Mucho más que un goleador

Borja Iglesias redondeó con un magnífico doblete un encuentro sobresaliente. El gallego es la referencia ofensiva sobre la que gravita el ataque del Zaragoza.

Borja Iglesias celebra su primer gol oficial con el Real Zaragoza.
Borja Iglesias celebra su primer gol oficial con el Real Zaragoza.
Toni Galán

Borja Iglesias celebró la temporada pasada 34 goles. Con el Celta B, sí. En Segunda B, también. Sin embargo, los que mejor le conocían, los que habían seguido al detalle su evolución como futbolista, no hablaban de sus goles. Hablaban de su inteligencia sobre el césped. Y en tres jornadas como zaragocista, Borja Iglesias ha demostrado que es mucho más que un goleador.

Borja Iglesias marca goles (lleva tres en tres partidos), pero sus valiosas dianas son un complemento más a su fútbol, palabras mayores cuando se trata de un atacante que viene de superar la treintena.

En este remozado Zaragoza, el gallego es la indiscutible referencia sobre la que gravita el fútbol ofensivo del equipo. Una de sus grandes virtudes es su juego de espaldas. Se planta, le gana la posición al central de turno y se gira. Y si no consigue girarse es porque recibe una falta. Su capacidad para ganar y aguantar balones con la portería en la espalda es un desahogo absoluto para el equipo, que con él siempre tiene una opción de salida en largo.

Anoche, se aprovechó de una de estas acciones, de uno de estos giros, para anotar el primer tanto del partido. Recogió un pase de Ángel en la frontal del área y en un movimiento de dos toques (control orientado y disparo) se zafó de su marca para celebrar su primer gol -golazo- de la noche. Oro puro.

De la mano de su juego de espaldas, su juego aéreo. Mide 1,87 e intimida con un salto poderoso, que utiliza tanto para atacar como para defender. Así, en una acción por el aire, forzó el penalti ante el Granada, que él mismo se encargó de transformar.

Generoso en su esfuerzo, el gallego es el primero en iniciar la presión. Incansable durante los 90 minutos, solidario en defensa, sacrificado cuando el equipo lo demanda. Es alto, lo que no le impide ser rápido. 

¿Y los pies? El gallego se asocia con fluidez y, con el paso de las semanas, sus mecanismos de entendimiento con Buff y Febas mejoran. La guinda es su disparo: en Córdoba se sacó dos ajustados al palo, imposibles para el guardameta Stefanovic, un gigante de casi dos metros que estiró toda su figura en las dos acciones pero que ni llegó a rozar los remates de Borja.

La segunda, una jugada que se generó de la nada. Otro de sus grandes valores es ese, la capacidad que tiene de obtener el máximo rédito de situaciones esporádicas, de jugadas aisladas.

El gallego es un '9' total, un futbolista completo, un diamante que pulir y cuidar durante esta temporada.

Pretendido por absolutamente todos los clubes de Segunda División, el Real Zaragoza apostó por Borja Iglesias y Borja Iglesias eligió el Real Zaragoza. Hasta la fecha, una unión idílica.

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