Fin a la pesadilla del Real Zaragoza con López Amaya

El árbitro granadino, fatal para los zaragocistas en los últimos años, ha sido descendido a Segunda B. Se retiran Pérez Montero y Arias López.

La expulsión de Cani en Reus, el pasado mes de mayo, es la última secuela que dejó López Amaya en su rosario de perjuicios al Real Zaragoza en los últimos años.
Fin a la pesadilla del Real Zaragoza con López Amaya
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Aún falta el paso de la oficialidad, porque habrá que esperar a que concluya este próximo sábado la fase de promoción en las distintas categorías, pero ya han trascendido los principales movimientos de ascensos y descensos arbitrales entre Primera, Segunda y Segunda B tras la presente campaña, la 2016-17.

El trazo grueso de las decisiones de la Federación Española es el siguiente:

Bajan de Primera a Segunda, el vasco Vicandi Garrido y el riojano Ocón Arráiz. Además, deja su plaza el aragonés Clos Gómez, retirado por llegar a la edad límite (cumplirá los 45 el día 30 de este mes de junio).

Ascienden de Segunda a Primera, el castellano-manchego Alberola Rojas, el catalán Medié Jiménez y el asturiano González Fuertes.

Y desciende de Segunda a Segunda B el andaluz López Amaya. Además, por edad (en la división de plata el tope son los 41 años), están obligados a dejarlo el también andaluz Pérez Montero (que ya el año pasado bajo de Primera) y el cántabro Arias López. 

De todos estos casos, el que más toca de cerca al Real Zaragoza -por lo ocurrido en el último trienio- es el adiós a la categoría de plata del referido López Amaya, granadino de 40 años, con el que el equipo zaragocista ha sufrido, con seguridad, varios de los arbitrajes más perniciosos en esta última época de su historia en Segunda División. Tanto es así que, con el espigado, pelado, autoritario y singular colegiado andaluz al frente de los partidos, el Real Zaragoza no conoció jamás la victoria. Y, además de diversas acciones cargadas de polémica y errores garrafales del árbitro, sus redacciones de acta fueron siempre cargadas de percusión y aristas para los intereses blanquillos. Una especie de rechazo mutuo desde el primer día que perduró hasta el último. Ya no habrá más. 

Atrás quedan aquel partido contra el Tenerife en 2014 (2-3 ganaron los canarios en La Romareda con dos penaltis en dos minutos en contra del Real Zaragoza, ambos muy sui géneris). O el partido simétrico en Tenerife ese mismo año (1-1, con un gol con la mano de Maxi para los canarios).

El año siguiente, el Real Zaragoza perdió con él 1-0 en Oviedo y, al final de la liga, en Soria, volvió a ser protagonista de un escándalo con el cuadro aragonés como damnificado (2-2, con una expulsión prematura e injustificada de Dorca y una actitud altiva que trascendió a la zona de vestuarios al final del choque).

Por último, en el curso recién concluido, López Amaya asomó en el camino del Real Zaragoza en otras dos derrotas, ambas por 1-0, primero en Tenerife y después en Reus (la expulsión de Cani ese día, al final del partido, fue su último 'regalo' al zaragocismo). Los números y los hechos hablan solos y únicamente hay que poner en marcha el botón de la memoria para entender la relación fatal de este árbitro con el club blanquillo en este tiempo que ya se termina para siempre.

De lo demás, al margen de la despedida del arbitraje del internacional zaragozano Carlos Clos Gómez, que deja atrás una brillante carrera en el colectivo arbitral, llama la atención la fulgurante trayectoria del jovencísimo Alberola Rojas, ciudadrealeño de 25 años, que alcanza la Primera División tras solo dos años en Segunda. En sentido contrario, sorprende que uno de los descendidos de Primera sea el logroñés Ocón Arráiz, que solo habrá estado una campaña en la élite.

El Comité de Árbitros, curiosamente, ha tenido el gesto de despedir a los dos colegiados de Segunda que están forzados a colgar el silbato, Pérez Montero y Arias López, otorgándoles la dirección de sendos partidos cruciales de la promoción de ascenso a Primera. El pasado sábado, el jiennese Pérez Montero pitó el Getafe-Huesca en el Coliseum Alfonso Pérez. Y hace unas horas, este miércoles, el santanderino Arias López fue el juez de la ida de la final entre el Tenerife y el mismo Getafe en el Heliodoro Rodríguez de Santa Cruz. Otros años, los mejores de la categoría solían estar en los 'play off'. Este año, el criterio es más misericordioso que meritorio.

Por cierto, es seguro que Aragón continuará un año más sin representación arbitral en Segunda División. Y, como se pierde la presencia de Clos en Primera, será el colegiado de Sariñena (Huesca) Santiago Jaime Latre, que prosigue su trayectoria en la máxima categoría, el único referente en la pirámide del colectivo arbitral aragonés a la espera de nuevas noticias desde la base.

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