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Real Zaragoza-Burgos: otro peldaño hacia a la salvación

El equipo aragonés rozará la permanencia en caso de victoria contra el Burgos, aspirante a la promoción de ascenso, pero uno de los peores visitantes de Segunda

fotografo: Colaborador 2 [[[PREVISIONES HA]]] tema: Entrenamiento Real Zaragoza
Liso, en el entrenamiento de este sábado
Francisco Jiménez

La escalera hacia la salvación matemática le reserva al Real Zaragoza un peldaño maestro, un paso decisivo que puede despejar de una vez por todas los temores y peligros en los que ha desembocado una nueva temporada de fracasos, errores, decepciones y desatinos en diferentes áreas ejecutivas del club. Mientras las notas de la temporada aguardan a que el equipo haga pie en Segunda para una temporada más; el equipo aún precisa de algún triunfo más para atar esa permanencia.

 La visita del Burgos a La Romareda le trae al Zaragoza esa oportunidad. Una victoria más alzaría al conjunto aragonés a los 49 puntos, la frontera teórica a la que proyecta la salvación este año después de que los equipos descolgados en la tabla hayan puesto sus motores en combustión en las últimas jornadas cuando ya nadie lo esperaba.

Si el Zaragoza vence al Burgos y algún resultado más acompaña esta jornada, el color del horizonte se aclarará. A falta aún de cuatro partidos, la renta será suficiente. Podrá así respirar ya tranquilo Víctor Fernández, cuyo futuro en el club aún está pendiente de ese juego de estrategia, cálculos, ambición de poderes en la toma de decisiones y maniobras satelitales y mediáticas que van a jugar un papel clave desde el mismo momento en el que el Zaragoza abroche la salvación

Por lo pronto, después de dejar ese futuro en el aire, de recalcar que la misión le “estaba costando la salud” y de escenificar y liderar varias celebraciones con la grada en las últimas jornadas, Víctor Fernández ya tiene preparado el terreno para ponerle a la propiedad sobre la mesa su as de oros en esta partida: el apoyo popular. Una victoria contra el Burgos podría traer ya el siguiente episodio del serial: La Romareda cantando el ‘Víctor quédate’. No hay nada más poderoso que eso a la hora de exigir y negociar, ni siquiera la reacción manifestada por el equipo en juego y resultados. Aunque Víctor aún no mejora gran cosa las cosechas de Escribá o Velázquez, pues solo ha sumado nueve puntos de 21 posibles, el fútbol del Zaragoza tiene otra alma, otros espíritu con el técnico aragonés. 

Poco a poco, su juego ha tendido hacia una identidad muy concreta, definida por la verticalidad, el contragolpe y la gestión de los espacios profundos. Con una intención más afilada y la simplificación de sus notas tácticas, el Zaragoza de Víctor ha ido abriéndose camino hacia el reprogramado objetivo de esta accidentada temporada.

El rival este domingo es el Burgos, aún aspirante al ascenso, instalado en la periferia de las posiciones de promoción. Es un equipo equilibrado, con jugadores fuertes, atléticos y físicos en sus puestos de contención o en la delantera, pero que también tiene pies dulces, como los de Curro, Montiel o Dani Ojeda. Bolo ha evolucionado a un equipo hacia su sello habitual, un fútbol dinámico y agresivo en lo ofensivo, con mucho ritmo y verticalidad en la dirección del juego. Esas señas se le aprecian más en El Plantío, donde aún no ha perdido este año, que fuera de casa. El Burgos se mantiene arriba gracias a su dinámica como local, porque como visitante es el segundo peor equipo de Segunda y el que más goles ha encajado (37) lejos de su campo. Hace días que en el Zaragoza este rival está marcado en rojo. Su visita a La Romareda se observaba como una de esas victorias que no se podían pasar por alto. Ese día ha llegado.

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