Una fiesta muy seria

El Real Zaragoza disputa en Soria un partido trascendental en sus aspiraciones.

El defensa Mario, en el momento de embarcar ayer rumbo a Soria
Una fiesta muy seria
Asier Alcorta

En Soria y en cualquier parte deben de estar de vicio unos torreznos con rebollones regados con cervecita Ambar. El fútbol también es eso. Y es bueno que sea eso. Es precioso que dos aficiones convivan, que disfruten juntas, que muestren sin ambages su afinidad. Sí, más de 2.000 seguidores llegados de Zaragoza y otros tantos del Numancia entrarán esta tarde unidos al campo de Los Parajitos. Fiesta del fútbol. Fiesta bien bonita en Soria. Fiesta para presumir entre tanto follón y tanto lío entre aficiones enfrentadas. Desde luego, no es el caso de esta tarde a la orilla del Duero. Nos habíamos quedado en la puerta del estadio de Los Pajaritos con dos aficiones hermanas abrazadas y música de charanga. Todo esto será antes de las 18.15, hora a la que está fijado el inicio del encuentro. A partir de esa hora, aunque en la grada continúe el sarao festivo, sobre el césped se disputará un encuentro trascendental en las aspiraciones de sorianos y aragoneses. Ni charangas ni gaitas: unos y otros saben que en el careo se dirimirán tres puntos esenciales para escapar de las brasas del descenso o regresar al paraíso de la zona de ascenso, respectivamente. Sí, habrá fiesta en Soria, pero una fiesta muy seria.


El fútbol adquirió su condición de deporte de masas desde que el gol engendró una manifestación de júbilo. El gol no solo lo celebra el autor. Lo festejan sus compañeros, el equipo entero. Y soporte del equipo es su afición. Aunque los torreznos, los rebollones y la cervecita sienten fenomenal y ayuden a la fiesta, no hay mayor fiesta en el fútbol que la celebración de los goles. Seguro que el personal que se desplace a Soria lo pasará fenomenal durante el día. Pero no habrá mayor felicidad que lanzarle un besico al Moncayo con los tres puntos en las alforjas en el viaje de regreso. Eso constituiría la verdadera fiesta que hoy se vivirá en Soria.


El nido de Los Pajaritos cobija muchos sueños zaragocistas. El Zaragoza anhela quebrar la racha de tres encuentros sin conocer la victoria que le ha despeñado hasta la octava plaza, fuera de la zona de promoción de ascenso. Cierto es que en esta porción negativa de la temporada han mediado dos arbitrajes sibilinos sufridos ante el Tenerife y el Sporting, y un empate ante el Betis. También conviene subrayar que pese a solo sumar un punto en tres jornadas, en estos tres partidos el Zaragoza facturó cinco goles, registro notable si el conjunto aragonés los supiera defender, como en el inicio liguero, cuando los cinco primeros goles del curso le permitieron cosechar ocho puntos. Recuperar la fiabilidad defensiva y conservar la capacidad anotadora sería maravilloso.


Resulta evidente que el problema del Zaragoza reside atrás. Rubén está lesionado, Mario lo estuvo y sigue entre algodones, y Vallejo ya salió pero acaba de volver de la selección sub 19. Es decir, entre unas cosas y otras, Víctor Muñoz no ha podido estabilizar una zona central defensiva, parcela muy sensible en todo equipo.


Víctor probó esta semana con Vallejo y Cabrera. También con Mario y Cabrera. Con Diogo y Rico en los laterales, es muy problable que hoy alinee a Mario y Cabrera en el centro. Para robustecer la estructura defensiva, como compañero del timonel Dorca, Víctor apostará por la seriedad de Lolo en vez de la alegría de Galarreta. El resto del once es pura fantasía: llegada y talento por las bandas con Pedro y Eldin; disparo y peligro permanente con Willian José; y gol, mucho gol, la verdadera fiesta del fútbol, con Borja Bastón.


Enfrente espera el Numancia de un currante de los arrabales del fútbol de élite, como es Anquela. Todavía no han ganado los sorianos en casa en lo que llevamos de primera vuelta. Eso sí, cuidado, que llevan cuatro partidos sin perder, más o menos desde que regresó Julio Álvarez tras su lesión. Anquela no podrá contar hoy con Regalón, líder en el eje defensivo. Los sorianos son muy peligrosos en acciones de estrategia, a balón parado, donde la envergadura del defensa Juanma y el ariete Enrich llevan mucho peligro. No solo hay que marcar. El Zaragoza también tendrá que saber defender para ganar. Seguro que los torreznos y los rebollones estarán de lujo, pero la fiesta solo será completa si mañana cuando abran estas páginas leen que el Zaragoza ha ganado en Soria y ha regresado a la zona de promoción.