Salvados por el Unicaja

El Tecnyconta encaja una nueva derrota, tras dilapidar una renta de 18 puntos, pero logra la permanencia gracias al triunfo del Unicaja ante el Betis

Tecnyconta - Estudiantes
Tecnyconta - Estudiantes
Toni Galán

Históricamente, el Tecnyconta ha edificado sus éxitos sobre una base sólida y fiable: la fuerza del grupo, el rendimiento del colectivo por encima de las individualidades, la implicación de todos los jugadores en un proyecto común. Cuando aplica estas máximas, alcanza una dimensión notable en su juego, y es capaz de cuestionarle el triunfo a cualquier rival y en cualquier escenario. La intensidad, el compromiso, el sacrificio, la constancia, el orgullo, el compañerismo… Valores muy estimables que, sin embargo, a lo largo del presente curso, la plantilla aragonesa ha exhibido con una infrecuencia sorprendente, impropia de un equipo profesional. De ahí que este domingo, en la última jornada de la competición regular, el cuadro zaragozano aún permaneciera en una situación de máximo riesgo, a todas luces imprevista meses atrás: a una sola derrota de consumar el descenso de categoría a la Liga LEB. Un ejercicio de funambulismo que, al menos, ha podido solventar sin precipitarse al abismo, gracias a la victoria conquistada por el Unicaja frente al Real Betis, el más inmediato perseguidor de los zaragozanos.

De esta forma, pese a encajar este domingo una nueva derrota, el Tecnyconta confirma su continuidad en la máxima competición nacional. Es la noticia más reseñable para los zaragozanos, la única nota positiva, después de un curso decepcionante, inquietante y doloroso, de permanentes dudas y errores, de importantes desaciertos dentro y fuera de las pistas. Víctima de una desnortada planificación deportiva, el cuadro aragonés ha vivido atormentado por su particular caída al abismo, quedando expuesto al fracaso hasta el último suspiro del campeonato regular.

El descenso hubiera supuesto un descalabro mayúsculo, de consecuencias devastadoras, para un club oprimido, además, por una coyuntura económica alarmante. El conjunto de Luis Guil ha logrado finalmente su propósito, y lo ha hecho tras completar ante el Estudiantes una de sus actuaciones más convincentes de la temporada en la primera mitad, al menos en actitud. Sin embargo, se ha desencajado de manera sorprendente en la reanudación, y ha quedado expuesto hasta el último instante de la última jornada. A escasos centímetros del descenso. Convendría no olvidarlo jamás.

En cualquier caso, en un duelo vital, el Tecnyconta sí ha restaurado este domingo, por fin, los valores que habían engrandecido su estatura años atrás. Pero sólo en la primera mitad, donde ha sido un bloque enérgico, solidario y comprometido, sin apenas distracciones. Ha actuado con sacrificio, constancia, fe, orgullo y seguridad. Con una predisposición formidable. Y su metamorfosis enseguida le ha aportado réditos. De hecho, ha protagonizado un inicio arrollador. Firme en las labores de contención, los zaragozanos también se manejaban con oficio y convicción en sus acciones de ataque.

Bellas ha impuesto un ritmo trepidante, sin apenas tregua, y ha ofrecido criterio y lucidez en cada una de sus intervenciones. Con una rápida circulación de balón, el cuadro aragonés ha encontrado situaciones muy ventajosas de tiro desde todas las posiciones de la pista. A los dos minutos de juego, ya había facturado 10 puntos, tras dos certeros triples de Robin Benzing y dos canastas bajo los aros de Henk Norel (10-5), y caminaba con paso firme hacia la victoria. En el ecuador del primer acto, el Tecnyconta había ampliado su renta con una facilidad imprevista (17-9), con Benzing como principal ejecutor de los madrileños. El alemán ha asumido la responsabilidad ofensiva, y lo ha hecho con un acierto devastador: 14 puntos anotados, con un solo fallo en sus lanzamientos, al margen de aportar 4 rebotes, 2 asistencias y una recuperación de balón.

