El alcance de la lesión muscular que sufrió Erik Morán en el minuto 80 del partido de Tenerife se conocerá a lo largo de la jornada de este martes. Los médicos han dejado pasar 48 horas hasta llevar a cabo la pertinente resonancia nuclear magnética, prueba radiológica que ofrecerá el diagnóstico exacto de la dolencia. Se trata de un contratiempo serio para el entrenador, Lluís Carreras, ya que el mediocentro vizcaíno está siendo durante la mayor parte de la temporada una pieza básica en el entramado táctico del Real Zaragoza.

Un día después de caer lesionado, las dudas siguen envolviendo la posible gravedad del caso. Morán, como advirtió Carreras nada más acabar el duelo del Heliodoro Rodríguez, no es capaz de medir su daño. "Erik es novato en este tipo de cosas relativas a lesiones musculares. Y no sabe decir con exactitud lo que tiene. Si me hubiese pasado a mí, yo sabría si era una rotura o una contractura. Él no sabe”, indicó el técnico catalán. La diferencia entre una cosa y otra puede ser sustancial para el devenir del equipo ya que, una simple contractura significaría que el jugador podría regresar al equipo en pocos días mientras que una rotura haría oscilar su baja entre las dos semanas, en el caso más leve, y los dos meses, como ha ocurrido en el reciente y vigente caso de Vallejo.

Ubicado como pivote único por delante de la defensa, en Morán descansa una de las más importantes responsabilidades del balance del juego del equipo, en la transición de área a área, tanto en tareas constructivas como de contención. Hasta ahora, el ex del Athletic de Bilbao ha disputado 2.228 minutos en 27 de los 30 partidos que se han jugado de liga, cifra de aportación que solo superan Rico y el también lesionado Cabrera. Morán solo se quedó sin participar en dos de las tres primeras jornadas, en Miranda y Leganés, cuando Ranko Popovic apostaba, en el arranque de la temporada, por un doble pivote -Dorca y Wilk- en el que no cabía un tercer medio centro, circunstancia que cambió en la 6º jornada en Lugo. Y, mucho más tarde, cuando tuvo que guardar un partido de sanción por acumulación de amonestaciones, en la jornada 23ª en Almería. En el resto de partidos, el espigado jugador de Portugalete ha pisado el campo, generalmente como titular y completando los 90 minutos (solo tres veces fue suplente).

Morán, durante la semana pasada, fue duda hasta última hora en el choque de Tenerife, precisamente a causa de las molestias que ese muslo dañado ya le producía en los entrenamientos llevados a cabo desde el jueves. Finalmente, Carreras decidió alinearlo ante los chicharreros y la lesión le sobrevino a falta de 10 minutos para el final del partido, en una acción fortuita en la que intentó dar un pase atrás, él solo, sin entrar en contacto con ningún rival.