El Zaragoza vuelve a la vida en Elche con una rotunda victoria

En el debut de César Láinez en el banquillo, derrotaron 0-3 a los locales tras un primer tiempo primoroso. Ángel (2) y Pombo marcaron los goles.

Cabrera trata de frenar el avance de Hervías en el Martínez Valero.
Cabrera trata de frenar el avance de Hervías en el Martínez Valero.
Diario Información

Excelente reacción del Real Zaragoza en Elche, con una victoria rotunda y brillante tras un primer tiempo de alto nivel futbolístico, inusual en lo que va de temporada. Dos goles de Ángel y uno de Pombo dieron forma a un triunfo que saca de la histeria al equipo aragonés y renueva los ánimos tras muchas semanas de zozobra. Era una noche de enorme exigencia y el cuadro aragonés la solventó con solvencia y orgullo, con el amor propio que el zaragocismo les pedía en unos días llenos de miedos y preocupaciones extremas.

La revolución de Láinez dio resultados inmediatos, nada más empezar el partido. Ratón era el portero. Isaac el lateral diestro. Edu Bedia, uno de los tres medio centros. Y el filial Pombo, interior izquierdo (luego móvil, cambiando de banda con Lanzarote. Además, José Enrique se desplazó al medio de la zaga como central y Cabrera basculó como lateral del mismo lado. En definitiva, seis cambios en la pizarra. Y, lo más relevante, una disposición que variaba entre el 4-1-4-1 en la espera defensiva y el 4-3-2-1 en ataque. La cosa es que el Real Zaragoza empezó mandando, con el balón en sus pies. Presionando muy arriba, lo que impedía que el Elche pudiera salir con la pelota controlada en ningún momento.

Y, para que esa mutación en semana de grandes cambios tuviera una bonita fachada cara vista, además llegó el gol tempranero que dio lustre a tal aplicación de los de Láinez. En el minuto 13, el equipo zaragocista se puso por delante con un tanto de Ángel, en un mano a mano patrocinado por un pase de Isaac, que inició la jugada individual desde su posición de lateral. El canario (que pidió perdón a la grada por su pasado franjiverde), definió con precisión, dando la pelota en el palo antes de entrar. Todo estaba perfecto. Todo iba por el camino soñado y deseado en un día tan especial para todos.

No quedó ahí el efecto reactivo del Real Zaragoza. Pese a ese balsámico 0-1, que reforzaba la moral de la tropa, los avispas siguieron dominando de cabo a rabo a un Elche obtuso y tocado por el marcador. Javi Ros, en el minuto 22, estuvo cerca de anotar el segundo. Su disparo, raso desde la frontal, lo sacó con la yema de los dedos Juan Carlos cuando ya se cantaba la diana. Y en el 28, el zaragocismo lamentó una doble ocasión palmaria, en la misma jugada: Ángel marró otro mano a mano, en el área, disparando contra el cuerpo del portero local y, en el rechace, una dejada de Javi Ros en el área para que Pombo rematase a placer, acabó con un disparo alto del canterano, que lamentó profundamente el error.

Un Zaragoza anterior a este de Elche, es probable que hubiera pagado caros estos lujos. Los precedentes son tantos, que el escepticismo reinante pudo invitar a pensar que se iban a recordar negativamente con el paso de los minutos. Pero no fue así. El oxigenado Real Zaragoza de esta semana pos Agné prosiguió con su plan sin desvanecerse ni un solo segundo. Y llegó el 0-2 y, cuando el Elche aún no había respirado tras el golpe al hígado, el 0-3. Una maravilla de primer tiempo. El segundo tanto, el que encarriló la victoria, lo firmó justamente Pombo. El joven del RZD Aragón saldó su reciente deuda con el destino y firmó un golazo, ayudado involuntariamente por Pelegrín, con un disparo marca de la casa desde fuera del área (más de 25 metros) que rozó la espalda del central ilicitano y se fue a la escuadra izquierda de Juan Carlos.

Era el minuto 33. Y solo siete después, Ángel rubricó el tercero, en otro nuevo mano a mano manufacturado por un precioso pase al hueco de Javi Ros, que el tinerfeño culminó con la zurda, de primeras, con un toque sutil que superó por bajo al guardameta alicantino. Una gozada.

El primer tiempo acabó con una solemne pitada del público de Elche a los suyos. No era para menos. Y, por supuesto, con el regocijo y los gestos de rabia contenida y satisfacción de los zaragocistas, felices como nunca por el baile (auténtico baile) que acababan de infligirle al cuadro local, que peleaba por meterse de lleno en la pelea por el ascenso. O sea, un equipo en alza, que afrontaba la noche dominical con el viento de cola, pensando que lo suyo iba a ser un día de éxito y facilidad para doblegar al abatido Zaragoza de los últimos tiempos.

Realmente, visto el desarrollo del juego, el 0-3 se quedó incluso corto. A nadie hubiese extrañado ver uno o dos tantos más del Real Zaragoza en el luminoso del Martínez Valero. Porque, en el área de repescado Ratón, no hubo peligro nunca. Un par de disparos lejanos, con algo de veneno, y nada más. Los zagueros avispas se comieron a Hervías, Pelayo, Nino y Borja Valle cada vez que intentaron alguna incursión cerca de la zona de decisión. Todo salió a pedir de boca en el estreno de César Láinez.

