Alberto Zapater se queda con la tarjeta amarilla que el árbitro ciudadrealense Díaz de Mera le mostró el pasado fin de semana en la acción del penalti a favor del Almería. Es la segunda de su particular ciclo sancionador y el Real Zaragoza la había recurrido, tanto ante el Comité de Competición, primero, y el de Apelación, después, intentando demostrar que la jugada fue una pena máxima mal arbitrada por el colegiado castellano-manchego. Los jueces de esta última instancia, reunidos al mediodía de este viernes (con un día de retraso), han echado abajo la répicla zaragocista y el club ya no va a acudir al Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAD).

Los miembros del Comité de Apelación fundamentan su decisión en que, tras observar la prueba videográfica del lance del juego que originó el penalti a favor del Almería y la cartulina amarilla para Zapater, ellos aprecian "cómo empuja levemente con su brazo izquierdo al jugador de la UD Almería, justo antes de golpear el balón, acción que, aunque de escasa violencia, pudo desequilibrarle y provocar en última instancia su caída". Hablan en condicional, sin aseverar, pero dan la razón al árbitro, no se la quitan en esta ocasión. Ciertamente, es una apreciación subjetiva. Tan válida como quien la ve de manera contraria, dado que la toma de televisión no es contundente. Cabe o no cabe el contacto. Parece que no lo hay. Pero... el árbitro lo vio y ha prevalecido su autoridad. Asunto cerrado.