Larga vida a la Copa

El Real Zaragoza y La Romareda reviven el sabor de su torneo favorito con la visita de esta tarde del Llagostera. Popovic pierde a Diamanka y dará entrada a Abraham, Ángel y Ari.

Jugadores del RealZaragoza en un entrenamiento, con Abraham a la cabeza.
Jugadores del RealZaragoza en un entrenamiento, con Abraham a la cabeza.
Oliver Duch

La Copa del Rey siempre fue el jardín de infancia del Real Zaragoza. El lugar donde fabricó su prestigio en los años 60 y donde se inspiraron varias de sus mayores felicidades. Todo esto se observa muy atrás, por el espejo retrovisor de la nostalgia, pero, como dijo ayer Ranko Popovic: "La Copa es la Copa".


Merece, pues, honores, dignidad y honra. Una victoria y una clasificación, a la espera de que en la siguiente solapa del torneo caiga sobre La Romareda un equipo de Primera. Aunque sea para recordar lo que se fue hace no mucho. Visita Zaragoza en esta eliminatoria a partido único entre clubes de Segunda División el Llagostera.


Los gerundenses, la actual bandera en el fútbol de la Costa Brava, llegan después de eliminar en la anterior ronda –en la que el Zaragoza quedó exento– al Albacete con necesidad de prórroga en su estadio (2-1). La clasificación de Segunda dice de ellos que son los actuales colistas de la categoría junto al Bilbao Athletic, con 7 puntos. Eso son solo cinco menos de los que suma el Zaragoza, que marcha séptimo.


La Copa, no obstante, es otra cosa. Para el Zaragoza, el torneo tiene un valor histórico. Ha levantado su trofeo seis veces, pero la realidad contemporánea es más adusta: desde que perdió la final de 2006 contra el Espanyol (4-1), días antes del aclamado desembarco ‘agapitista’, el Zaragoza ha sido eliminado seis veces en su primera comparecencia. Al equipo aragonés, esta vez, se le va a pedir antes que suba a Primera a que alce la Copa, está claro. Si la Copa es la Copa, la prioridad es la prioridad. La liga concentra los esfuerzos.


Pese a todo, tanto la cita de hoy como posibles sucesivas en este torneo no debe derramarse así por así. Son ocasiones para fomentar dinámicas ganadoras, ajustar cuestiones tácticas o probar variantes. También para ensanchar el ánimo. Porque ganar no cansa. Contra el Llagostera, Popovic no podrá dosificar esfuerzos más allá de lo justo que le permiten las ausencias. La última baja es la de Diamanka, con molestias en la rodilla derecha. Nada grave. Pero se han considerado convenientes las medidas precavidas para que esté en plenitud contra el Tenerife.


De este modo, la rotación será estrecha. Jugarán Abraham, Ángel y Aria Hasegawa. Falta comprobar en dónde. Si Popovic dará descanso a Hinestroza, a Rico, a Jorge Díaz, a Ortuño, a Dorca... En principio, Aria entrará donde Diamanka. Pero Abraham puede ir al lateral o al extremo. Y Ángel a un extremo o al centro de la delantera... En la lista, se han mantenido los tres canteranos que viajaron a Albacete, el central Iñaki Olaortúa, el medio Sergio Gil y el delantero Jorge Ortí. Además, regresa Vallejo, en principio para la suplencia, en el lugar de Diamanka. No entró en la convocatoria Bono, y Manu Herrera permanecerá en la portería.


En el Llagostera, con una plantilla amplia, sí hay más espacio para las rotaciones. Oriol Alsina, ideólogo de este proyecto, club que está alcanzando su pubertad en el fútbol profesional, y entrenador, dará oportunidad a los menos habituales. Tiene lesionados a Ruymán y a René. También tienen problemas físicos Eloi Gila y Querol. Serán baja también. Y Chumbi –verdugo la pasada temporada del Zaragoza en Copa con el Albacete–, el aragonés Chus Herrero y Emilio acaban de salir de la enfermería.


Como marco del partido, sobresaldrá una ciudad en pleno frenesí pilarista, por lo que La Romareda –no pagan los abonados– podría presentar un buen color, a la altura de lo que este torneo, siempre ha traído a este estadio: tardes grandes. Que la Copa sea larga.

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