Ya hacía un tiempo que el juego combinativo del Real Zaragoza merecía más puntos. El conjunto aragonés viene dialogando de forma fluida con la pelota desde el inicio del curso. Hablaba a lo largo y ancho del prado, pero enmudecía en las dos áreas. Faltaba alzar la voz en las dos parcelas que expresan el resultado. Lo hizo por fin el pasado fin de semana ante el Numancia, proclamando bien alto que hay que contar con el equipo del león rampante para todo. Solo se han disputado ocho jornadas de Liga. Quedan 34 partidos por jugar, esto es, 102 puntos por dirimir. Es legítima la aspiración aragonesa. Su fútbol la ha venido sosteniendo desde el principio. Ahora comienzan a afirmarla también los resultados.

Desde esa perspectiva, mejor dicho, desde cualquier perspectiva, el careo de esta noche en Lorca cabe divisarlo como una oportunidad para crecer, para elevarse en la tabla y por fin alcanzar la clasificación que merece la entidad del juego que el equipo viene dibujando. Se ha avanzado y se va a avanzar más. El Real Zaragoza habita todavía en la decimosexta plaza. Afortunadamente, los márgenes en los que se mueve la competición son estrechísimos. Y a Primera no se asciende en octubre, sino en mayo. O en junio, si el suspense se traslada a la promoción. Importa sumar, sí; pero también importa evolucionar. Y el Zaragoza evoluciona de forma progresiva. Esta evolución puede acelerarse. Además del crecimiento futbolístico, el calendario liguero le ofrece una oportunidad magnífica al equipo de Natxo González. La mejoría del fútbol aragonés coincide con una porción de la competición en la que se acumulan partidos. Tres partidos hay programados en esta semana que arrancó con el triunfo ante el Numancia. La serie continúa hoy en Lorca y se clausurará el domingo ante Osasuna en La Romareda.

No hay víctimas propiciatorias en Segunda, pero sí equipos mejores y peores. Y, desde luego, el Lorca no es de los mejores. El club cambió de nombre recientemente. El Lorca actual no es el que acarició el ascenso a Primera hace un par de lustros con Unai Emery en el banquillo, sino el heredero de la Hoya de Lorca, una pedanía de Lorca que logró brincar a Segunda en junio pasado con el peculiar David Vidal en el banquillo. En unas semanas han cambiado de nombre y de entrenador. Ahora se llaman Lorca FC y los entrena Curro Torres, exjugador internacional del Valencia y exentrenador del Mestalla. Con el presupuesto más bajo de la categoría, el equipo lo han hecho con nueve cedidos. Detrás de todo aparece el capital chino de Xu Genbao. Los tiempos avanzan que es barbaridad... Antes echábamos monedicas a las huchas del Domund para paliar el hambre en China. Ahora nos venden teléfonos móviles de flipar y no paran de comprar equipos. Los nuevos tiempos y el fútbol son así...

Independientemente del Lorca, de Curro Torres y la legión de futbolistas cedidos o del capital que hay delante o detrás del equipo murciano, el Zaragoza tiene ante sí una ocasión para confirmar su identidad, su progresión. Natxo medita cambios. Atrás, seguirán los que por fin dejaron la portería a cero, con la inclusión de Ángel en el callejón izquierdo como única novedad. En el centro, Zapater y Eguaras se han alquilado un sitio. Podría auxiliarles Pombo penetrando desde la izquierda hacia adentro. El canterano regresó ayer a la citación. Probablemente, para jugar de inicio. También tiene opciones Vinicius, más si cabe con los problemas intestinales que ayer sufría Borja. Por eso viajó también el prometedor Raí. Toquero también está listo. No solo está, incluso lo es... Listo, muy listo. Y este Lorca tierno, repleto de jóvenes cedidos que tocan, tocan y vuelven a tocar, es para listos... Oportunidad para el Zaragoza en Lorca.