Las claves del éxito en el Mundial: una España con alma, pizarra y compromiso

Las alternativas ofensivas y la fortaleza mental para recomponerse tras los golpes han llevado a las de Jorge Vilda a estar a 90 minutos de la gloria.

Las jugadoras y el cuerpo técnico de la selección española de fútbol femenino celebran el triunfo ante Suecia en las semifinales del Mundial.
Las jugadoras y el cuerpo técnico de la selección española de fútbol femenino celebran el triunfo ante Suecia en las semifinales del Mundial.
Reuters

«Nunca hemos ha tenido un equipo tan completo y con tantas posibilidades». Jorge Vilda sabía de sobra antes de viajar al otro lado del mundo que cuenta con la mejor generación de futbolistas que ha tenido hasta la fecha la España absoluta de fútbol femenino. La Roja, en el quinto gran torneo que disputa de forma consecutiva está a tan solo 90 minutos del título, y ha pasado en solo ocho años de soñar con jugar un Mundial -con su debut en Canadá 2015- a la posibilidad de ganarlo -este domingo en Sidney-.

El recorrido confirma el gran salto dado por un equipo trabajado, compacto y con la confianza de verse entre las mejores después de la línea ascendente recorrida en los últimos años. En el histórico camino que ha llevado a la selección a la final de la cita oceánica se ha visto a una España con alma, recursos, que prioriza el bloque y mucha pizarra, donde las alternativas ofensivas, la fortaleza mental o la columna vertebral del Barça son algunas de las claves de este éxito.

Barça femenino

Hasta nueve jugadoras del Barcelona componen la columna vertebral del equipo de Jorge Vilda. Las catalanes son la base de un grupo en el que Aitana Bonmatí ha estado en modo superlativo, Salma Paralluelo decisiva como Mariona Caldentey en las eliminatorias, Irene Paredes liderando la defensa junto a Laia Codina y Ona Batlle, mientras que Alexia Putellas, doble Balón de Oro, ha asumido un rol más complementario ayudando según la necesitaba el equipo. 

En la portería brilla Cata Coll, que lleva tres partidos disputados en el torneo y parece que lleva toda la vida. Cabe recordar que el Barcelona reinó este curso por segunda vez en la Champions League y ha demostrado ser referencia en el trato de jugadoras así como ejemplo de cómo apostar e invertir en el fútbol femenino.

Ataques dinámicos

España domina con posesión, de la que sin duda va sobrada, y salvo la bofetada recibida ante Japón, frente al resto de rivales ha sabido mantener la paciencia hasta encontrar el camino hacia el gol con diferentes alternativas y recursos. Frente a Suiza en octavos, el equipo pasó a jugar con dos rematadoras puras como Alba Redondo y Esther González, que acompañaron a Jennifer Hermoso, algo más retrasada que en otros duelos. Movimientos que reconstruyeron al equipo para llegar hasta lo que faltó ante las niponas, el gol. Siempre desde la asociación de la brújula de Aitana Bonmatí con las delanteras para generar ocasiones.

Laterales de largo recorrido como Olga Carmona, que anotó ante Suecia desde fuera del área, como ya hizo la mediocentro Tere Abelleira frente a Zambia, han sido otras de las alternativas de cara a puerta. Hasta nueve futbolistas han marcado en los seis partidos jugados.

Desde los extremos Mariona Caldentey, Eva Navarro y Salma Paralluelo desequilibraron ante Países Bajos, y esta última actuó de 9 para aprovechar su velocidad ante las cansadas centrales suecas en semifinales. Los cambios han ido dando la razón a Vilda, con varios planes en función del enemigo.

Éxito de la cantera

Que el fútbol femenino español tiene un futuro prometedor es algo que se sabe desde hace tiempo. Los logros de las categorías inferiores el pasado año y lo que llevamos de este, han superado cualquier tipo de expectativa: ha ganado dos Mundiales (Sub-17 y Sub-20), además del reciente Europeo Sub-19, y se proclamó subcampeona en el Europeo sub-17, torneo en el que se les escapó el oro por segundos.

Fuerza mental

Recomponerse tras los golpes ha sido fundamental. El correctivo ante Japón (4-0) escoció y mucho a las jugadoras, que se levantaron al día siguiente con mentalidad de campeonas para golear a Suiza en octavos en un encuentro excelente. «La fortaleza mental de este grupo está en el ADN de las jugadoras», dijo orgulloso el técnico ante un vestuario que ha sabido crecerse ante cualquier adversidad.

Un equipo que no deja de confiar aunque le empaten en el 88 como hizo Blomqvist en la semifinal, se meta un autogol ante Suiza o le anoten en el tiempo de añadido como Países Bajos. «Lo que tenemos ahora y no antes es la mentalidad ganadora, de creer, de no dar nada por perdido, de no bajar los brazos y, sobre todo, de saber sufrir», reconoció Bonmatí.

Repescadas

Aitana Bonmatí, Ona Batlle y Mariona Caldentey fueron recuperadas para la causa después de dar un paso atrás para ir con España al Mundial. Las tres formaban parte de las 15 internacionales que en septiembre del pasado año escribieron un mail a la federación para decir que no estaban bien y querían dejar de ser convocables ante la negativa de destituir a Jorge Vilda como seleccionador nacional. Alegaron para ello motivos físicos y psicológicos. Querían que se les garantizara una estructura profesional como tienen en sus clubes.

El técnico madrileño recondujo los casos de las que le interesaban y recuperó a la columna vertebral de la selección. Volvió también Irene Paredes, que dio la cara y fue señalada por ello, apoyó a las rebeldes, pero no envió el famoso comunicado al no estar de acuerdo «con las formas». Jennifer Hermoso y Alexia Putellas compartieron la nota pero no renunciaron por email al estar lesionadas en ese momento. Las tres son supervivientes de Canadá 2015 y encarnan el éxito de una generación que ha vivido absolutamente todas las fases del fútbol

La delantera del Pachuca mexicano y la central del Barça volvieron al grupo en marzo, el resto, en cuanto Vilda dio la lista para el Mundial.

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