El trofeo de verano, un escaparate de futbolistas ilustres para la historia

A través del Ciudad de Zaragoza, la afición aragonesa pudo ver jugar en La Romareda a grandes jugadores de talla mundial.

Recorte de la crónica del Hamburgo-Palmeiras de la 2ª edición del Trofeo Ciudad de Zaragoza en 1972. La foto era para un remate del alemán Uwe Seeler, la gran atracción de aquella edición.
El trofeo de verano, un escaparate de futbolistas ilustres para la historia
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El Trofeo Ciudad de Zaragoza (Memorial Carlos Lapetra desde 1998) ha sido, durante las 45 ediciones anteriores a la que ahora se va a disputar ante el Eibar, el foro donde la afición aragonesa pudo observar en directo a muchos grandes jugadores internacionales que, de otro modo, tal vez jamás habrían pisado La Romareda. En algunos casos, su fama y palmarés campeón era anterior a jugar el torneo amistoso de Zaragoza. En otros, les llegó poco después. En otros más, la afición zaragocista tuvo el privilegio de verlos jugar antes de que se produjeran sus posteriores fichajes por clubes españoles e, incluso, por el propio Real Zaragoza.


En este evento, desde 1971, han brillado con luz propia muchos de los protagonistas invitados. Overath y Flohe, campeones del mundo alemanes, jugaron con el Colonia. También Kapellmann, otro referente teutón. Uwe Seeler y Memering, vinieron con el Hamburgo. Heynckes, Vogts, Netzer, Bonhoff y Jensen, con el grandioso Borussia Moonchengladbach. Luiz Pereira, Ademir, Edu o Ney, internacionales brasileños, lo hicieron con el Palmeiras. También se pudo ver jugar en La Romareda a Frank Lampard (padre) y Brooking, estandartes del West Ham United. A Dmitar Penev, con el CSKA Sofía. A Tarantini, Felman o Enzo Ferrero con el Boca Juniors. A Montero Castillo con el Nacional de Montevideo. Con el Nottigham Forest campeón de Europa vinieron el portero Shilton, Trevor Francis, Robertson, el lateral Anderson, Gray, Fashanu, Proctor... todos. Con el Manchester United se alinearon Brian Robson, Wilkins, el norirlandés Whiteside, el holandés Muhren... El Aston Villa, campeón de Europa tres meses antes, lo hizo con White, Shaw y McMahon. En 1986, el Colonia trajo al portero Schumacher, a Thomas Allofs, Haessler, al danés Morten Olsen y al inglés Woodcock.


Ya en tiempos más modernos, fueron los clubes italianos los que pasearon por La Romareda todo el vasto repertorio de internacionales que proporcionó la sentencia Bosman en todas las plantillas del mundo. Con el Lazio se pudo ver a los internacionales 'azurri' Mancini, Signori, Casiraghi, Nesta, Venturin, Fuser... al argentino Almeyda (vieja aspiración frustrada del Real Zaragoza) o al croata Boksic. En las filas del Parma vinieron los italianos Buffon, Dino Baggio, Fabio Cannavaro o Benarrivo, los franceses Bogghossian y Thuram, los argentinos Verón, Crespo y Balbo, el colombiano Asprilla... Un par de años más tarde repitieron con el exzaragocista Savo Milosevic como eje de aquel choque. Con el Chievo Verona se pudo observar a los incipientes internacionales Barzagli y Perrotta. Con la Juventus, a Iaquinta, BirindelliZanetti o al checo Nedved.


En cuanto a los futbolistas relacionados con la vida del Real Zaragoza, en la edición de 1974, hubo un joven Radomir Antic que jugó con el Partizan de Belgrado sin saber que, cinco años después, sería uno de los fichajes de referencia del cuadro aragonés que dirigió Vujadin Boskov. Lo mismo ocurrió con Marcelo Trobbiani, aquel argentino que fichó el Real Zaragoza del Elche y que después de no cuajar en el cuadro blanquillo y volver a su país, sería campeón del mundo con la albiceleste en México'86. El centrocampista vino a La Romareda con el Boca Juniors siendo un chaval, en 1975, antes incluso de que lo captara el Elche para cruzar el océano.


En 1980, en otro Partizan de Belgrado posterior al de Antic, también vino a Zaragoza en el torneo de verano un joven centrocampista defensivo llamado Kalicanin. Nadie sabía entonces que, un lustro después, vendría a reforzar al Real Zaragoza como defensa central o líbero, hacia donde evolucionó. En aquella edición se dio también el efecto inverso, pues en el Sporting de Lisboa portugués que participó en el cuadrangular militaban Jordao y Bastos, un tiempo después de haber pasado por el vestuario aragonés.


El América de México tenía a un tal Javier Aguirre jugando en la línea media en aquel trofeo de 1983. El Vasco vendría España a jugar al Osasuna tras el mundial de su país tres años después y aquí hizo carrera como entrenador. El Real Zaragoza estuvo a su mando recientemente, hace seis años. Más tarde, en 1994, llegó al torneo el CSKA Moscú con un joven rubio, de nombre Radimov, que enamoró a los técnicos zaragocistas, que ya sabían de él. Aquella visita veraniega y fugaz sería después determinante para que el ruso fichara por el equipo blanquillo. El último vínculo que surgió en este trofeo estival llegó en la última visita de un rival extranjero, la del Lazio romano en 2009 a cuenta del traspaso de Matuzalem. Junto al brasileño, en el cuadro italiano se alineó el portugués Eliseu, que meses después vendría como refuerzo invernal de lujo para evitar el descenso a Segunda. 


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