Cabrera y el cambio de la fortuna: “La jugada del 1-0 no era esa, pero salió bien”

El central, que desactivó al Mirandés entre la espesura de la primera media hora, celebra la buena suerte.

Cabrera, eufórico, celebra el 1-0 ante el Mirandés junto a Juan Muñoz y el resto del equipo.
Cabrera, eufórico, celebra el 1-0 ante el Mirandés junto a Juan Muñoz y el resto del equipo.
Guillermo Mestre

“La jugada no era esa (sonrisa pícara). El balón se quedó corto en la falta, tendría que haber ido más atrás. Pero me viene a mí y la pongo de cabeza al otro palo, donde Juan Muñoz pensé que ya la iba a meter. Por suerte, me quedó el rebote en mi zona, la fui a buscar y logré el gol ¡con la derecha! Aunque fuera con la derecha, tenía que meterla”. Así explica con sinceridad Leandro Cabrera el ‘making of’ del 1-0 ante el Mirandés.

 

Un gol decisivo para cambiar el rumbo torcido que llevaba el partido para el Real Zaragoza tras haberse disputado 33 minutos de espesura táctica, sin apenas combinaciones blanquillas ni llegadas cerca del área burgalesa. Algo, en términos de fortuna y buen fario, también está empezando a cambiar en el equipo aragonés en las últimas tres semanas con la llegada de Raúl Agné al banquillo.


“Fue un gol muy importante porque nos liberó mucho de la presión que teníamos hasta ese momento. Son goles que ayudan. Para el Mirandés fue un golpe fuerte. Venían dentro de una racha mala (el de Zaragoza fue su quinto partido seguido con derrota) y, tras un inicio de partido en el que nos presionaban mucho, les hizo cambiar la forma de jugar”, reconoce Cabrera al recordar su afortunada pero meritoria diana.


“La consecuencia de este gol que pude anotar fue rotunda: en 10 minutos les pudimos hacer el segundo gol y decidimos el partido. Ése si fue un golazo. Con el 1-0, empezamos a filtrar pases entre líneas, tuvimos más espacios. Esa jugada del gol de Edu García fue espectacular, entre Juan Muñoz, Cani...”, abundó en las excelencias que trajo su acierto, contra natura, ante la portería mirandesa.


Es la intrahistoria de un gol que pudo parecer normal, ordinario, uno más del montón pero que, como cuenta el propio autor, tuvo una serie de factores en su gestación y repercusiones totalmente peculiares y, sobre todo, de cariz positivo para el Real Zaragoza. Ya no todo sale mal. De vez en cuando, la diosa Fortuna sonríe a los zaragocistas, aunque desde fuera no se aprecie. En el fútbol, como en todo, la suerte es un aliado crucial en casos de máxima responsabilidad. Y parece estar viniendo.

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