El Real Zaragoza del primer día de trabajo en la pretemporada, el próximo 10 de julio, será un equipo bajo los efectos de una metamorfosis casi absoluta. El área deportiva solo cuenta con seguridad, de la actual plantilla, con Zapater, Javi Ros, Jesús Valentín y los jovenes Pombo y Ratón, que han jugado con ficha del filial en la liga recién concluida. Apenas cinco piezas de 24. Falta saber qué decide Cani sobre su retirada o continuidad un año más en el grupo (lo hará pronto).

Los demás, o ya han recogido sus cosas para no volver, o han sido instados a hacerlo en las próximas semanas, a la mayor brevedad que sea posible. Será un Real Zaragoza sin Ángel, sin Cabrera, sin Marcelo Silva. Tampoco estarán por aquí José Enrique, Samaras, Feltscher, Dongou, Edu García, Saja, Edu Bedia... De un modo u otro, el área deportiva quiere dar salida paso a paso a jugadores que deben rescindir su contrato, casos de Irureta, Fran, Casado, Alex Barrera, Lanzarote y todos los que han estado cedidos, Jorge Díaz, Ortí, Alcolea y Popa. Es posible que Isaac y Xumetra también abandonen el grupo, pues de entrada su concurso no ha sido consolidado y está en estado de incertidumbre.

Total, una revolución masiva en toda regla. Un terremoto de grado 8 en el plantel que va a tener que administrar, en sus consecuencias y secuelas posteriores, Natxo González como nuevo entrenador de la plantilla que viene y que todavía no tiene rasgos, ni facciones concretas. Es un embrión demasiado prematuro, que debe madurar rápidamente hasta tomar forma definitiva (Lalo Arantegui, el director deportivo, dijo este martes que quería que en el citado 10 de julio, el primer día de trabajo, el reparto de jugadores esté completado entre el 80 y el 90 por ciento del total).

Y Natxo González, que viene del Reus de administrar durante 3 años una plantilla con un núcleo estable superior a la mitad de sus componentes de año en año, se va a encontrar con un escenario totalmente opuesto en Zaragoza: partir de prácticamente cero para hacer un equipo a su imagen y semejanza, que entienda, asuma y lleve a la práctica sobre el césped sus ideales tácticos con solvencia. Esa es la ardua tarea del vitoriano en su nueva aventura en el Real Zaragoza, que él ya acepta intrínsecamente al firmar su contrato con la SAD aragonesa.

"No es fácil, obviamente, hacer un equipo de la noche a la mañana. Ahí va a haber mucho trabajo detrás", admitió Natxo cuando se le planteó este asunto en la rueda de prensa de su presentación en La Romareda.

Aún así, González, como es natural, afronta semejante reto con el optimismo que manda el momento: "Creo que sí vamos a tener tiempo suficiente como para empezar a competir bien en la primera jornada de la liga (será el 20 de agosto) y de comenzar ganando. Y, a partir de ahí, se tendrá que seguir creciendo, se tendrá que seguir progresando en muchas cosas. Tendremos una temporada por delante que nos permitirá esa mejora progresiva", pronosticó.