Julio Velázquez dirige el entrenamiento con normalidad y Cordero le da una última bala en Valladolid

El técnico dirige la sesión de recuperación del Real Zaragoza tras la derrota contra el Amorebieta, mientas en el club se aborda el debate sobre su continuidad y posibles soluciones. Con Cordero como sostén principal, todo apunta a que agotará su última oportunidad en Valladolid.

fotografo: Colaborador 6 [[[PREVISIONES HA]]] tema: Entrenamiento del Real Zaragoza
Julio Velázquez, en  el entrenamiento de hoy  del Real Zaragoza
 Rubén Losada

Julio Velázquez sigue en su puesto. Pendiente de los ejercicios de sus jugadores, reflexivo, solitario -a su estilo-, ha ejercido con normalidad y serenidad. El entrenador dirigió este lunes la sesión de entrenamiento del Real Zaragoza en la Ciudad Deportiva, una jornada marcada por la recuperación de esfuerzos tras la derrota contra el colista Amorebieta del domingo. Un resultado que deja a Julio Velázquez  en una situación delicada y de extrema gravedad, en la cuerda floja, y con Valladolid como bala final, tal y como avanzó ayer HERALDO. La situación apenas ha variado en las últimas horas, después de que los dirigentes del club conversaran con el técnico tras el partido en La Romareda. Está previsto que a lo largo de la jornada se produzcan más debates y discusiones internas a todos los niveles de la compleja cadena de mandos del club. Desde la propiedad a la dirección deportiva. Sin embargo, estos debates se están enfocando más hacia el camino a seguir si se acaba destituyendo a Velázquez que hacia la decisión de despedir ya al entrenador.

Esta mañana, mientras el equipo, con los suplentes del domingo sobre el césped y los titulares en el gimnasio, Juan Carlos Cordero ha debatido el asunto con sus principales ayudantes del área deportiva en una reunión. Es el ejecutivo murciano el principal sostén y valedor de la continuidad de Velázquez, al menos, hasta el partido contra el Valladolid del próximo sábado. Todo apunta a que así será, y que el técnico, a quien oficialmente es difícil que se le traslade un ‘ultimátum’ o mensaje definitivo, se sentará en el banquillo del equipo en Pucela. El martes la plantilla tendrá fiesta, y, salvo que los acontecimiento se precipiten desde las alturas del Real Zaragoza, Velázquez estará el miércoles en la Ciudad Deportiva.

Porque menos apoyos tiene ya Velázquez en otras esferas de la sociedad. La preocupación está instalada de lleno en la entidad ante el colapso del equipo, pero la situación es compleja. La destitución de Velázquez presenta una notable dificultad: hallarle un relevo. Sería así el tercer entrenador de la temporada, un extremo que pondría contra las cuerdas el proyecto deportivo iniciado con Juan Carlos Cordero y representaría la confirmación de un plan fallido. 

El mercado de entrenadores a estas alturas de la temporada es muy intrincado. Apenas hay opciones de nivel habilitadas -muchos técnicos destituidos este año no pueden contratarse por reglamentación- y además la llegada de un nuevo técnico conllevaría condicionar también la próxima temporada. No es una solución sencilla. Más manejable es la apuesta por alguien de la casa, al estilo de cuando en 2017 se decidió darle el equipo a César Láinez de forma transitoria cuando se destituyó a Raúl Agné. Emilio Larraz, técnico del filial, sería el relevo natural si se apuesta por esta vía. Pero tampoco es seguro que él sea esa apuesta de la casa.

En la situación de Velázquez interceden diferentes factores que condicionan su destitución. Por un lado, la compleja cadena de mandos del club, con un centro de toma de decisiones heterogéneo, deslocalizado y con varias capas: la propiedad, sus consejeros y asesores principales, la coordinación técnica del grupo inversor, la dirección deportiva de Juan Carlos Cordero ... 

En el Zaragoza, ya hay sectores preocupados por la falta de respuesta con Velázquez. . Ahora mismo, el principal sostén del técnico es quien apostó por él: Juan Carlos Cordero. El murciano, en una decisión personalísima en noviembre cuando había informes partidarios de otras alternativas con más experiencia y nombre en la rueda de entrenadores como Pablo Machín, quedaría ya muy expuesto con una destitución, poco más de tres meses después, de su designación para el banquillo. Cordero, después de convivir con Escribá -un técnico que ya estaba antes de su contratación- se sintió facultado para elegir su candidato. Así fue. 

La fallida apuesta que conllevaría un despido tan temprano lo dejaría sin escudo y en una situación aún más delicada, después de haber sido el director deportivo que más recursos económicos ha dispuesto en la actual etapa del club en Segunda, el cuarto límite salarial de la categoría.

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