En el inicio del segundo tiempo, Alberto Toril, el entrenador del Elche, se la jugó a la desesperada en busca del improbable milagro. Metió en danza al ariete Guillermo y al extremo Liberto, retirando a un defensor, Iriondo, y al apagado Pelayo, el enganche de la línea medular. Y tocó a rebato. Salió el Elche desbocado, provocando saques de esquina, haciendo recular al Real Zaragoza como en ningún momento había logrado en la primera fase. Fabián hizo el primer disparo con márchamo de gol en el minuto 2 de la reanudación, tras un córner rechazado por Ratón de puños. Pero se marchó alto. El cuadro aragonés aguantó el achuchón como pudo, hasta que pudo adormecer un tanto la situación.

Lanzarote se lesionó y debió salir Edu García. Poco se notó en una fase que era totalmente conservadora, dedicada a aguantar sin más los balones volcados al área por el Elche. Hubo apuros en el minuto 55, cuando Nino, en el punto de penalti, remató solo un centro de Hervías y la pelota salió cerca del larguero. Apenas dos minutos después, Borja Valle disparó solo desde la frontal y el balón se estrelló en el poste con Ratón batido. De repente, el Real Zaragoza había desaparecido del guión del partido. Era normal la reacción local, pero se empezó a echar en falta mayor poso de los zaragocistas para manejar un 0-3 tan contundente. El primer cuarto de hora del segundo tiempo fue un pequeño calvario, inerte por fortuna en la finalizacion de los franjiverdes, concluido con la ocasión más clara: Nino, a bocajarro, remató alto un centro al segundo palo de Fabián, con la portería a su merced.

Era como otro partido. El que no pasaba de medio campo era el Real Zaragoza. Y el Elche siempre encontraba líneas de pase por las que llegar al área. Láinez quitó a un cansado Zapater e introdujo como tercer central a Jesús Valentín. Frescura para seguir defendiendo el abordaje alicantino. Un 5-4-1 de máxima contención. Pero Ros ya no tenía salida, Bedia había desaparecido, Pombo no sujetaba los balones… y Ángel quedó desabastecido. Era cuestión de jugar con el reloj como aliado. Por supuesto. Y así se llegó a los últimos 20 minutos.

El público ilicitano comenzó a desfilar hacia casa en el minuto 75, visto que los suyos habián sido incapaces de engancharse a la vida pese a sus ganas. Todo fue demasiado tarde y sin cabeza. En los minutos finales, los de la basura, Isaac también se lesionó. Láinez no lo sustituyó por Fran, sino que apostó por Barrera (es cuestión de ganar piezas y adeptos para la recta final del torneo), retrasando a Edu García como carrilero derecho, otra enorme novedad táctica. Nino y el exzaragocista Pedro, que jugó al final y lanzó una falta lateral al palo, merodearon el tanto del honor de los locales, pero su punto de mira estaba torcido, como toda la noche en la escuadra levantina.

El segundo tiempo le sobró al equipo aragonés. La faena estaba sacada adelante, y con nota, antes del intermedio. La nula actitud ofensiva tras el descanso no ensombreció el vital triunfo en Elche. Media vida en las circunstancias que concurrían, con el descenso a Segunda B a solo 2 puntos antes del inicio del choque. Era pura lógica en un equipo apurado como el actual Zaragoza. Un 0-3 como este, con unos primeros 45 minutos de libro, era un botín soberbio, de oro molido, y merecía la pena guardarlo como fuese y con los métodos que fueran necesarios, aunque resultaran feos por momentos. Todo lo bonito ya estaba escriturado hacía rato, felizmente.

La peor noticia de la noche (alguna tenía que haber) fue la tarjeta amarilla que vio Ángel por una falta a destiempo y que es la quinta de su ciclo, por lo que no podrá jugar el próximo fin de semana ante el Valladolid en La Romareda. Una ausencia de primer orden para el Real Zaragoza, nada más y nada menos que su mejor artillero. Justo la única amonestación que mostró Sagués Oscoz. Una pena. El final del duelo fue celebrado por los avispas con abrazos y puños apretados. La agonía de los últimos tiempos fue frenada en seco en el debut de Láinez en el banquillo. Una grandísima noticia. Hay vida ahí dentro.

Ficha Técnica

Elche CF: Juan Carlos; Luis Pérez, Pelegrín, Túñez, Iriondo (Liberto, 46); Dorca, Fabián, Pelayo (Guillermo, 46); Hervías (Pedro, 79), Borja Valle; y Nino.

Real Zaragoza: Ratón; Isaac (Alex Barrera, 78), Marcelo Silva, José Enrique, Cabrera; Zapater (Jesús Valentín, 63), Javi Ros, Edu Bedia; Pombo, Lanzarote (Edu García, 51); y Ángel.

Árbitro: Sagués Oscoz (Comité Vasco). Amonestó a Ángel (90).

Goles: 0-1, min. 13: Ángel. 0-2, min. 33: Pombo. 0-3, min. 40: Ángel.

Incidencias: Tarde primaveral en Elche, con 17 grados al inicio del partido después de un día de sol. El césped del Martínez Valero presentó un aspecto magnífico. En las gradas, menos de media entrada sobre un aforo de 33.000 butacas, alrededor de 8.000 espectadores (solo se abre el anillo inferior).

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