También Marcos, siempre presto al combate, aportaba en los dos lados de la pista. En defensa, su actividad, su entusiasmo y su admirable derroche físico han tenido un efecto expansivo en el resto de los jugadores. Y en ataque, el escolta ha exhibido determinación y osadía, y ha representado una amenaza permanente con sus penetraciones al aro.

Pero el Tecnyconta, muy seguro de sí mismo, no se ha descompuesto con las primeras rotaciones. Al contrario, ha mantenido su ejemplar actitud durante los 40 minutos del duelo. Al cierre del primer cuarto, los aragoneses ya habían edificado una sólida renta en el marcador (28-13), frente a un adversario superado en todos los órdenes del juego.

En el segundo acto, el Tecnyconta ha rebajado sus prestaciones ofensivas. En el perímetro, el cuadro aragonés no hallaba situaciones favorables para lanzar. Y en la pintura, Norel recibía balones demasiado lejos del aro, lo que dificultaba notablemente cada una de sus maniobras. En ese escenario, la anotación de los locales se ha reducido drásticamente: sólo 13 puntos en 10 minutos, y 7 de ellos de Marcos Knight.

El americano, totalmente desatado, ha emergido con fuerza en los instantes más comprometidos, y ha sostenido el particular desplome de los zaragozanos. Sumaba 13 tantos en el intermedio, más 3 rebotes y 2 recuperaciones de balón. Cifras muy positivas para un jugador que, por su entrega y su determinación, tiene una notable incidencia en los aspectos intangibles del juego (41-32). El Tecnyconta, que había dispuesto de una máxima renta de 18 puntos (36-18), ha visto reducida su ventaja al descanso (41-32), lastrado por su desacierto ofensivo.

Después, el Estudiantes ha recuperado definitivamente el pulso, sobre todo tras haber elevado su amenaza exterior. Los visitantes, con tres triples prácticamente consecutivos, se han situado a sólo cinco puntos (47-42), a los cuatro minutos de la reanudación, y han devuelto la incertidumbre a las gradas. Por entonces, el Tecnyconta había perdido su clarividencia ofensiva, y también sus valores. Ya era un bloque anárquico, sin alma y sin fe, sin constancia. Solamente Benzing, muy incisivo, era capaz de generarse sus propias canastas.

El germano contabilizaba 20 puntos en 12 minutos; pero ahora no encontraba el respaldo de sus compañeros. Bellas, Gecevicius, Juskevicius y Sergi García seguían sin anotar al filo de la media hora. Y el Estudiantes ya había volteado el marcador (52-54), ante el desconcierto y la impotencia de los locales. En este sentido, el Tecnyconta es un equipo bipolar, de caras opuestas. Y ahora mostraba su aspecto más enfermizo. El riesgo era considerable. La ansiedad limita la capacidad mental y física de los jugadores, quienes, conforme avanzaba el partido, se hallaban cada vez más alejados de su verdadera dimensión. Y más inseguros, más nerviosos, más desencantados. Ya era, de nuevo, un equipo voluble, vulnerable, inconstante e imprevisible, acorde con la línea gris exhibida a lo largo de la temporada.

En el último cuarto, los zaragozanos ya sabían que su destino era sufrir, ir a remolque, después de un tercer cuarto desalentador (61-66). Y en los instantes de fragor, en los momentos más comprometidos del duelo -y de la temporada-, el Tecnyconta ha carecido de respuestas. Benzing ha igualado el partido desde la línea de personal (76-76) y ha avivado las esperanzas de los aragoneses, a cuatro minutos de la conclusión.

El alemán ha asumido la responsabilidad en los minutos decisivos y con el marcador equilibrado, justo cuando las manos tiemblan y los aros se encogen, y ha finalizado el partido con unos guarismos espectaculares. También Knigth se ofrecido una notable resistencia a la derrota. Sin embargo, la contribución de ambos ha resulta insuficiente para aspirar al triunfo. El resto, ya hace tiempo que habían abandonado rutinas y automatismos, y se habían resignado al curso de los acontecimientos. Pese a todo, el Tecnyconta ha salvado el curso, aunque gracias a la victoria del Unicaja. El Real Betis, finalmente, acompañará al Manresa al infierno de la Liga LEB.

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