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El nuevo fútbol de Germán Valera

Julio Velázquez ha reinventado al futbolista murciano del Real Zaragoza, trasladándolo del extremo derecho al carrilero izquierdo.

Partido Espanyol-Real Zaragoza, jornada 19 de Segunda División
Partido Espanyol-Real Zaragoza, jornada 19 de Segunda División
Carlos Gil Roig - Prensa 2

Julio Velázquez ha reinventado a Germán Valera como carrilero izquierdo, una posición inédita en el currículo profesional del futbolista murciano, que ha cruzado en apenas dos semanas el campo en diagonal: del extremo derecho a pierna cambiada con Escribá ha pasado al carril izquierdo, con más metros para atacar y con más exigencias defensivas. En sus dos partidos en la nueva demarcación, Valera ha intervenido más: de tocar 23 y 31 balones en sus dos últimas titularidades contra Elche y Huesca; frente a Leganés y Espanyol lo hizo 49 y 50, respectivamente. Valera está más en contacto con la pelota en los tramos medios, aunque, como peaje, pisa menos el área.

Lejos de exhibir incomodidad o desajustes en esa nueva posición, Valera se ha destacado como en engranaje clave en el sistema del equipo. El futbolista posee, en este sentido, varias cualidades que han facilitado su adaptación: es resistente a la hora de repetir esfuerzos; tiene calidad, desborde, sensibilidad y regate para los uno contra uno que le genera la demarcación; también es potente y veloz para profundizar en banda; y es jugador de pierna fuerte para los duelos defensivos.

Todas esas condiciones las ha procesado como una oportunidad Julio Velázquez cuando se ha quedado sin laterales izquierdos en la plantilla. El técnico está sacando rendimiento a un jugador de tradicionales esencias individuales. En Valera, tanto en el Andorra, como en sus anteriores etapas, en Tenerife o en el filial de la Real Sociedad, o incluso en las categorías inferiores de España donde jugó por zonas interiores, han predominado las soluciones de ese tipo. Ha sido casi siempre un punto de desequilibrio individual.

Estamos así ante su versión más cooperativa, gregaria y sacrificada. El carril le exige a Valera muchos metros de trabajo y recorrido y gran compromiso defensivo. Y eso también le aleja de su radio de acción favorito: el pico del área rival. Velázquez ha sacrificado eso, ha apartado a Valera de la zona donde más daño puede hacer, para ponerlo al servicio de ello. Su mérito, en este sentido, no es solo haber acertado desde un punto de vista táctico con esa decisión: ha solucionado un problema grave en la posición tras las bajas de Nieto o Lecoeuche. Sino que el entrenador, además, ha convencido al futbolista de que puede destacar en esa nueva función y ser igualmente útil para el equipo. Al fin y al cabo, Valera tampoco estaba ‘haciendo números’, ni esto ha sido una constante en su trayectoria: este año sumaba solo un gol y ninguna asistencia; en el Andorra firmó dos y dos en 39 partidos; en el Tenerife hizo dos tantos y una asistencia en 17 jornadas; y la Real Sociedad solo marcó un gol en 20 encuentros.

De momento, esta versión más generosa y esforzada de Valera está repercutiendo en su modo de jugar. Sigue exhibiendo sus mejores virtudes, aunque a más metros de la portería rival. Una de las vías para acercarlo a ella es que el Zaragoza -después de jugar contra rivales bien organizados en defensa como Leganés y Espanyol- comience a jugar más en campo rival: así, meterá a Valera en ese tercio final cuando se fije como extremo. De momento, además de intervenir más veces, también está centrando más, consecuencia también de jugar a pie natural. Aunque en el Andorra alternó el extremo derecho y el izquierdo y Escribá lo destinó a la derecha normalmente; Valera ha frecuentado más la izquierda, donde, zurdo como es, tiene salida por fuera. En los últimos dos partidos, ha centrado 9 veces, tantas como en los anteriores 8 partidos.

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