El amistoso del gato por liebre por designio de la LFP

El Real Zaragoza juega este miércoles en Teruel con el filial del Villarreal de Segunda B en lugar de contra el equipo de Primera División, como estaba programado.

Natxo González, junto a Verdasca, Buff y, detrás, Lasure.
El amistoso del gato por liebre por designio de la LFP
Raquel Labodía

Este miércoles, 2 de agosto, fue destinado por Lalo Arantegui, director deportivo del Real Zaragoza, para jugar ante un rival potente de Primera División, el Villarreal CF. Así lo pactó en su día con el equipo castellonense, conformando una semana de mayor exigencia en el diapasón de trabajo del equipo en esta corta e intensa pretemporada. La cita, en Teruel, tendría su continuidad el sábado, en el mismo campo de Pinilla, frente al Levante, también equipo de Primera desde junio pasado. Pero, finalmente, solo serán los levantinistas, dentro de tres días, los adversarios de la máxima categoría en esta cuarta semana de ensayos para los chicos de Natxo González.

El choque de este miércoles rebajó su perfil hace 20 días cuando la Liga de Fútbol Profesional (LFP) hizo saber al Villarreal que su destino para esta fecha estaba en Buenos Aires, Argentina, para medirse al Boca Juniors, dentro del programa de expansión de la liga española por diferentes países y confines del mundo. Los equipos de mayor tirón y caché, y también varios del segundo vagón de fama y presupuesto, hace ya un par de años que están a disposición de la LFP para este tipo de partidos de ámbito 'diplomático', en los que ejercen en el extranjero de 'embajadores' del fútbol español en diferentes momentos del año, preferentemente en la pretemporada.

Por ello, el compromiso anterior del Real Zaragoza con el cuadro villarrealense se diluyó irremediablemente. Con los calendarios de precampaña de todo el mundo prácticamente cerrados, la entidad zaragocista se quedó con escasa capacidad de maniobra. La solución más sencilla, pese a que modificaba radicalmente el potencial del test amistoso, era que el Villarreal B, el filial del Submarino Amarillo de Segunda B, supliera a sus mayores este miércoles en Teruel. Y, tras otear el horizonte de opciones, así se solucionó el inconveniente surgido de rebote por las pautas que marca la LFP sobre los clubes de Primera mediantes sus acuerdos internos de funcionamiento.

Por eso, la sensación de este partido preparatorio en el campo de Pinilla es la de haber sufrido el cambio de un gato por una liebre. No obstante, visto el estado de la evolución de la remozada plantilla del Real Zaragoza en los dos primeros amistosos, los de la semana pasada ante el UD Logroñés y el Mirandés, quizá no le venga mal a Natxo González y a sus jugadores un nuevo termómetro frente a otro rival de Segunda B. Sea como fuere, será un duelo bastante diferente a lo que en su día se programó. Por causas ajenas a la voluntad de los protagonistas directos.

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