Whalley apuesta por abandonar el Real Zaragoza y rehúsa una cesión en Segunda B

El entorno del portero considera un paso atrás inaceptable jugar en un club de bronce y prepara su adiós. Sporting e Inglaterra, destinos negociados en las últimas horas.

Óscar Whalley, en carrera durante un entrenamiento de la semana pasada en la Ciudad Deportiva.
Óscar Whalley, en carrera durante un entrenamiento de la semana pasada en la Ciudad Deportiva.
Oliver Duch

El destino del Real Zaragoza y Óscar Whalley está muy cerca de bifurcarse definitivamente y tomar caminos bien diferentes. Si todo hubiese transcurrido con normalidad, hace ya 48 horas que el portero canterano estaría en otro club, totalmente desligado del que ha sido el equipo de toda su carrera futbolística hasta hoy: el zaragocista. Whalley no acepta la proposición que le hizo Narciso Juliá en Boltaña hace dos semanas, que es la de jugar cedido esta temporada en un club de Segunda División B en busca de minutos y progresión, y desde hace varios días ha llevado las conversaciones a una ruptura final con el Zaragoza. El entorno del jugador considera un paso atrás inaceptable que el guardameta baje a la categoría de bronce después de haber jugado a préstamo el año pasado en el Huesca, de Segunda División, nivel en el que debutó con el cuadro zaragocista hace dos campañas y en el que llegó a alcanzar la internacionalidad española sub-21.


Una vez desmontado por Whalley el plan estratégico de Juliá en el área deportiva del Real Zaragoza respecto de su presente y futuro, el club se puso manos a la obra para encontrar una solución coherente a esta situación en la que la comunión resulta prácticamente imposible. Los apoderados del portero se movieron asimismo en diversos mercados en busca de una posible oferta que facilitase la salida inmediata, dado que en la primera plantilla zaragocista el arquero de 22 años no tiene hueco actualmente y todo el mundo tiene claro desde el inicio del litigio que no es posible forzar su continuidad en el vestuario de Milla.


Las porterías del fútbol profesional español están muy cerradas desde hace varias semanas. Las vacantes que quedaron al término de la pasada temporada fueron cubriéndose progresivamente y tan solo quedan lugares secundarios muy concretos por los que pujar. El origen inglés de Whalley -vía paterna- siempre facilitó llamar a las puertas de los clubes ingleses de determinado nivel. Su entorno maneja además perfectamente ése género. Por ese flanco, también se establecieron contactos en busca de hallar una solución válida en las islas británicas para todas las partes.


En las últimas horas, además de esos vínculos con el fútbol inglés que siguen vivos, la decisión del Sporting de Gijón de fichar un tercer portero para su primera plantilla que acompañe al veterano Cuéllar y al reciente fichaje Mariño -ex del Levante, Valladolid, Villarreal e internacional español en categorías inferiores- que ha llegado como principal alternativa al puesto, ha encarado a Whalley hacia Asturias. Pero las negociaciones han quedado estancadas en determinado punto. Faltan varios flecos por acordar y no hay acuerdo en algunos puntos importantes del pretendido traspaso.


Mientras tanto, una de las otras posibilidades de salida de Whalley también ha cogido velocidad. El Real Zaragoza atiende todos los frentes y sigue pendiente de alcanzar un acuerdo que sea aceptado comúnmente por todos los implicados. La decisión del adiós definitivo está tomada tanto por el portero como por el club y, por lo tanto, no hay marcha atrás. 


Juliá explicó en Boltaña cuál era su evaluación sobre este singular asunto. "A Whalley, desde el mismo principio de la pretemporada, le planteamos la cesión. Es un chico joven y tiene que seguir jugando. Este último año ya estuvo cedido en el Huesca y, cuando se lesionó Leo Franco, tuvo participación. Debe seguir teniendo minutos. Y ya le he dicho que hay un par de cosas que se podrían cerrar, espero que en breve tiempo, y así aligeraríamos un poco la portería. No podemos tener cuatro porteros", dijo el ejecutivo zaragocista. Entonces, Whalley ya acogió con recelos la propuesta de bajar a jugar a Segunda B y Juliá dio sus razonamientos. "Depende de cómo se quieran ver las cosas. Acabamos de ceder a Alcolea al Toledo de Segunda B porque llevaba mucho tiempo sin jugar. Y cuando eso sucede, si estás sin jugar, es imposible meterte en un equipo de Segunda. Lo que pretendo, como club, es que Whalley, y Alcolea, jueguen 38 partidos. Si se van a un Segunda para ser suplentes y siguen sin jugar, ni ellos ni nosotros ganamos nada. Por eso creo que Whalley, que es un chico aún por formarse, se tiene que olvidar un poco del aspecto de la categoría. Es difícil, como portero, jugar en Segunda División", apostilló el dirigente catalán.


El Sporting de Gijón ha surgido como un club sugerente. De hecho, es un Primera, algo que ha seducido de lleno al entorno de Whalley. Aunque sea para ser tercer portero y quedar a expensas del destino tras dos compañeros más cuajados y con más peso específico en la plantilla de Abelardo. El club asturiano no contempla en su operación que el portero zaragozano juegue en el filial, que este año jugará en Tercera División tras descender en junio.


A última hora de la tarde de este jueves, el caso Whalley avanza lentamente por un lado, con algo más de engrase por otro y está atascado en la ventanilla del Sporting. No obstante, la solución es esperada lo antes posible en la sede de La Romareda. Sea cual sea el destino final.

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