El Real Zaragoza y su ‘prime’
Cuando el Real Zaragoza estuvo en su ‘prime’ -como dicen ahora los chavales y los 'streamers'- aún era verano. El mejor momento del equipo de Escribá llegó en esas cinco primeras jornadas en las que parecía que Juan Carlos Cordero había hecho el ‘dream team’ de Segunda División y Fran Escribá era un mago de la pizarra que inventó un rombo mágico al servicio de un equipo que parecía invencible.
Pero a mediados de septiembre la cosa empezó a cambiar. Ese Zaragoza todopoderoso, que ganaba hasta cuando no lo merecía, ha ido decayendo hasta el punto de que desde aquellas cinco victorias ha jugado siete partidos y solo ha ganado uno, con derrotas en casa contra equipos como el Alcorcón y el Mirandés, dicho con todo el respeto para el Alcorcón y el Mirandés.
Fran Escribá está en el punto más alejado de su ‘prime’. Cerca de cumplirse un año de su llegada al equipo, el entrenador del Real Zaragoza pasa por su momento más complicado desde que ocupa el banquillo de La Romareda. La euforia que se vivía en los despachos y en la grada ya pasó, y el ambiente está en ese punto de tensión en el que cualquier día el enfado puede acabar por estallar. Un mal resultado en Burgos esta noche puede sobrecalentar un magma peligroso para el siguiente partido en casa. Una victoria, por el contrario, devolvería un punto de optimismo a un equipo en una liga en la que, por otro lado, nadie gana fácil.
El Zaragoza ha tenido varias oportunidades en las últimas jornadas para demostrar su potencial, midiéndose de tú a tú ante candidatos al ascenso. Por la circunstancia que sea, las ha ido dejando pasar. Vencer en un campo en el que nadie ha ganado devolvería al equipo su principio de autoridad.
