Penosa imagen y derrota del Real Zaragoza ante un flojo Numancia

Juan Muñoz adelantó a los aragoneses, que se vieron volteados por los sorianos por su lamentable juego y falta de carácter.

Penosa imagen y derrota del Real Zaragoza ante un flojo Numancia
Penosa imagen y derrota del Real Zaragoza ante un flojo Numancia

Lamentable, inexplicable y fuera de toda la lógica resultó la actuación global del Real Zaragoza en Soria, donde cosechó una dolorosa derrota ante un rival, el Numancia, que también manifestó notables carencias de juego y hechuras combinativas durante un choque repleto de fallos y sin ninguna plasticidad para el espectador. Los aragoneses, pese a su mala actuación, lograron adelantarse en el marcador cerca del descanso, lo que agravó la sensación de frustración al término del choque, al no ser capaces de sujetar tal ventaja, un tesoro preciado en Segunda División que cualquier aspirante a la cabeza debe saber manejar. Los de Milla consumaron el peor partido de lo que va de liga, en un claro retroceso progresivo de sus prestaciones.


La primera parte, en líneas generales, respondió a un partido de baja estofa. Un carrusel de pases errados de unos y otros, empeñados en devolverle el favor al rival cuando cualquier jugador del medio campo se confundía de color de camiseta a la hora de combinar con un amigo. Lo peor para el Real Zaragoza, una vez más (le pasó en Lugo), fue no saber aguantar la ventaja que había adquirido a falta de solo 7 minutos para el descanso. Ya con el 45 cumplido, la defensa tuvo su primer agujero de la tarde y patrocinó el 1-1 local. Todo pasó al final, lo bueno y lo malo. Quizá fue lo más justo en este concurso de pifias que fue el primer acto entre numantinos y zaragocistas.


En ese escenario donde se representaba un espectáculo de dura digestión para el espectador, solo de vez en cuando surgieron acciones con cierto talento. Fue cuando los puntas del Real Zaragoza, Lanzarote, Ángel y Juan Muñoz –novedad relevante en el once inicial- hilvanaron alguna idea conjunta o, en el otro bando, cuando el perenne Julio Álvarez metió al área aragonesa sus pases venenosos en busca de remates de sus colegas de rojo. La primera la tuvo el Real Zaragoza, a modo de espejismo, en el minuto 3, con todo recién estrenado. Lanzarote sirvió al hueco a la primera a Juan Muñoz que, mano a mano fuera del área, se topó con el cuerpo del portero Munir, que muy atento había salido a tapar el disparo.


La réplica soriana la puso el exzaragocista Marc Mateu (jugó en el filial) cuatro minutos más tarde, en un error de Isaac que permitió una pared sencilla con Julio Álvarez en el lateral del área. Solo ante Irureta, el valenciano estrelló la pelota en el cuerpo del portero zaragocista. Pasaron infinidad de minutos entre la nada, con pases largos de Cabrera sin destinatario, con Morán y Zapater abstraídos de la creación, con Javi Ros desconectado del juego. En frente, con un Numancia feo, espeso, sin patrón ofensivo claro. Solo un chut lejano de Íñigo Pérez desde 30 metros, que rozó el palo, rompió el tedio ligeramente en el minuto 28.


Y lo que falta por contar del primer tiempo, ya está reseñado. Fueron los dos goles. En el 38, el zaragocista. En el 45, el soriano. Juan Muñoz se estrenó como anotador blanquillo rematando a la primera en el área una dejada de Ángel tras un centro raso de Isaac. Una buena maniobra de goleador del sevillano. En el otro marco, fue Manu del Moral, siempre oportuno ante el Zaragoza juegue con la camiseta que juegue, el que cabeceó a bocajarro un centro picado de Julio Álvarez en una larga jugada de ataque local, con hasta cuatro balones bombeados tras un córner que nadie supo restar convenientemente. Irureta se quedó bajo palos y pareció que pudo haber hecho bastante más en ese lance.


