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Germán Valera pone la directa

Ya plenamente aclimatado al equipo, el extremo murciano marcó su primer gol contra el Racing y se alzó como la pieza más singular del Zaragoza con su desequilibrio y verticalidad. Ya es uno de los mejores regateadores de la liga. 

Germán Valera escapa de Íñigo Vicente, futbolista del Racing.
Germán Valera escapa de Íñigo Vicente, futbolista del Racing.
Oliver Duch

Mirar hacia adelante, hacia la portería del enemigo. Ese fue el patrón de comportamiento de Germán Valera contra el Racing y constituye la esencia del fútbol que ha desplegado en los pocos ratos que ha vestido la camiseta del Real Zaragoza, pues llegó más tarde a la plantilla que otros, Escribá reguló su puesta en escena y apenas ha sido titular en dos partidos, ambos en casa, contra Eldense y Racing.

Ya plenamente aclimatado a los conceptos y propósitos de su equipo, el chisposo extremo murciano se alzó en el partido frente a los cántabros como la figura del Real Zaragoza más singular, de fútbol más diferente y genuino por su desequilibrio ante las defensas rivales y por su incesante verticalidad. Su perfil de atacante agresivo, desenfadado, valiente e incisivo es oro puro en una categoría así y para una escuadra tan huérfana de profundidad, de producción ofensiva y atrevimiento individual como el Zaragoza de los últimos partidos. Le da lo mismo a Germán cómo percutir: lo mismo la pide al pie que asalta los espacios.

Valera enseñó los colmillos y afiló al equipo por su lado derecho, sector único desde el que se abrieron caminos al gol. Precisamente, el futbolista murciano sumó el primero en su cuenta, al marcar el tanto del empate al filo del descanso con una acción de intuición y lucidez: allí donde iba a caer un rechace de la defensa del Racing apareció él con un remate con cierta complejidad en su ejecución, pero al que le supo dar la dirección y la potencia exactas para batir a Ezkieta. En resumen, Germán Valera, de 21 años, fue el principal punto de ruptura del Real Zaragoza en un partido en el que sufrió a nivel ofensivo.

Desde su fichaje a mediados de agosto; el futbolista cedido por el Atlético de Madrid ha llevado a cabo un acercamiento progresivo a los planes principales de Escribá. Goteó unos minutos testimoniales contra Villarreal B y Valladolid; tuvo medio partido -la segunda mitad- contra el Tenerife, donde ya tuvo cierto impacto en la mejora del Zaragoza aquel día; se estrenó como titular contra el Eldense en una cita en la que comenzó a desplegar con firmeza su fútbol de desborde y verticalidad; fue suplente en Cartagena después de una semana con molestias y apenas participó un cuarto de hora; y retornó al once contra el Racing en su jornada más redonda y completa. Ningún futbolista del campo ese día protagonizó más duelos ofensivos (19), muy por encima de los 10 de Andrés Martín, y abrumadoramente por encima de otros compañeros de equipo: Gámez (8) y Luna (6). El Zaragoza, en gran medida, dependió de él para atacar. Además, intentó más regates que nadie (11), completando tres.

Consumado especialista en la materia -ya el curso pasado figuró entre los mejores de la liga-; a Germán Valera le han bastado cuatro ratos para incrustarse entre los más destacados regateadores de la temporada. Es el cuarto que más protagoniza por 90 minutos jugados (9,18), solo superado por Ontiveros (Villarreal B/10,59), Haissem Hassan (Sporting/10,29) e Iván Sánchez (Valladolid/9,35). Además, Germán Valera (16,53) es el octavo futbolista de Segunda que más duelos ofensivos realiza, una faceta liderada Haissem Hassan (Sporting (18,51) y en la que sobresalen Manu Nieto (Andorra/18,09), Paulino de la Fuente (Oviedo/17,53), Ontiveros (Villarreal B/17,53), Lobete (Andorra/17,38), Iván Sánchez (Valladolid/17,29), Dyego Sousa (Alcorcón/16,67). y el segundo que más índice de cierto con un 46,67%, de todos hombres solo Iván Sanchez le mejor (47,96).

Germán Valera, así, es el ‘agente del caos’ dentro del sistema cartesiano de Fran Escribá, la palanca de aceleración de un equipo escaso de velocidad y progresiones ofensivas. Aunque está apareciendo en la derecha y ese es su lado más frecuente, Valera es zurdo y conoce ese flanco del campo. En el Andorra, por ejemplo, Éder Sarabia lo alternó de extremo en función de los rivales y las necesidades del equipo. Ya en sus primeros minutos en el Zaragoza asomó por la izquierda. Y por ahí se le puede abrir una ventana para la visita al Racing de Ferrol del lunes: ante los problemas de profundidad del Zaragoza, Valera emerge como posible solución. Aunque su fútbol perdería la intimidación de su diagonal a portería; su filo daría vuelo y metros de ataque en una zona en crisis tras las lesiones de Nieto y Lecoeuche, más si un central como Francés acaba parcheando el lateral izquierdo. Es una opción sobre la mesa de Escribá.

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