ni a los proyectos más arriesgados. Hay muchos ahorros, los privados y las empresas ahorran mucho dinero, pero el problema es psicológico. Los inversores mantienen la desconfianza, todavía no se atreven y eso es justamente el objetivo del plan de inversiones: crear un colchón para absorber las primeras pérdidas y así los inversores privados pueden invertir en los tramos más seguros. Porque lo que queremos con este plan son impulsar proyectos más arriesgados.

Más arriesgados y ¿con qué características, de qué sectores?

Por supuesto que creen empleo, pero sobre todo queremos proyectos que produzcan un beneficio, que sean económicamente viables. Hay que insistir en que esto no son fondos estructurales, es otra cosa, no es una subvención, es un estímulo a la inversión privada.

¿La incertidumbre política en España ha sido un freno para estas posibles inversiones?

Eso debería preguntárselo a un inversor. Puede ser, pero lo cierto es que en Europa hay todavía otras muchas incertidumbres, tenemos la crisis con Rusia, con Grecia, el ‘brexit’... Desde luego que el Plan Juncker no es la panacea, quizá sea una gota en el océano, pero hay que empezar por algo y este plan de inversiones es un buen mensaje positivo, un instrumento con el que se rebaja el riesgo de todos aquellos inversores privados que ven todas esas incertidumbres.

A la Comisión le preocupa el nivel de inversión de los países pero también el déficit. ¿Será España el primer país sancionado por incumplir el objetivo marcado por Bruselas?

Eso lo tenemos que ver en julio, la Comisión tomará una decisión ese mes y hasta entonces tenemos que esperar.

Bruselas felicitó a España por las reformas, pero no deja de pedirle ajustes. ¿No se hizo tan bien entonces?

Es lo normal, todas las recomendaciones que hacemos para que se hagan reformas estructurales tienen un horizonte a medio plazo, son reformas que se deben cumplir hasta el final y en un periodo de pocos meses no es posible. Todos los países en Europa reciben esas recomendaciones una vez al año y España ha hecho un esfuerzo bastante importante pero, como en cualquier otro país, hay que seguir implementando las reformas.

La reforma laboral no ha podido reducir la elevada tasa de paro, especialmente juvenil. ¿Exigirán una nueva vuelta de tuerca?

Las recomendaciones que hacemos en ese entorno es más en el sentido de que se mejoren las herramientas de búsqueda de trabajo para que los jóvenes pueden encontrar empleo por toda España. También hemos recomendado que se reduzca la burocracia necesaria para montar un negocio, porque se puede crear empleo si se quita peso administrativo a los empresarios.