La Policía abortó una posible pelea en Miranda: 8 ultras del Valladolid con barras de hierro esperaban a los del Real Zaragoza
Los vallisoletanos se desplazaron el 24 de marzo, cuando el Real Zaragoza se enfrentaba al Mirandés.
La Policía Nacional interceptó el pasado 24 de marzo a un grupo de ultras del Real Valladolid, que portaban barras de hierro y ocultaban su rostro con pasamontañas, en Miranda de Ebro (Burgos), lo que permitió presumiblemente abortar un altercado violento con ultras del Real Zaragoza, equipo al que se enfrentaban los de Miranda aquella tarde de domingo.
En una nota de prensa remitida este viernes, ante los partidos que enfrentarán el fin de semana al CD Mirandés y el Real Valladolid en Miranda y el Real Zaragoza y el Burgos CF en la capital zaragozana, la Policía Nacional ha indicado que “trabajarán con total normalidad, evitando y en su caso persiguiendo actos violentos”, como los que se podrían haber producido el 24 de marzo.
Una llamada de un ciudadano a las Fuerzas de Seguridad advirtió aquel día de la presencia de un grupo de jóvenes que se habían bajado de dos vehículos en una calle próxima al estadio municipal de Anduva y que llevaban barradas de hierro y ocultaban su rostro con pasamontañas.
Los jóvenes habían llegado minutos antes de que acabara el encuentro que disputaban el Mirandés y el Real Zaragoza en el estadio, y que no había sido declarado de alto riesgo, lo que llamó la atención también a la policía, que movilizó varias dotaciones.
En su intervención, los agentes identificaron a ocho de los jóvenes, cuya estética ‘ultra’ y su procedencia de Valladolid no era coherente con las explicaciones dadas a los agentes, han explico fuentes policiales.
Además, una inspección en sus vehículos permitió intervenirles varias barras de hierro, bastones extensibles de trekking, un palo de golf, máscaras artesanales realizadas con balones de baloncesto y una pegatina con la enseña ‘Ultras RVCF, 1928’.
La Policía Nacional presume que estos jóvenes se habían desplazado hasta Miranda buscando un enfrentamiento con ultras del Real Zaragoza, como respuesta a incidentes ocurridos entre aficionados radicales de ambos equipos.
La actuación fue puesta en conocimiento de la Autoridad Gubernativa, por si de la actuación policial pudieran derivarse sanciones administrativas en aplicación de la vigente Ley del Deporte.
