Los 14 días de prueba control, saldados con notable

El Real Zaragoza acudió a Oviedo el día 2 en puestos de descenso y sale del día 15, tras 4 partidos de alto valor, en mitad de tabla y en alza.

Borja Iglesias, en el momento de golpear el penalti con el que adelantó al Real Zaragoza ante el Osasuna.
Los 14 días de prueba control, saldados con notable
José Miguel Marco

Notable. Esa es la nota que el Real Zaragoza, gracias a su evidente reacción positiva en las últimas 4 jornadas, ha obtenido en un periodo de control de calidad que le puso por delante 4 partidos de alto nivel de exigencia y responsabilidad en el escaso marco temporal de 14 fechas.

Llegó a Oviedo, el pasado día 2, en puestos de descenso a Segunda B, tras un inicio de liga irregular con más juego y detalles positivos que rentas en su balance de puntos. Debía definir su rol en la liga a medio plazo entre aquel partido del Tartiere y los tres seguidos de la semana de Pilares, ante Numancia y Osasuna en La Romareda y, entremedias, con la salida el miércoles a Lorca. O salía de inmediato de abajo, o proseguía en su paradójica línea de indefinición, o se atascaba peligrosamente en la cola.

En el análisis previo, en una visión general apriorística de lo que podía suceder en este breve espacio de la primera quincena de octubre, la cosa era de puerta grande, de silencio o de enfermería. Al final, no ha sido puerta grande por muy poco. Tampoco se ha quedado en términos de indiferencia. Digamos que, en una plaza de primera como es Zaragoza, su faena es de ovación. Ha adicionado 8 puntos de los 12 en disputa. Un buen ratio considerando de dónde venía. En las 6 jornadas previas, las iniciales del torneo, el bagaje era de 5 de 18. Un peligro palmario.

El equipo de Natxo González derrotó con rotundidad al Numancia -que llegaba como líder a La Romareda- por 3-0. También supo ganar con claridad en Lorca (0-2) en un partido con perfil áspero que exigió inteligencia y oficio. Empató en Oviedo (2-2) en el día más peligroso, donde empezó con 2-0 abajo y unas pintas terribles para acabar remontando de manera inconclusa, pues por juego y ocasiones aquello debió ser un triunfo. Y repitió empate este domingo frente al Osasuna en casa, otro líder puntual que llegó a La Romareda con hechuras de excelente equipo en la categoría de plata.

Si a estas 4 jornadas seguidas puntuando, las claves para huir de la quema del fondo de la cola, se añade la anterior -aquel empate 1-1 ante el Nástic en Zaragoza el día de la polémica arbitral con Figueroa-, la dinámica del equipo de Natxo une ya 5 fechas sin perder. Esta es la mejor lectura del contador particular del Real Zaragoza en lo que va de liga. Es un parcial de 9 de 15. Muy aceptable en sí mismo, pero que exige más continuidad e incremento de puntos en el corto plazo por venir precedido de un mal comienzo de curso.

La clasificación actual, la del final de la 10ª jornada, ejerce como siempre de evaluadora incontestable. El Real Zaragoza, con su notable aplicación en las 4 jornadas de máxima responsabilidad que acaba de acometer entre el 2 y el 15 de octubre, solo ha sido capaz de alcanzar la mitad de la tabla. Con sus 13 puntos de 30 disputados, no puede aspirar a más. Es el 10º del escalafón. En el eje de la balanza. Ha salido del vagón feo de los últimos clasificados y se ha ubicado a la misma distancia de esas arenas movedizas -que ya no debería pisar más- que de la zona noble, la de la promoción de ascenso a Primera División, lo que es, sin duda, su aspiración, su lugar acorde.

El primer paso para rectificar el mal camino embocado en el primer mes de competición ya esta dado. Ahora es cuestión de hilvanar más resultados positivos que estiren la racha y sigan aportando argumentos para el optimismo. El caldo de cultivo es, como se observa desde el verano, el adecuado. El Real Zaragoza de Natxo González tiene buen tempero. Debería hacer buena siembra y, con el tiempo, recoger una importante cosecha.

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