Dolió perder un día más una ventaja preciosamente adquirida entre tan escasos méritos ante Munir. Le falta oficio, empaque y picardía a este Zaragoza de Milla. Un equipo que apostó por correr, por los balones largos a los puntas, en vez de jugar en la medular.


El segundo tiempo, después de haberle dado la vida al Numancia con ese tanto final previo al intermedio, arrancó de la peor manera posible. Fruto, claro está, de esa nula vocación de conjunto que muestra el cuadro zaragocista fuera de casa. Nacho hizo el 2-1 en el minuto 8 con un derechazo desde la frontal del área en un balón muerto, rechazado tontamente por la zaga blanquilla, que nadie buscó en la apatía global.


El Numancia hizo, a partir de entonces, lo que el Real Zaragoza no supo llevar a cabo tras el 0-1. Empezó a tocar, a buscar las bandas, a juntarse con el balón. Y los de Milla no tuvieron capacidad de reacción, el peor de los síntomas acaecidos en este duelo en Los Pajaritos. Marc Mateu rozó el 2-0 en un voleón tras un córner que Irureta rechazó como pudo con el pecho. Nacho, Ruiz de Galarreta (quién lo pillara de nuevo), Del Moral… todos remataron a puerta con el Zaragoza sin saber cómo salir de atrás.


El primer cambio de Milla fue el clásico del lateral derecho. Se fue un descompuesto Isaac, que no sale de su crisis de identidad, y entró Fran. No hay más que decir al respecto. Eso sí, el recién entrado Fran forzó la única ocasión reseñable de los blanquillos en el desastroso segundo periodo del equipo. Tras un pase al hueco de Ángel, pudo haberse metido hasta el palo, pero se precipitó en el centro hacia Muñoz y Munir sacó a córner. Un fuego artificial sin metralla.


Alex Barrera suplió al fundido Zapater a falta de 20 minutos en busca de algo de profundidad. Esfuerzo baldío. El asturiano no encontró la sintonía del partido jamás. Y ningún otro zaragocista tiró del carro. Pasaron los minutos a toda velocidad sin pisar el área numantina con intención ante la desesperación general del zaragocismo. Un centro de Casado, a placer, en el minuto 90, se marchó colgado por encima del tejadillo de la tribuna de fondo. Fue la metáfora del Real Zaragoza que se vio en Soria. Catastrófico. Catatónico. De preocupar. Ángel, dos minutos antes, había sido incapaz de aprovechar un error monumental en el despeje del central Callens. Otro dato de la inoperancia blanquilla en una tarde obtusa y para analizar en profundidad por negativa. Milla no hizo el tercer cambio pese a que cualquiera de los que estaba en el campo pedía a gritos la sustitución. Un detalle más para el laboratorio.


Esta derrota, la segunda de la temporada, hace descender a los zaragocistas de los puestos de cabeza y abre una nueva dimensión a los partidos que vienen en las próximas semanas.



Ficha Técnica


CD Numancia: Munir; Medina, Regalón, Callens, Ripa; Íñigo Pérez, Ruiz de Galarreta (Escassi, 85); Nacho, Julio Álvarez, Marc Mateu (Capilla, 86); y Manu del Moral (Acuña, 75).


Real Zaragoza: Irureta; Isaac (Fran, 60), Marcelo Silva, Cabrera, Casado; Zapater (Alex Barrera, 70); Lanzarote, Morán, Javi Ros, Ángel; y Juan Muñoz.


Árbitro: Pérez Montero (Comité Andaluz). Amonestó a Morán (69), Ruiz de Galarreta (78) y Lanzarote (93).


Goles: 0-1, min. 38: Juan Muñoz. 1-1, min. 45: Manu del Moral. 2-1, min. 53: Nacho.


Incidencias: Tarde fresca en Soria, 19 grados en un día de sol y nubes, con viento. El césped de Los Pajaritos presentó un mal estado, con calvas y baches e, incluso, zonas replantadas más oscuras, como tintadas. En las gradas, mucho menos ambiente que en todas las ocasiones precedentes en este duelo de vecindad, alrededor de 4.000 espectadores, solo 500 zaragocistas.

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