La década prodigiosa de Irene Paredes, Alexia Putellas y Jenni Hermoso

Las tres supervivientes de aquella España 'Cenicienta' de 2013, han vivido todas las fases del fútbol hasta llegar la final del Mundial femenino.

Jennifer Hermoso, Irene Paredes y Alexia Putellas, de izquierda a derecha.
Jennifer Hermoso, Irene Paredes y Alexia Putellas, de izquierda a derecha.
Vocento

Cuando el polémico Ignacio Quereda anunció la lista de futbolistas para el Europeo femenino de Suecia en 2013, Irene Paredes, Jenni Hermoso y Alexia Putellas ya estaban ahí. Las tres pertenecen a la mejor generación de futbolistas que la España femenina ha tenido hasta la fecha y juntas simbolizan el paso histórico para el fútbol de mujeres que supone que La Roja dispute la final de un Mundial. La central vasca, la delantera madrileña y la doble balón de oro catalana han vivido absolutamente todas las fases del fútbol hasta llegar a la final de Sídney.

Un camino de mejoras que ha impulsado la profesionalización del fútbol femenino después de que muchas jugadoras como en su día hicieron estrellas de la selección como Vero Boquete o Laura del Río tuvieran que emigrar para poder vivir del fútbol, algo que no podían hacer en su país.

«El fútbol femenino es el deporte que más ha crecido en los últimos diez años, pero también uno de los que más alejado estaba de su realidad. Existía más interés que el nivel de visibilidad e inversión que recibía. El camino acaba de empezar y aún queda mucho por hacer, pero vamos en la dirección correcta», explica Carlota Planas, agente de fútbol femenino que representa a varias internacionales españolas.

Las bases del éxito

«No hace mucho había 5 o 10 personas en la sala de prensa y 300 personas en la grada. Me siento una privilegiada de formar parte de todo lo que ha pasado en el fútbol femenino. Gracias a todas aquellas que han puesto las bases para que hoy podamos disfrutarlo», indicó Jennifer Hermoso después del histórico triunfo ante Países Bajos. La delantera del Pachuca mexicano, 33 años, es la máxima goleadora en la historia de la selección (51) y la segunda en alcanzar la centena de encuentros, precedida por Alexia Putellas, que como ella se perdió la última Eurocopa por lesión.

«A las niñas que se fijan en nosotras les diría que disfruten del camino, quieran ser futbolistas o no, que aprendan, que sean buenas personas y se ayuden entre ellas. Alcancen o no el éxito es lo que les quedará», reconoce la atacante del Barça en una entrevista el pasado año.

La tercera jugadora mejor pagada del mundo, 29 años, ha asumido un rol secundario en su tercer Mundial, respetando las jerarquías marcadas en el equipo durante sus nueve meses de ausencia tras romperse el ligamento cruzado.

Continuar en la profesionalización

La 11 de La Roja alzó la voz hace unos meses para seguir un hilo que en los últimos tiempos se ha intensificado en el deporte femenino con la falta de recursos profesionales y la mala gestión como telón de fondo. «Es importante mejorar las condiciones de las futbolistas, el descanso, los viajes, las superficies en las que se juega para reducir las lesiones. Cualquier persona coherente alabará lo que ha hecho el Barça. Ha creído y liderado no solo con eso, sino que quiere seguir aumentando la inversión y ayudando a las futbolistas a que realmente sean lo que quieren ser», expuso la jugadora, a la que se le vio muy emocionada tras la gesta de España y dejó una imagen viral junto a Irene Paredes.

La de Legazpi, 32 años, es la única que ha disputado todos los minutos disputados en los 12 encuentros jugados por España en la Copa del Mundo. Se le retiró el brazalete cuando regresó al equipo tras varios meses de ausencia. La vuelta de la guipuzcoana abrió el proceso de paz entre la federación y las jugadoras, después de la revuelta que comenzó tras la Eurocopa de 2022, y que terminó con el mail de 15 futbolistas, que solicitaban no ser convocadas por Jorge Vilda. No mandó ese correo pero ejerció de portavoz. Nunca se esconde y actúa como capitana en las buenas y en las malas. Es junto a Ivana Andrés las únicas madres del equipo. 

La RFEF acordó un plan de conciliación revolucionario antes del torneo: 15.000 euros por jugadora para poder llevar familiares a Nueva Zelanda. «Para rendir al máximo nivel está también todo lo que hay alrededor del entrenamiento... Es necesario que yo esté con él y él esté conmigo. En el Mundial de 2015 había jugadoras que tenían que pedirse excedencia y vacaciones en su trabajo para poder jugar. El cambio que ha habido en ocho años se resume en esas cosas, en cómo estábamos entonces y cómo estamos ahora», dijo la futbolista en una reciente entrevista.

Las tres leyendas han vivido una década prodigiosa y varios años de transición en los que pasaron de reclamar la profesionalidad a ser algunas de las mejore del planeta. Líderes y veteranas de un grupo reflejo del relevo generacional que vive el fútbol español con la generación de Salma Paralluelo, Cata Coll, Eva Navarro, Teresa Abelleira, Olga Carmona o Athenea del Castillo, en donde ninguna supera aún las 23 primaveras..

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